"En estas horas hay una homogeneización de la angustia en todos los sectores de la ciudad", dijo a La Capital la presidenta del Colegio de Psicólogos de la Segunda Circunscripción, Natalia Palma, que si bien admitió que el "repliegue en la ciudad no puede sostenerse por siempre", hizo una pregunta clave sobre salud mental: "¿Más allá de lo estrictamente vinculado a la política seguridad, hay que preguntarse qué estrategias se está dando desde el Estado para que la comunidad pueda volver a salir a la calle?".
La angustia, la incertidumbre y el miedo marcaron el hora a hora de la ciudad en los últimos días. Sin embargo, no son sensaciones nuevas en un contexto de violencia y crisis social y económica que está lejos de haber empezado en la última semana. Las ejecuciones de dos choferes de taxi, el ataque al colectivero de la la línea K que falleció este domingo tras permanecer internado en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca), a la que se sumó el crimen del playero de una estación de servicio en zona oeste, marcaron un fin de semana donde el temor empujó a resguardarse casi instintivamente. Y el lunes la ciudad amaneció en un repliegue masivo de actividades.
"La sensación hoy es que puede pasarle a cualquiera porque desde el Estado no hay coordenadas de cuidado ni de legalidad cuando desde allí, en el caso del Estado nacional, se ejerce la crueldad", señaló Palma, que recalca la necesidad de tomar medidas en espacios que ya en otras oportunidades fueron blanco de ataques violentos, como son las escuelas por ejemplo que mayoritariamente permanecieron cerradas -incluso las de gestión privada- y los centros de salud manteniéndose sólo las guardias mínimas en los hospitales.
"Sin embargo, en muchos espacios no es un repliegue pasivo -continúa la psicóloga-, pero sí es cierto es ante la sensación de estar descuidados con la que amanecimos, fue necesario reunirnos a pensar qué estrategias darnos para los próximos días. Nos sentimos descuidados ante la falta de un otro que nos marque coordenadas de cuidado y de legalidad de parte del Estado".
"Hay menos que antes"
La violencia y la crisis socio económica lleva rato marcando el ritmo de muchos barrios y familia de la ciudad, con las consecuencias que los especialistas ya vienen alertando en materia de salud mental: el aumento de la demanda de atención no sólo en los adultos, sino más aún en jóvenes chicos.
Haciendo un recorte en el último mes, desde el Colegio de Psicólogos señalan ese incremento de la demanda en la atención en salud mental, pero además fundamentalmente "la migración de esas consultas del sector privado al sector público por la cuestión de los recursos que se profundizó mucho por pérdida de la obra social y al mismo tiempo la necesidad de tener un acompañamiento".
En ese contexto, Palma suma "la crueldad comunicacional que se ejerce desde el gobierno nacional" y "un incremento de una política de seguridad que deja por fuera todo lo que implica una políticas territoriales, de cuidado y de promoción de derechos". Un punto donde incluso el Estado nacional directamente se retira de los territorios.
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"Nación despidió 160 trabajadores pertenecientes a la agencia nacional de discapacidad, ajustó a las provincias, ya no envían fondos para la ayuda alimentaria y hasta ya no cuenta con los dispositivos del Sedronar para la atención de consumos problemáticos -detalló-. Todos esos recursos de la Nación que estaban en Rosario, ya no están en el último mes, y representan en lo cotidiano trabajadores que tenían un enlace con niños, adolescentes y jóvenes. Si antes no era suficiente, ahora menos que antes".
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En ese sentido, la presidenta del Colegio del Psicólogos remarcó que "si Estado aparece sólo desde la seguridad, no hay con qué hacerle frente a al resto de las problemáticas" que hacen a la violencia que atraviesa la ciudad.
Cómo volver a la calle
Lo cierto es que el repliegue de la ciudad fue casi total en las últimas horas. "Esto nos afecta individual y colectivamente, cómo nos organizamos en los primeros cuidados, en el vínculo con los otros, si llevamos o no los chicos a la escuela, si los exponemos al llevarlos incluso subiéndose a un colectivo -agrega Palma-. Todas esas preguntas y la incertidumbre que tiene la ciudad este lunes y a las que se suman la de cómo acompañar a los cuidan e los centros de salud y en los espacios educativos, hoy estamos frente a un repliegue, pero que no lo podemos sostener eternamente".
Para, eso la psicóloga no sólo señaló la necesidad de "ir pensando en en el día a día, en encontrarnos y salir de lo individual para ir generando tramas en espacios como la escuela, la salud y así reorganizarnos".
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Aún así, consideró que ese proceso y "en el marco de las políticas públicas del resguardo al vida, y en un momento en que toda la ciudad está atravesada por la incertidumbre, la angustia, el dolor, la tristeza y el miedo, más que los comunicados reactvos que estamos leyendo, el Estado debería estar pensando en el acompañamiento diario de la población. El Estado también tiene que dar respuesta en ese sentido y sería bueno saber en qué estrategias están pensando para que la comunidad pueda volver a salir a al calle, cómo se generan condiciones de cuidado y eso no puede ser más que a través de estrategias con otros".