"Le quiero agradecer al «teacher», a todos los docentes y compañeros, a los médicos y a la gente que colgó mi foto en las redes aún sin conocerme". Las palabras son de Lucio Rojas, el jovencito de 14 años que pasó airoso por dos operaciones complicadísimas en enero y en marzo de este año y recién ahora comenzó a asistir normalmente a la escuela Nº 515 René Favaloro, de Villa Gobernador Gálvez.
"Me atrasé mucho _reconoce_ pero ya voy a recuperar, nunca me fue mal en la escuela", dijo el chico que había terminado la primaria como abanderado.
Cuando agradece por este presente se refiere con el apodo "el teacher" para hablar de Sergio Colussi, el profesor de inglés y tutor del colegio que fue a darle clases todos los viernes a su casa durante el posoperatorio y quien lo recibió cuando volvió a la escuela. Así se los ve en una foto juntos en agosto: a él con el pulgar en alto.
"Lucio esperaba con ganas los viernes para que llegue el profesor a casa y poder charlar con él", dijo la mamá, Cristina Hanak. Una actitud que no se reemplaza con "ningún váucher".
Lucio, su mamá y su papá, Carlos, viven en la localidad villagalvense, distante a solo 15 kilómetros al sudeste de Rosario. El joven nació con una debilidad en sus músculos (miopatía nemalinica) que no solo le causaba dolores sino que lo obligó a usar corsé y con los años le hizo padecer una pronunciada inclinación de columna (escoliosis) que le empezó a comprometer el pulmón y por lo que tuvo que pasar por una traqueotomía. A todo ese panorama le sumó una "vida inclinada" y a padecer más tiempo en consultorios de su ciudad, Rosario y el Hospital Garraham, que en la escuela.
Pero ahora volvió, fue recibido con los brazos abiertos por todos y ya planea su futuro: "Quiero estudiar computación", le dijo a La Capital.
No obstante, antes de volver a estudiar y a juntarse con sus compañeros, el 16 de enero de este año le realizaron una tracción: le colocaron un aro de metal (halo) en la cabeza para extender la columna vertebral hacia arriba, un estiramiento lento con un sistema de poleas. La intervención fue necesaria para descomprimir el pulmón y poder llegar a la cirugía que llegó finalmente el 13 de marzo, de la que salió con éxito.
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"Fueron 12 horas y cuarto dentro del quirófano. Entro a las 7 y salió a las 19.16: no me lo olvido más. Y luego necesitó respirador las 24 horas, ya no", detalló la mamá.
Lucio "reloaded"
Cristina prefiere ya no pensar en todas las complicaciones previas e inmediatamente posteriores a las dos cirugías, atrás quedó la época en que publicó en las redes este texto pidiendo ayuda económica: "Hola mi nombre es Lucio, tengo 13 años y una escoliosis severa con más de 150 grados...necesito rehacerme una tracción y comparar la prótesis para poder operarme. Necesito iniciar un tratamiento urgente porque me cuesta mucho respirar ya que tengo el pulmón izquierdo comprometido contra las costillas y en cualquier momento ya no voy a poder seguir caminando".
Ahora está contenta porque Lucio de a poco volvió a la escuela. "Primero una hora y media y se conectaba al respirador, luego fue extendiendo las horas y ahora ya va de 13.30 a 17", relató. Dice que su hijo "se va recuperando" y que eso lo logró con la ayuda de los médicos, de todo el colegio, de amigos y familiares, de gente que no conozco y que sumó cadenas de oraciones y de la intendencia de Villa Gobernador Gálvez.
Si alguien hiciera la película de la vida de Lucio podría decir que esta etapa es la de "Lucio reloaded" (recargado), con la vista al frente, y mucho menos inclinada que antes, y el pulgar en alto.