Ni Patricia Bullrich pudo detener la marcha y movilización de organizaciones y sindicatos rosarinos en el marco del paro general convocado por la CGT. Una intervención artística que imitaba a la "ministra de (in)seguridad", a cargo de un actor local, intentó a los gritos controlar que no se concentraran más de 30 personas pero fue en vano. Una multitud llegó a la Plaza 25 de Mayo, para luego bajar hacia el Monumento Nacional a la Bandera y expresar su repudio contra el gobierno de Javier Milei, a 45 días de iniciado su mandato.
Bajo la consigna "La Patria no se vende", los gremios rosarinos respondieron a la convocatoria nacional en busca de una demostración de unidad. Las distintas centrales y nucleamientos sindicatos apartaron diferencias y coordinaron un acto central. De esta coordinación participaron la CGT Rosario, el Movimiento Sindical Rosarino (MSR), las CTA Autónoma y de los Trabajadores, Movimiento Obrero Rosarino y Multisectorial 21 F. Desde el escenario, a la hora de leer el documento, subrayaron que participaron de la movilización unas 80 mil personas.
Además de las organizaciones políticas y sindicales, también se acercaron ambientalistas, artistas y referentes de la cultura, inquilinos, científicos del Conicet, integrantes de la comunidad LGBT+, movimientos feministas, militantes de derechos humanos, científicos del Conicet y también grupos de amigos y familias.
El megadecreto de Milei y la ley ómnibus que ingresó al Congreso de la Nación propone más de 1.000 medidas, entre ellas la reforma laboral, los cambios en las jubilaciones, la motosierra entre los empleados estatales y los planes sociales, la derogación de la ley de alquileres, la liberación de precios para las prepagas, los recortes a la cultura, las privatizaciones y el protocolo antipiquetes. Sin embargo, aunque la mayoría de los asistentes a la marcha decía sentirse perjudicado por uno o varios de esos puntos, todos resaltaron en diálogo con La Capital la importancia de respetar las instituciones y evitar "el peligro para la democracia que representa este avasallamiento".
Las banderas y las camisetas de Argentina coparon el centro de la ciudad. Además de las tradicionales pancartes de los gremios, estuvieron quienes decidieron hacer sus propios carteles y, utilizando el ingenio, visibilizar de una manera distinta sus consignas y los motivos que los llevaron a marchar.
"Siempre colectivo, nunca ómnibus", "Con la educación no", "Patricia Bullrich, ministra de Inseguridad. Su función es proteger a cinco o diez millonarios amigos de Mauricio Macri y practica una filosofía muy interesante que pone el foco en el ser humano", "Conan, no somos la casta", "Ciencia=Soberanía", "Que la crisis la paguen los ricos", entre otros.
Un adulto mayor, referente de los jubilados, cuestionó en contacto con este medio que "no te pidan un psico físico para ser presidente" y acusó a este gobierno de "una insanía total". "Dentro de todas la quita de derechos de esta ley ómnibus y el DNU nosotros los jubilados somos los más perjudicados de todos, pero no nos tenemos que victimizar. Tenemos que ser más fuertes que nunca y luchar juntos, aunque cueste mucho", pidió.
Sin fórmula de la movilidad, los haberes quedarán atados a la inflación a partir de abril. El proyecto de ley ómnibus también establece el traspaso del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses al Tesoro, una medida cuestionada por la oposición. "No nos tenemos que dejar vencer ni dejar de movilizarnos", insistió.
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En bicicleta y con carteles alusivos a los puntos del megadecreto que atentan contra las políticas ambientales, los ecologistas de la ciudad también dijeron presente en el paro. "Nos hace ruido de todo. La Patria no se vende y el pueblo está en la calle justamente por eso, para defender la ley de bosques, la ley de humedales que aún no sale. Realmente esperamos que todo el pueblo salga a la calle en defensa de nuestra propia patria", señaló una mujer. Las organizaciones ambientalistas vienen manifestándose en contra de los artículos que buscan modificar las leyes de bosques, de glaciares y de quemas.
Además de los puntos particulares, otra de las participantes de la marcha advirtió que lo más peligroso "es el DNU porque pretende tirar abajo con un decreto 300 leyes que se debatieron en el Congreso, con representantes del pueblo". "¿Qué es esto Mileilandia?", se preguntó.
La derogación de la ley de alquileres es otra de las cuestiones que se coló en la masiva movilización rosarina. "Los inquilinos estamos muy preocupados porque nos dejaron sin ley de alquileres, es la ley de la selva. Cada uno pide lo que quiere, desalojando, pidiéndote en dólares, renovándote por un mes, estamos a la buena de Dios y no hay nadie que nos defienda ni nos represente", expresó, entre enojada y angustiada, una mujer. El megadecreto y la ley ómnibus es tan amplio que repudiar punto por punto resulta casi una misión imposibole.
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Mientras aprovechaba la movilización para vender los churros y tortas fritas que produce, una chica habló con La Capital y explicó que, aunque estuviese trabajando, estaba de acuerdo con el paro. "Cada vez la cosa está peor, no podemos ni comprar los insumos para trabajar. Las harinas, el aceite, toda la mercadería aumentó una locura. Vine a protestar y de paso vendo", admitió sentada en una reposera, ofreciendo sus productos.
Por su parte, científicos del Conicet, vestidos con sus guardapolvos blancos, se acercaron al Monumento para reclamar por los despidos y recortes en la ciencia, y también para intentar explicarle a la gente qué es lo que hacen y que no son "ni vagos ni ñoquis".
Una joven docente decidió marchar sola. "Me preocupa la educación, trabajo en varias instituciones en el día y no puedo solventar el transporte. Son entre tres y cuatro viajes diarios. Además considero que como profe tengo que estar acá, por mis alumnos, para demostrarles con hechos más allá de la teoría. Esto es político", argumentó.
Con la distintiva bandera LGBT+ gigante, representantes de la comunidad se plegaron a la medida de fuerza y llenaron las inmediaciones de la concentración de colores, abanicos y también canciones. "Milei, basura, vos sos la dictadura", fue uno de los hits del día.
"Creemos que no hay que desfinanciar el Estado, tiene que estar presente para poder respaldar los derechos de los ciudadanos que alquilamos, que vamos a la universidad, que usamos la salud pública, que vamos a la farmacia, al supermercado. Todos los recortes que se hicieron beneficiaron solo a los sectores ricos de la sociedad. Se nota en el aire el descontento", analizó una mujer trans.
Y concluyó: "Siempre estuvimos en la calle resistiendo, donde se consiguen los derechos, de manera colectiva. No creemos en las luchas individuales. El Estado tiene que estar presente y por eso estamos acá hoy los putos, las tortas, las travestis y toda la diversidad de Rosario".
La movilización, que se replicó en el resto del país, transcurrió en la ciudad sin tensiones. Los rosarinos hicieron uso de su ingenio popular para hacerle frente, al ritmo de la batucada y los cánticos, al "plan motosierra" del presidente Javier Milei. Pese a la bronca y la indignación por las políticas del gobierno nacional, resaltaron la necesidad de seguir luchando y defender los derechos conquistados en las calles.
A 45 días de su asunción, el economista libertario atraviesa su primer paro general. El último había sido en mayo de 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri. Miles y miles de personas se sumaron a la convocatoria local y dejaron en claro que esta puede ser la primera jornada de lucha pero no la última.
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Foto: Virginia Benedetto / La Capital
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Foto: Virginia Benedetto / La Capital