En Central aseguran que llegaron a un acuerdo con Tigres por el préstamo, pero falta el okey formal de los mexicanos
En Central aseguran que llegaron a un acuerdo con Tigres por el préstamo, pero falta el okey formal de los mexicanos
Jarlan Barrera llegó ayer a Rosario. Pero Central aún no puede anunciarlo como flamante refuerzo. Al menos hasta que las autoridades de Tigres, que son los dueños de los derechos del jugador, no envíen la documentación oficial donde conste el okey. Sin embargo, desde Arroyito argumentaron que ya llegaron a un acuerdo tácito con los mexicanos. Incluso afirman que el colombiano jugará de todas maneras en Arroyito. El marco teórico marca en principio que sería cedido a préstamo por una temporada a cambio de 200 mil dólares. Y en la letra chica del por ahora borrador también se deja constancia que el futbolista tiene chances de extender el vínculo por seis meses automáticamente. También hay que remarcar que los auriazules se quedarán, siempre y cuando se firmen los respectivos contratos, con el 15 por ciento de los derechos económicos del colombiano. La gestión sigue siendo compleja debido a que todo está en el aire realmente. El plus de esta tratativa es que los "felinos" incluyeron en la negociación un acuerdo global que abarcará a las divisiones inferiores auriazules. ¿Qué sucedería si no llega la confirmación esperada? El caso terminaría en un litigio y ahí sí los centralistas no la tendrían nada fácil e incluso no contarían con el cafetero hasta el 20 de febrero.
Central sigue negociando. Esa es la realidad. Como también que desde Mexico enviaron una señal positiva en la jornada dominguera. Por eso es que Jarlan arribó poco después de las 17 a suelo rosarino proveniente de Chile, donde estaba entrenando de manera personal. Lo hizo en compañía de José Velasco, quien es uno de sus representantes chilenos (el otro es Kormac Veldebenito), el preparador físico que trabajó con él en tierra trasandina y un empleado canalla.
La deteminación que tomó Central asoma contundente. Y es que Barrera juegue en Arroyito. Aunque el pase no está abrochado por el momento debido a que el canal de diálogo sigue abierto pero no cerrado. Por eso es que el operativo canalla de ayer consistió en, una vez que llegó al aeropuerto local, subir al hábil volante de 23 años lo más rápido posible a una camioneta para que no tuviera contacto con los medios. Luego fue trasladado a un hotel donde espera la luz verde para hacerse la revisión médica. Sea por las buenas o no.
¿Cómo es eso? Muy simple. Tigres es el dueño del ciento por ciento de los derechos del futbolista porque Barrera le firmó un contrato en su momento por cuatro años. Lo hizo antes de que la comitiva canalla se reuniera con él y también rubricara una especie de vínculo en Colombia en octubre pasado. Luego de algunas reuniones con los abogados que tienen los mexicanos en Capital Federal se decidió hacer un peritaje. Los resultados arrojaron que la firma pertenece al volante y por lo tanto es del club de Nueva León.
Fue entonces que comenzó otro operativo. La estrategia auriazul fue llegar a un consenso con los mexicanos mediante la vía del diálogo. Luego de arduas tratativas y cuando hacía 72 horas parecía que no había chance, Central comenzó a acelerar por todos los medios para ver de qué manera podría contar con el ex Junior de Barranquilla.
Fue así que Tigres cruzó ayer a la mañana, tal como informó Ovación en su edición de ayer, algunos mails con la dirigencia canalla. Luego de varias idas y venidas lanzó la contraoferta. Y en Arroyito aceptaron porque quieren tener a Barrera a toda costa. Y el jugador también quiere jugar acá, pese a que tenía ofertas concretas de Brasil y Turquía.
