Gremio fue Gremio. Central fue Central. El tricolor hizo sencillo lo que para el auriazul sigue siendo muy difícil. Y así quedó. Doblado con una tristísima imagen a los pies del local, que izó la bandera del triunfo fruto del 3 a 1 que supo cosechar. El canalla se pegó la vuelta con un duro golpe. Hizo agua en esta odisea copera, pese a que también quedó casi sin chances de clasificar a octavos.
La falta de trabajo colectivo fluyó por todos los frentes. Central no tuvo orden. Las líneas no comulgaron el mismo idioma. A Jarlan Barrera le dieron la llave de la conducción y la perdió cuando entró a la cancha o bien se la olvidó en el vestuario. El colombiano sigue evidenciando las secuelas de la adaptación al fútbol argentino.
Gremio salió a presionar empujado por la furia de sus torcedores. Sabía de antemano que esta era prácticamente la última chance para seguir con vida en la Libertadores y por ese motivo mandó a todo el pelotón al frente. A diferencia de Central, el tricolor apeló al raciocinio y ahora quedó más cerca de la Católica, que cayó 3-2 ante Libertad (ver página 2).
El local hizo un monólogo todo el tiempo. Pero en la primera fase tuvo a un inspirado Everton como faro de referencia en todo el frente del ataque. El canalla fue un mero espectador. O una víctima, porque padeció los embates gaúchos constantes.
Ledesma tuvo una noche movida debajo de los tres palos. Le tapó varias bochas a Everton, quien tuvo cuatro claras oportunidades de abrir la cuenta (a los 7', 10', 19' y 29'). También le ahogó el grito a Maicon a los 23' y a Jean Pyerre a los 25'.
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Foto: Héctor Rio / La Capital
Pero a la media de hora de juego, Gremio puso la casa en orden fruto de la paciencia y constancia. Everton metió un centro bárbaro que supo capitalizar Jean Pyerre. El 1 a 0 tenía sabor a poco para los anfitriones. Pero al menos era justo. ¿Qué hizo Central? Nada bien. Apenas un cabezazo suave de Herrera. Luego fue punto siempre. Las líneas hacían agua. Nada funcionaba en el canalla.
La segunda parte volvió a ser propiedad exclusiva del tri. Maicon y Everton les hicieron un nudo a los canallas, que salvo Ledesma y Barbieri, el resto tuvo una jornada para el olvido, más allá de un gran cabezazo del Chaqueño que hizo lucir al arquero.
Por eso cuando llegó el 2 a 0 mediante una clara definición de Leonardo (9') no llamó la atención. Menos cuando el lateral hizo el tercero a los 37'. Todo lo contrario. Se veía venir. Gremio pudo haber hecho una diferencia mayor, pese al descuento de Jonás Aguirre a los 43'.
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Foto: Héctor Rio / La Capital
Pero se dio cuenta de que con lo que hacía le sobraba. Sea para ganar y luchar por la clasificación como para echarle mucha tierra a las esperanzas canallas, que se pegó la vuelta casi eliminado de los octavos de final y agudizando su crisis deportiva.
La vuelta de Vergara
La aciaga noche que tuvo Central en el Arena do Gremio contó al menos con el retorno de Duván Vergara, quien ingresó desde el inicio del complemento por el inexpresivo Joaquín Pereyra. El colombiano venía de un largo período de inactividad por un esguince en el codo, que sufrió en el partido frente a San Lorenzo, en lo que fue el último encuentro de Paulo Ferrari como técnico. Mostró dinámica pero le faltó final de jugada. Más allá de eso se transformó en una alternativa más para el técnico, teniendo en cuenta las nulas respuestas que entrega Pereyra cada vez que le toca. Es que el juvenil tuvo un pésimo partido contra Independiente y lo de ayer fue tal que Cocca decidió reemplazarlo en el entretiempo.