El 10 de julio será recordado por los vecinos de Maipú y Mendoza como el día del cumpleaños de Ramón, el muchacho que desde hace años vive en situación de calle y es querido por cuanta persona transita por esa zona del centro. Pero lo más importante es que será además el día en el que Ramón Oviedo Sosa, de 35 años, recuperó la identidad y ya no será más ese ser anónimo que suele deambular por allí.
Ayer la esquina cambió su fisonomía para festejar el cumple de ese amigo entrañable. La ochava fue coloreada con globos y carteles alusivos y una mesa llena de alimentos para compartir entre todos los vecinos y amigos de Ramón.
El bar El Ancla aportó las empanadas, la pastelería donó dos tortas y Wally, un peluquero de Arroyito, se encargó de retocarle el pelo y la barba. Nadie quiso estar ajeno a la celebración. Fue emocionante para quienes conocen a Ramón verlo sonreír y apreciar el cariño que retribuía a cada uno que se acercaba a saludarlo y compartir la mesa con él.
Es que Ramón es querido por todos y es un histórico en la cuadra. "Lo conocemos de toda la vida. Hace más de veinte años que paso por acá y el siempre nos trató con amabilidad y respeto, nunca nos quejamos de nada. Es un amigo", destacó una vecina de la cuadra, quien no se perdió la selfie con Ramón.
Sin embargo, propio de la vida que lleva, de a ratos saludaba a todos, encendía un cigarrillo y se recluía en soledad sobre calle Mendoza con "los amigos" de la calle, aquellos con los que comparte anécdotas y suele pernoctar en la puerta de La Corriente de la Militancia. Es que las cámaras y la decena de personas que allí se encontraba le generaron cierto rechazo e incomodidad.
De a poco, con el correr del tiempo, "el amigo" se fue acercando y comenzó a desenvolverse con más soltura y naturalidad. Hasta se animó a gritar un "¡vamos River campeón!", se calzó el gorro y conjunto del equipo millonario, del cual es fanático, y posó exultante para la foto grupal.
Desde los autos, la gente se sumó con bocinazos de automovilistas y choferes de colectivos y taxis le gritaron un "¡vamos Ramón!, ¡feliz cumpleaños!".
Movida
La cruzada por Ramón comenzó a gestarse desde hace unos días gracias a la ayuda desinteresada de Alejandro Novillo, vecino de Maipú al 1200. Fue él quien localizó a los familiares de Ramón para comenzar a investigar su identidad. Así fue que se contactó con Mariela, por medio de la ayuda de Verónica Manara de "Manos Solidarias Rosario", y llegó hasta Cristina, la hermana del muchacho.
Pese a que ayer su madre, su hermana y sus sobrinos estuvieron presentes en el cumpleaños, Ramón se mostró reticente y no hubo mucho contacto con ellos.
Poco se sabe sobre las causas que obligaron a Ramón a vivir en situación de calle. "Lo importante es que hoy dimos el primer paso, que es recuperar su identidad; ahora tendremos que empezar a trabajar de a poco, con la ayuda de psicólogos, para comenzar a dialogar con él y averiguar qué le pasó, ya que se muestra retraído y no quiere hablar", le contó Novillo a La Capital.
Lo concreto es que ayer tuvo un día especial. Los regalos que abrió y los abrazos que recibió en cada momento fueron una muestra más de que la solidaridad suele lograr cosas maravillosas.