El desafío de aprender a caminar es seguido muy de cerca por otro logro
(grandioso para un ser humano de poco más de 12 meses de vida) como es la adquisición del lenguaje.
Y aunque diversas teorías coinciden en que el ser humano está genéticamente capacitado para esta
tarea, como la del lingüista Noam Chomsky, también se asegura que es un esfuerzo cognitivo notable
tal como le ocurre a un adulto cuando debe rendir un examen o expresar ideas y conceptos.
Este rasgo, que es el que más distingue a las personas,
surge cumpliendo numerosas etapas de maduración de facultades innatas al ser humano o expresado en
otras palabras, comenzar a hablar es tan natural como dormir, soñar o cantar. Sin embargo, la
pediatra Noemí Petruccelli, jefa de neonatología del Hospital Pirovano de la ciudad de Buenos Aires
considera importante que "desde el comienzo de la vida se inicie un buen vínculo desde lo afectivo
desarrollando una relación del bebé con sus padres a través del lenguaje. Esto es fundamental,
añade, aun en etapas muy tempranas, antes que el niño pronuncie palabras. Cuando el adulto habla
veremos que el niño presta mucha atención y se tranquiliza oyendo la voz de su madre". "Las
primeras sílabas del bebé de ocho meses carecen de simbolismo. Aunque repita pa-pa o ma-ma pueden
significar comida, madre o cualquier otra cosa que desee expresar. Y antes de esta etapa lo primero
que oímos de un bebé es el balbuceo como el característico ajó, que aparece como respuesta al
lenguaje adulto, alrededor de los 2 meses".
Alrededor del año el bebé ya logra conformar un "vocabulario compuesto por unas
seis palabras y aparecen las conductas imitativas como hablar por teléfono", agrega la pediatra.
Esas primeras palabras muchas veces no son muy claras. "No hay que preocuparse si no se comprende
lo que dice", tranquiliza Petruccelli.
El bebé continúa su desarrollo prestando atención a todo lo
que escucha, así es como al llegar al año y medio puede pronunciar unas veinte palabras. "A esta
edad su lenguaje ya es más entendible —continúa—. Cerca de los 21 meses comienza a
elaborar frases y al cumplir los dos años utiliza pronombres por primera vez, pero generalmente lo
hace de manera incorrecta.
Al tercer año
Entre los dos y tres años los chicos pronuncian frases y oraciones cortadas.
Esto tampoco debe preocupar a los padres ni generar ansiedad. A esta edad comienza también a
utilizar el pronombre "yo" como resultado de su evolución y aprende a utilizar los pronombres en
forma correcta. A los tres años maneja un vocabulario de alrededor de 250 palabras y aparece el uso
del plural.
El "rango de normalidad" frente a la aparición del lenguaje
de los bebés es uno de los motivos que mayor ansiedad genera en los padres. "Cada niño tiene sus
tiempos —aclara Petruccelli— y existe un rango o tiempo de espera prudencial de
aproximadamente uno o dos meses para las etapas mencionadas. En este sentido también es muy
importante que el niño realice sus controles periódicos de salud con un solo médico, quien lo va a
seguir en su crecimiento y desarrollo, en su contexto social, familiar y afectivo, aspectos que
tienen mucho que ver con la adquisición del lenguaje, como también los antecedentes del
nacimiento".
¿Es necesario consultar con un especialista? ¿Cómo
asegurarse que un bebé está desarrollando el habla de forma correcta? El pediatra es quien se ocupa
de este aspecto, insiste Petruccelli "no hay duda que está capacitado en cualquier etapa del
desarrollo del niño para detectar cualquier dato que escapa al rango de la normalidad y será quien
derive a una interconsulta con algún especialista. Las más habituales son con neurólogos y
fonoaudiólogos. Las maestras también cumplen un papel muy importante cuando los niños comienzan el
jardín.".
Entre las principales patologías la pediatra menciona la
del frenillo lingual, que impide la buena pronunciación y se soluciona con una cirugía simple y
tratamiento fonoaudiológico. Luego están la dislexia, que afectará también al lenguaje leído, la
disfasia infantil y la disartria.
"No está de más recordar que debemos realizar en todo
recién nacido el estudio de las otoemisiones acústicas para comprobar una normal audición. El
estudio se debe realizar a partir de la primera semana de vida", agregó.
En una época plagada de recomendaciones sobre estimulación
temprana si la adquisición del lenguaje es tan innata, ¿es necesario intervenir en este desarrollo
o mejorar el vocabulario de un bebé? "Todo lo que sea estímulo y afecto brindado por el entorno del
niño ayuda para la adquisición del lenguaje —opina Petruccelli—, como los cuentos, las
canciones y los juegos. No hay que olvidar que cada niño tiene sus propios tiempos para comenzar a
hablar.
María Fernanda Barro Gil