Ya forma parte de la vida canalla. Su paso por Arroyito lo marcó. El presente de Sebastián Abreu es Santa Tecla, donde el domingo buscará dar la vuelta olímpica en El Salvador. Pero aceptó el mano a mano con Ovación para palpitar la gran final. "Estoy deseando que se rompa ese maleficio y podamos ganar ese título tan ansiado y negado", afirmó el uruguayo. A la vez, dijo que apostaría "por la dupla Ruben-Herrera" porque considera que se entienden "casi a la perfección y porque se ponen la casaca y saben lo que significa. La camiseta de Central no es para cualquiera".
¿Qué podés decir de esta final, que tiene a dos de los equipos que te marcaron en tu carrera?
Fueron etapas diferentes, pero disfruté en cada lado que me tocó estar. Pero sinceramente quedé más marcado en Central porque fue algo reciente. Más allá de todo, por las cosas que nos tocó vivir, uno está deseando que se rompa ese maleficio y podamos ganar ese título tan ansiado y negado. Primero por el azar de los penales ante Huracán, y luego por un despojo contra Boca. Debería ser la vencida esta vez así esa gente linda y hermosa que tiene el canalla pueda disfrutar de un campeonato. Sería además ponerle la frutilla a la torta en un proceso que inició Miguel Russo y le dio continuidad Coudet.
Hablás como un hincha más, se nota que te marcó el club.
La verdad es que así fue. Lo que me tocó vivir ahí fue como una segunda juventud. Eso hizo que hoy pueda seguir jugando. Además, el cariño que me transmitía el hincha en la calle también fue muy importante. Obviamente agarramos una buena etapa luego de haber estado unos años en la divisional que no le correspondía. El equipo se empezó a formar y a mostrarse fuerte. A eso hay que sumarle que ganamos una seguidilla de clásicos que nos marcó. Ganamos tres seguidos y eso ayudó a que todo sea más lindo y disfrutable. Por eso ahora, a la distancia, me siento cerca porque sigo manteniendo vínculo con compañeros, empleados del club y gente que conocí en esa ciudad. Por eso, con todo esto que sigo viviendo me genera cierta ansiedad y deseos de que llegue este título que se nos viene escapando.
¿Cómo ves a Central teniendo en cuenta que en el torneo largo viene mal, pero en la Copa muestra otra cara?
Pasa que se nota que es una cuenta pendiente poder ganarla. Es como que quedó toda esa rebeldía del año pasado y del anterior. Esa que se transformó positivamente para poder llegar a otra final. Y con respecto al torneo local, lo cierto es que hubo muchos partidos que presentó un equipo con otra alineación y se fueron perdieron puntos. En el fútbol no hay merecimientos, pero por las cosas que pasó Central, hoy está en el momento justo.
¿Y qué otro argumento existe para ganarle a River?
El sentido de pertenencia.
¿Dónde lo aprendiste bien?
Lo aprendí en el vestuario, pero lo reafirman los integrantes de los planteles. Sobre todo los que vienen de abajo, que maman esa cultura y pasión por el club. A eso hay que sumarles a los futbolistas que han repatriado como Marco Ruben, el Chaqueño Herrera, Kity Villagra. Son de la casa y eso genera que no sólo juegues siendo profesional sino además sabiendo lo que significa la camiseta de Central, y ser un hincha dentro del campo de juego.
¿La locura te la hizo entender primero el Chaqueño Herrera cuando estaban en Botafogo?
No, el primero fue el Polillita Da Silva en México, en 1999, cuando estábamos en Tecos. Luego me tocó el Chacho en San Luis. Después me agarraron en River el Loncho, Marco y el Chelo Ojeda. Y en Brasil sí me agarró el Chaqueño. Al principio pensaba que exageraban, pero cuando llegué comprobé al jugar en Central. Ni hablar cuando ganás un clásico, ahí también ves la reacción del hincha en la calle.
¿Pensás que el hecho de que River haya perdido el clásico puede favorecer a Central?
En este caso pasa algo similar con Central. En los mano a mano se hace fuerte, duro. Ellos también están alejados en el campeonato, pese a que los dos llegan muy parejos desde este punto de vista.
Ultimo mensaje al hincha.
Decirle gracias. Con respecto a la final, deseo que la ganemos porque Central merece el título, así la gente puede desahogarse y disfrutar de un torneo.