La historia que está bajo investigación en el Ministerio Público de la Acusación (MPA) tiene ribetes grotescos y crueles. Un hombre denunció que su ex pareja, un varón trans, lo estafó en algo más de 2,5 millones de pesos al simular graves problemas de salud por los que debía someterse a una supuesta intervención quirúrgica que nunca se concretó. Ahora se trata de establecer si el denunciado repitió el ardid con otras personas.
Desde hace pocos días, la unidad fiscal de Investigación y Juicio del MPA investiga la denuncia de un joven de 27 años quien, además de sentirse completamente desahuciado sentimentalmente, sufrió en pocos meses una estafa de proporciones.
Según la denuncia en manos de la fiscal Viviana O'Connell, Lisandro (nombre ficticio para esta nota) narró que mantenía una relación de pareja con un varón trans, Franco R., de 20 años, vínculo que duró un año y en principio fue de afecto y comprensión mutua. Sin embargo, todo se desmoronó y quedó al descubierto una farsa.
“Me enteré de que este señor estaba con otras personas también de modo íntimo, pero sólo para sacar beneficios de cada una”, indicó el denunciante antes de narrar que su pareja siempre le manifestó tener diversos problemas de salud que la obligaban a someterse a cuidados médicos o internaciones.
Falsa internación y diagnósticos
La sorpresa llegó en agosto último cuando Franco R. le avisó a Lisandro que estaba internado en el Sanatorio Parque. En esa instancia, fingió haber tenido inconvenientes con la internación porque la institución lo tenía registrado con su deadname (nombre anterior).
Además, Franco dijo que debieron hacerle “intervenciones quirúrgicas u operaciones de cambio de un biochip que controlaba las bajas pulsaciones”.
A la semana, siempre según la denuncia, le contó que lo habían vuelto a intervenir por una “mala praxis”. Luego, fingió un diagnóstico de poliquistosis ovárica y renal que requería un tratamiento de punciones en los riñones durante una semana, y que esa prestación se la facturaron como “salud privada”.
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Lisandro dijo tener permanente compresión hacia su compañero quien refería no tener buena relación con su familia y atravesar un contexto de extrema vulnerabilidad. También, según Lisandro, narraba sus problemas de salud con detalles precisos y seguridad, apelando a la sensibilidad.
Es más, durante la internación, el paciente le dijo a su pareja que no asistiera al sanatorio porque “tenía negadas las visitas”. La víctima asumió que las situaciones señaladas por su pareja eran muy graves, de vida o muerte. Ahora se trata de establecer si todo fue parte de una hábil puesta en escena.
Un montaje cruel
“Bajo la confianza y los planes de futuro que teníamos juntos me fue llevando de manera ilegal y cruel, pero hábilmente, a que le transfiriera sumas de dinero que totalizaron 2.532.000 de pesos”, indicó Lisandro en la denuncia, donde agregó que, por cuestiones de seguridad, nunca le dio dinero en mano y se manejó con transferencias.
En esa dinámica de confianza, el ahora denunciado aceptó enviar “supuestas capturas de actuaciones médicas”, intercambios que están documentados en el chat de WhatsApp, que son parte de la evidencia que acumula la investigación junto a los comprobantes de las transferencias.
Gastos en muebles, moto y joyas
En un momento, la trama quedó al descubierto. Fue cuando una amiga en común, que en su momento convivió con Franco, le contó a Lisandro que todo el dinero que había destinado a la supuestos tratamientos médicos, en realidad lo utilizó para amueblar un departamento, comprar una moto y alhajas, entre otras objetos.
Esta mujer le contó a la víctima que Franco, “nunca estuvo internado", que no tiene ninguno de los problemas de salud que fingió y que tampoco fue operado.
“Estoy sufriendo un daño personal y patrimonial muy considerable”, refirió el denunciante, visiblemente conmocionado.
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Así, el joven solicitó instar la acción penal contra su ex pareja para que el MPA le impute el delito de estafa. Igualmente, requirió medidas a la fiscal, ya que expresó cierto temor a que el denunciado se fugue. Es que a medida que tomaba conciencia de la cruel simulación, se enteró que “no es la primera vez que Franco comete acciones de este tipo, y suele ausentarse cuando tiene conflictos”.
El abogado Mariano Savia, que patrocina a Lisandro, manifestó a La Capital que en esta historia su cliente “actuó con un grado de humanidad superlativo, pero con diligencia, porque no aceptó entregar dinero en mano, todas las transferencias están documentadas y también el marco en el que se concretó el hecho. En la Fiscalía nos recibieron muy bien, sabemos que hay una investigación en curso”, aportó el profesional.