Brian Aguirre, por su ambición ofensiva, fue el mejor de Newell's ante River, en la noche del Coloso, donde fue victoria 1 a 0 del millonario.
Por Rodolfo Parody
Brian Aguirre, por su ambición ofensiva, fue el mejor de Newell's ante River, en la noche del Coloso, donde fue victoria 1 a 0 del millonario.
Lucas Hoyos 3,5: Falló el cálculo al salir a achicar lejos de su arco en el gol de Solari. Un error fatal en el peor momento.
Gustavo Velázquez 6: El paraguayo estuvo seguro y rápido en los cierres y sólido en los mano a mano.
Willer Ditta 6: El colombiano se mostró veloz para salir a cortar los ataques rivales y hasta para iniciar las salidas.
Facundo Mansilla 4,5: Firme de arriba y correcto para marcar sobre la banda, pese a que no es su puesto.
Jherson Mosquera 5,5: Empezó bien con las proyecciones, pero se fue desinflando con el correr de los minutos.
Iván Gómez 6: Al principio encabezó las incursiones ofensivas. Remató un disparo en el travesaño. Protagonizó un mal cierre en el gol de River.
Juan Sforza 5,5: El volante central rojinegro luchó bastante cuando el partido se hizo friccionado y trabado.
Cristian Ferreira 4,5: La actitud para conducir el equipo, pero falló siempre el último pase.
Jeremías Pérez Tica 4: Tuvo un andar discontinuo. No desequilibró por afuera. Tampoco fue profundo.
Jorge Recalde 4: Muy poca participación. Casi convierte de arriba (con el hombro) un centro de Aguirre.
Brian Aguirre 6,5: Incisivo, atacó con decisión. Fue una de las pocas opciones serias de ataque.
Ingresaron:
Bruno Pittón 5: Le dio mayor fuerza a la llegada de la lepra por el costado.
Jonathan Menéndez 4: Su ingreso no le dio al equipo verticalidad por afuera.
Pablo Pérez-: Se paró en el medio y lo poco que jugó la entregó al pie.
Gabriel Heinze 6: Quedó muy claro que Newell’s jugó mejor que River, no le dejó hacer su juego y lo fue empujando contra su arco, aunque durante varios lapsos del encuentro fue con más actitud que fútbol. El equipo del Gringo asumió el protagonismo, estuvo muy cerca de llevarse el triunfo y solo un error fatal en el cierre lo dejó con las manos vacías. Un golpe inmerecido para la puesta en escena rojinegra.