El destino puso frente a sus narices un nuevo reto. Central se juega una de las patriadas más importantes en lo que va del año justo horas después de que Germán Herrera dijera públicamente que se va del fútbol profesional. El anuncio del Chaqueño, uno de los jugadores más queridos por los hinchas canallas, llega en el peor momento del equipo en la Copa Libertadores. Cuando necesita imperiosamente ganar o no perder para seguir con vida en la competición.
Paradójicamente Cocca no alistó a la tropa principal para esta compleja misión. Decidió encarar esta batalla copera ante el también urgido Gremio con un pelotón alternativo (ver página 3). Una estrategia que puede dejar secuelas en Arroyito si cede, ya que la chance de seguir en carrera internacional se hará añicos esta misma noche en esta industrial Porto Alegre.
No hay que ser un erudito para certificar que Central arranca de punto esta contienda. No precisamente por el potencial actual de Gremio. El presente deportivo lo condiciona sin lineamientos en la previa de esta cuarta fecha del grupo H de la Libertadores. Más allá de los nombres, Central intentará pisar firme en un mundo real. Hoy tiene prohibido poner la cabeza debajo de la guillotina porque estará firmando el acta de defunción en la Libertadores. Esa misma a la que tanto le costó llegar y de la que tan pronto puede despedirse.
El patrón a seguir es tratar de vencer sin importar ya la forma a esta también versión light de Gremio. Los dos peores equipos del grupo que lidera Libertad y escolta Universidad Católica surfearán una gran ola en Porto Alegre para no naufragar.
Está claro que Central se juega el cuero en Brasil. La Superliga ya es historia. Las estadísticas indican que fue pésima, pero el presente lo ubica en Brasil. Es tiempo de ponerse la pilcha para mostrarse a nivel internacional una vez más. Hasta ahora no viene dando en la tecla. Está soportando desde lo más bajo del grupo, fruto del único punto que logró ante Gremio en el debut de ambos en Arroyito. Y ahí quedaron los dos. La performance es malísima. Sea para Gremio como para los canallas, que arrancaron con Ferrari de entrenador y ahora tienen a Cocca.
El conjunto auriazul viene de ceder en Asunción ante el sólido líder Libertad. No se comió un pesto bárbaro por obra y arte de la casualidad. Igual sigue con los bolsillos flacos. Y hoy hará base en el estadio Arena do Gremio, que promete ser una gran olla a presión por el también delicado presente que atraviesa el tricolor, con la mente puesta en no hacer un papelón ya que el equipo que juega no es el titular.
Pensar que antes de arrancar la copa el elenco gaúcho era el firme candidato a comerse a todos crudos. No obstante, hasta el momento es un espejo de Central. O una sombra en realidad. Por eso los torcedores exigirán que hoy la historia sea diferente. Anhelan ver a ese equipo copero de pie otra vez.
Los jugadores de Gremio lo saben y por eso ya avisaron que saldrán a matar o morir de pie ante los ojos filosos de su masa. Para el canalla no será una parada más en esta estación internacional. Tendrá que demostrar que, pese a que no le da la nafta para codearse con los mejores del continente y de yapa se presentará con un muletto, al menos defenderá el escudo con orgullo y buscará sacar un aprobado. Sobre todo para al menos seguir anhelando internamente poder recaer en la Sudamericana, pese a que esa ya es un objetivo casi utópico a esta altura.
El cuadro de situación es delicado. Porque una derrota a manos del también herido en el orgullo Gremio podría ser el certificado anticipado de defunción para el equipo de Cocca. Demás está remarcar que sería un papelón si queda rápidamente eliminado como marca la tendencia. Rozaría lo bizarro. Sobre todo con tanta expectativa y alegría que había en la previa de esta competencia. A la Copa Libertadores se debe ir a competir, no a participar. Menos a dejar una imagen como la que vienen dando los auriazules.
La mesa está servida. Los dos están a dieta en este banquete internacional. La tabla de posiciones así lo refleja. Ninguno hizo más que el otro para salir de pobre. Los integrantes de los planteles lo saben. El cuerpo técnico también, pese a que ahora Cocca argumente a viva voz que la doble competencia no es fácil de llevar, palabras más, palabras menos.
Sin embargo, el entrenador optó por no poner todo hoy. Aunque eso no lo exime de responsabilidades. Sabe que tendrá que buscar de alguna manera dar el zarpazo en esta resplandeciente tierra brasileña que tiene muchas similitudes con nuestra ciudad, donde la gente sonríe hasta cuando llueve.
Será a cara o cruz por más que le queden dos vueltas de hilo a este carretel copero. El canalla, más allá de los nombres que saldrán a la arena tricolor (Ver página 3), no tiene permitido doblarse como alambre fino ante el también muy necesitado Gremio. Porque los bastones de sus colores e historia no lo permiten, aunque deportivamente dista del nivel ideal para pararse de igual a igual ante todos. Demás está puntualizar que Central tiene una cita obligada con el destino en esta cultural Porto Alegre.