No hay partido que no deje enseñanzas y material para el análisis, independientemente de si se gana, se empata o se pierde, y el triunfo que Central logró en cancha de Huracán dejó una cuantas cosas en claro, sobre todo para el técnico Miguel Angel Russo (fue quien tomó decisiones importantes en la previa y su equipo le respondió con creces dentro del campo de juego), y casi todas para ubicarlas en la columna del haber. Es que la efectividad con la que el canalla logró su primera victoria en condición de visitante no sucedió porque sí, sino que fue producto de unos cuantos atributos, claramente visibles. Así, se vienen dos largas semanas, con un receso en el medio (recibirá a Gimnasia el viernes 31, a las 19), en el que el trabajo será con el mejor semblante, pero sobre todo con el aval de todos esos puntos positivos que el equipo se trajo del Tomás A. Ducó. Lo que dejó la victoria canalla...
El primer triunfo como visitante
Si había una materia pendiente que tenía este Central de Russo en este torneo era hacerse fuerte en condición de visitante. Es que hasta aquí el canalla había mostrado muchos puntos flacos cuando le tocó salir del Gigante de Arroyito. Claro, todos esos inconvenientes que exhibía afuera encontraban el amparo de la fortaleza que le brindaba la localía, pero vaya paradoja, la fecha anterior había sido la primera en la que no pudo ganar en Rosario, por eso las obligaciones con las que viajó a Parque Patricios fueron mayores. Y lo que hizo el canalla fue meter su primer triunfo como visitante inmediatamente después de ese punto con sabor a poco que había logrado frente a Unión. Metió un buen amague ante Sarmiento, donde empezó ganando, pero el final de la historia fue tan negro como aquello que había hecho en cancha de Lanús. Sólo el empate en cancha de Tigre le había metido algo de decoro a la condición de visitante, hasta esto que sucedió el lunes por la noche en el Ducó. Y por cierto, lograr quebrar esa racha ahora no es poca cosa, teniendo en cuenta que el próximo compromiso fuera de Arroyito será nada menos que en el clásico.
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Central logró su primer triunfo fuera del Gigante, una materia pendiente que tenía el equipo de Russo.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Levantó la producción futbolística
Pese a haber llegado a este último partido en medio de una campaña decorosa, Central se debía un partido con amparo desde lo futbolístico. Y la cosa no pasa por la exigencia de los hinchas, de la prensa o de quién sea, sino que la falencia estaba ahí, a la vista de todos. Russo lo expuso después de las primeras fechas (básicamente tras la derrota contra Lanús), cuando dijo “nos falta volumen de juego”. En la previa de Huracán fue Carlos Quintana quien se alineó con aquellas palabras del DT e insistió con la idea de ese salto de calidad que debía dar el equipo. Y frente a Huracán se vio un cambio sustancial, nada que amerite algún tipo de descorche ni cosas por el estilo, pero sí hubo otro tipo de producción futbolística, que estuvo incluso por encima de varios de los partidos en los que Central había ganado. Con un esquema diferente al que venía utilizando, jugó un partido inteligente, en el que no le faltó compromiso, pero con una idea clara y puesta en práctica de manera convincente. Esta vez Central fue un equipo con un formato competitivo, imponiendo condiciones y sin caminar a remolque de las voluntad del rival.
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Ignacio Malcorra fue el jugador que gestó prácticamente todas las jugadas de gol que tuvo Central en el primer tiempo.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Logró mantenerse en el lote de arriba
Sería una temeridad hablar por estos días, con apenas ocho fechas disputadas, que el equipo de Russo está para la pelea grande, pero nunca habrá nada mejor que buscar la mejor versión y el ideal de equipo que estando en una posición en la tabla que no genere incomodidades ni dudas. Y finalizada la fecha, el canalla marcha séptimo, pero siendo uno de los cinco que habitan el tercer escalón, a cuatro puntos del líder River y a dos del escolta Defensa y Justicia. Todo eso da, a todas luces, la calma necesaria para trabajar de una manera distendida, además de brindar confianza. La ecuación es simple: de haber logrado un par de traspiés más, otro sería el color de la campaña y habría dudas que al menos hoy se pueden tomar más a la ligera. Mantenerse en el lote de arriba es lo que brindará tranquilidad y ese sólo ingrediente ya es suficiente para darle a esta victoria en cancha de Huracán el relieve que se merece. Y otras cosa, el permanecer en ese lote de vanguardia es lo que le permitirá al equipo mantener a raya las presiones por la tabla de los promedios, a la cual nunca debe perder de vista.
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Veliz remata de media vuelta, pero la pelota se irá al córner. Los tres puntos dejaron a Central cerca del líder River.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Le respondió el esquema
La apuesta que hizo Russo para este partido contra Huracán no fue menor, porque después de una semana larga de trabajo lo que hizo el DT fue romper el molde de las últimas cinco fechas y retornar al esquema original, de aquellas primeras dos fechas del campeonato. Porque lo que Russo pensó en el inicio del torneo duró apenas un par de partidos. Es más, menos de dos. Fue este sistema de juego con el que inició ante Argentinos Juniors y que puso en cancha al partido siguiente, frente a Tigre, pero que modificó en medio del juego. Y ese 4-4-2 del segundo tiempo en Victoria pareció “llegar para quedarse”. Ahora, la vuelta de tuerca que se imponía después del pálido 1-1 con Unión llegó de la mano de algo que pocos imaginaban: el retorno a los tres centrales en el fondo. ¿En qué fue distinto? Que esta vez intentó ser línea de tres en todo momento (en cada retroceso obviamente se armaba la línea de cinco), para que los laterales-volantes no dejaran librado a su suerte a los volantes, por eso no fue tanto el ancho de la cancha que Ortiz y Montoya tuvieron que cubrir; por eso Malcorra y Campaz gozaron de ciertas libertades en tres cuartos de cancha. A aquel esquema que parecía archivado, Russo le pasó el plumero, le sacó el polvo y puso nuevamente en funcionamiento.
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La aparición de Komar por Infantino fue la gran novedad que mostró Central en Parque Patricios. El zaguero cumplió.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Rendimiento individuales parejos
Así como en las derrotas se habla sobre si es el mal funcionamiento colectivo es el que achata los rendimientos individuales o viceversa, en los triunfos sucede algo similar y no parece casualidad que en medio de una actuación cuanto menos convincente, la mayoría de los futbolistas hayan mostrado un buen andar. Por supuesto que desde la lucidez de Ignacio Malcorra se gestó la victoria, pero de nada hubiese servido eso si la defensa no se hubiera mostrado con la solidez con la que lo hizo, con un Facundo Mallo abanderado y dos buenos escoltas como lo fueron Juan Cruz Komar (para el defensor el partido era una verdadera prueba de fuego) y Carlos Quintana; si Kevin Ortiz no hubiera traccionado en la marca como lo hizo; si Veliz no hubiera tenido la lucidez para marcar espacios y la efectividad de convertir; y si la estrategia no hubiese resultado tan efectiva como sucedió. Fue, como tantas otras veces, la alimentación recíproca entre las partes y el todo.
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Kevin Ortiz recuperó su nivel y mostró la mejor versión en el torneo. Fue quien aportó equilibrio en el medio.
Celina Mutti Lovera / La Capital