El fútbol suele entregar este tipo de situaciones, en la que un equipo que juega a media máquina no le encuentra la vuelta al partido, enreda en sus intenciones y todas esas cuestiones se hacen añicos cuando en un segundo de lucidez las lucen se encienden. Central tiene que se encienda a menudo y ese jugador es Emiliano Vecchio, otra vez el dueño de la bandera para que el canalla extendiera esa hermosa primavera que comenzó a vivir durante la semana por Copa Sudamericana y que ayer parecía opacarse por el oscurantismo que había mostrado el canallas hasta el minuto 93, que fue cuando el capitán le puso el sello definitivo a un partido trabajo, cuesta arriba, las jugado por parte de Central, pero resuelto, sólo por el resultado, de manera magistral. Y así el 1-0 ante Vélez le sirvió no sólo para mantenerse activo desde la moral, sino despojarse rápidamente de aquel mal arranque en Mendoza, ante Godoy Cruz, que fue lo que había puesto al equipo en algo de aprieto.
El desgaste físico sin dudas le pasó factura a Central, pero allí no habría que buscar las excusas para ese partido tímido que hizo de principio a fin, hasta esa aparición mágica de Vecchio. Porque al canalla siempre le costó manejar la pelota, con un Vecchio contrariado y sin compañía en las bandas, donde Zabala participaba pero resolvía poco. Por allí el que más insinuó fue Damián Martínez, con algunos centros y también apariciones dentro del área rival. Claro que las verdaderas fallas del equipo durante el partido se hicieron visibles después de lo que fue la expulsión de Fernández, a los 34’ del primer tiempo. Fue el quiebre del partido que obligó a Central a jugar de otra forma, más con la cabeza que con los pies, pero nada de eso ocurrió.
Ese Central en superioridad numérica intentaba una y otra vez, pero en vano. Porque Vecchio no sólo no conducía, sino que a su falta de claridad (jaqueada por la cuestión física) le faltó el rescate del resto de los intérpretes. Rapallini pudo marcar penal en el cabezazo de Caraglio que dio en la mano del defensor velezano en el amanecer del complemento, pero entendió que era así. Y Vélez se animó, a tal punto que por muchos momentos planteó un juego inteligente, sin que la superioridad numérica del canalla fuera evidente. Fue cuando Central se descompensó, de desorientó, empezó a regalar espacios para la contra de Vélez y cuando más dudas tuvo. Por eso apareció el zurdazo de Ricky Alvarez apenas desviado, el remate de Romero y, en especial, la monumental atajada del otro Romero, Juan Pablo, el arqueo de Central para ahogarle el grito de gol a Mancuello. Volada impresionante al ángulo izquierdo.
Central ameritaba un golpe de timón desde lo futbolístico. El Kily lo buscó con el ingreso de Marinelli, que fue por izquierda y después por derecha. Pero Vecchio seguía sin poder conducir ni asistir porque el Fortín estaba muy bien cerrado en el fondo. Así y todo hubo tiempo para un cabezazo de Caraglio que Hoyos mandó al córner y un remate de derecha de Avila que dio en la cara externa de la red.
Desde lo futbolístico hasta pareció que había hecho más méritos Vélez, frente a un Central que llegaba dulce pero al que se le había hecho demasiado complejo extender ese andar seguro y eficaz en su versión copera.
Otra vez el pibe. Alejo Veliz volvió a sumar minutos. Había debutado el jueves en la copa y otra vez el Kily lo mandó a la cancha. El juvenil de 17 años ingresó a 15’ del final en lugar de Martínez Dupuy.
Pero lo que tiene este Central, que jamás bajó los brazos y con su desorden a cuestas fue una y otra vez, es un as en la manga, que suele hacer cosas distintas dentro de la cancha y que cuando alguna de esas cosas le salen, marca la diferencia.
Es es Vecchio, que fue quien recibió dentro del área luego de Lo Celso bajara con el pecho el centro largo de Marinelli. Un enganche, una pausa y un remate potente, contra el palo izquierdo de Hoyos para que el Gigante explotara (el gol fue gritado por todos los “allegados” que hubo), para que el equipo se olvidara de esa incapacidad que tuvo durante casi 60 minutos jugando con uno de más. Fue en el final, quizá sin merecerlo, pero fue delirio al fin. Fue triunfo para seguir escalando.
Síntesis
1 Central: Juan Pablo Romero 7; Damián Martínez A 6 (75’ Fernando Torrent 4,5), Facundo Almada A 5, Gastón Avila 4,5 y Lautaro Blanco A 4; Diego Zabala A 5 (75’ Francesco Lo Celso 5,5), Emmanuel Ojeda 4,5 (90’ Rafael Sangiovani -), EMILIANO VECCHIO 7 y Luciano Ferreyra 4,5 (63’ Alan Marinelli 5,5); Milton Caraglio 5 y Luca Martínez Dupuy 4,5 (75’ Alejo Véliz 4,5).
DT: Cristian González 6 (4-4-2).
0 Vélez: Lucas Hoyos 6,5; Damián Fernández A A E 3, Lautaro Gianetti 0, Miguel Brizuela 0 y Nazareno Romero 0 (87’ Agustín Bouzat -); Gastón Poblete 0 y Ricardo Alvarez 0 (60’ F. Mancuello 0); L. Orellano 0, N. Garayalde 0 (60’ S. Ulibarri 0) y L. Janson 0(45’ M. De Los Santos 0) y C. Tarragona A 0 (81’ J. Lucero -).
L. Hoyos 6,5; D. Fernández n 3, L. Gianetti 5, M. Brizuela 5 y N. Romero 4,5 (87’ A. Bouzat -); Poblete 5 y R. Alvarez 5,5 (60’ F. Mancuello 5,5); L. Orellano 6, N. Garayalde 5 (60’ S. Ulibarri 4,5) y L. Janson 4,5 (45’ M. De Los Santos 4,5), C. Tarragona n 5 (81’ J. Lucero -).
DT: Mauricio Pellegrino4-2-3-1
DT: Mauricio Pellegrino (4-2-3-1).
Estadio: Gigante de Arroyito/ Arbitro: Fernando Rapallini (x) / Goles: 93’ Vecchio (C).
A Amonestado.
E Expulsado.
La figura