Los "felinos" expusieron en principio que estaban de acuerdo en ceder al futbolista a préstamo con cargo pero sin opción. También pidieron que se realice un convenio para intercambiar juveniles, como además tener prioridad sobre las futuras compras de jugadores. Claro que todo eso debe redactarse y tener el marco legal correspondiente porque todo quedó de manera informal y hay puntos que ajustar.
La respuesta final anoche no llegó. Igualmente, los canallas esperan que hoy sea un excelente arranque de semana. Confían en que Tigres accederá al acuerdo verbal así hay humo blanco en Arroyito de una vez. Los auriazules apuestan a contar con el jugador mediante el consenso. Por eso es que siguen en línea abierta con sus pares norteamericanos, quienes corren con el caballo del comisario en este caso porque saben que la ficha del futbolista les pertenece por completo.
"Sí, es verdad que aún no hay un mail oficial por la cesión de Jarlan. Lo que se charló fue al mediodía (ayer) y nada más", fue lo que le confesó una voz dirigencial a este medio. "Ojalá haya una respuesta a la brevedad porque la idea no es confrontar. Queremos sellar lo que hablamos y punto", acotó sin entrar en más detalles.
Sin embargo, en medio de todo esta nebulosa que conjuga optimismo, especulaciones y confusiones, hay un tema que puede ser un gran disparador a corto plazo. El quid de la cuestión es saber qué podría llegar a suceder si Tigres no cede a Barrera por los caminos de la legalidad como espera el canalla.
No sería descabellado imaginar un escenario donde la postura rígida predomine en Central, más allá de que no es la idea madre. Eso implicaría además caer en los tentáculos de un seguro litigio. Donde todas las partes sufrirán las esquirlas, quieran o no.
Es que si se llega a esa instancia que ninguna de las dos partes anhelan por el momento, el más perjudicado sería el club de Arroyito. ¿Por qué? Porque debería entonces recurrir al Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) para contar con los servicios del mediocampista. Y eso implicaría entonces que Barrera recién podría vestirse de auriazul el 20 de febrero, la fecha estipulada para una respuesta. Ya con los partidos ante Newell's y River en los archivos, algo que los directivos y cuerpo técnico tampoco desean que suceda. Por eso se aferran a que llegue el tan esperado consenso.
Además, tener un litigio con la poderosa institución mexicana, que además tendría las de ganar porque legalmente la ficha del futbolista es propiedad de ellos por ley, podría significar luego una dura sanción económica y deportiva, que implicaría no sumar refuerzos. Aunque todo eso figura dentro del marco de las distintas variables que podrían llegar a darse si Tigres no manda el okey.
¿Por qué vino el jugador entonces? Porque Central se aferró al pacto tácito que hubo ayer. Pero a la vez sigue negociando porque no está cerrado el pase. También es para mencionar que hubo ciertas divergencias puertas hacia adentro de Arroyito.
En ese sentido, hubo algunos dirigentes que mostraron racionalidad y pedían seguir negociando "uno o dos días más", porque el club tiene más para perder que ganar. También es cierto que hubo otras voces que piensan diferente y no miden ni midieron antes de subir a Barrera al avión los posibles daños colaterales que sufriría la institución.
A todo esto hay que sumarle que, siempre en el peor de los escenarios, Barrera podría quedar habilitado el 20 de febrero. Y en ese hipotético escenario, tanto Central como Tigres seguirían charlando pero ya desde los tribunales. Eso implicaría además romper relaciones con el mercado mexicano debido a que las instituciones tienen mucho peso y autonomía, pero son corporativos ante hechos de este calibre. Ese es otro de los puntos por los cuales los dirigentes quieren acordar todo de club a club.
Hasta el cierre de esta edición, el panorama seguía igual. Central esperaba el okey de Tigres para poder realizarle la revisión médica a Jarlan y luego presentarlo ante la comunidad canalla. Seguramente, esta novela ofrecerá un nuevo capítulo. ¿Con final feliz? Eso esperan en Arroyito. Caso contrario, todo podría terminar en los tribunales.