El ministro de Educación de la provincia, José Goity, volvió a cuestionar el proyecto de ley de libertad educativa que prepara el gobierno nacional. Según advirtió, la norma contiene "diferencias de fondo" con el sistema educativo que se promueve desde la provincia, sobre todo en relación a la obligación del Estado de conducir el sistema educativo. El funcionario cuestionó la propuesta de educación hogareña contenida en la iniciativa de la gestión de Javier Milei: "No es viable que cada uno enseñe lo que quiere, donde quiera y cuando quiera", apuntó. A contrapelo de estas ideas, valoró los acuerdos sobre educación alcanzados en la nueva Constitución provincial y anticipó que impulsará el debate para acordar una ley de educación santafesina.
El martes pasado fue la última reunión del año del Consejo Federal de Educación que reúne a las máximas autoridades de las carteras educativas nacionales y de cada una de las provincias. Tampoco allí los ministros provinciales recibieron noticias sobre el proyecto de ley de educación que se perfila en los despachos del gabinete nacional, cuyo borrador circuló hace dos semanas en los medios de comunicación.
"No hubo una comunicación formal del proyecto, ni el tema fue tratado en el Consejo Federal. No tenemos un documento oficial sobre el tema, sí circuló información sobre un documento, que es una propuesta que se trabajó en el acuerdo de mayo, y que seguramente va a ser puesta a debate y consideración", sostuvo el ministro.
La ley de libertad educativa busca derogar y reemplazar la ley de educación nacional Nº 26.206, vigente desde 2006. La propuesta tiene tres principios básicos: la libertad educativa, entendida como el derecho de toda persona a enseñar y aprender, el rol preferente de la familia en este proceso y el papel subsidiario del Estado como garante del derecho a la educación.
De acuerdo con esto, entre otros puntos, se impulsa la educación en el hogar como una de las “formas alternativas de enseñanza”, junto con la educación híbrida, que combina instancias presenciales y virtuales y a distancia, sin establecer una edad mínima. También autoriza la enseñanza religiosa en las escuelas públicas, fuera del horario escolar y elimina la meta de inversión del 6 % del PBI para el financiamiento del sistema.
Para Goity, el borrador plantea "diferencias de fondo" con el sistema educativo que se desarrolla en Santa Fe. "Más allá de que podamos discutir aspectos puntuales, la primera diferencia tiene que ver con la tradición educativa en argentina, también la de Santa Fe, que marca el rol central del Estado en sostener y conducir el sistema educativo", señala y destaca que la nueva Constitución provincial hace explícito el rol indelegable e intransferible del Estado en ordenar, sostener, conducir y financiar el sistema educativo.
Familias y la educación en el hogar
El ministro de Educación santafesino consideró que el rol que ostenta el Estado en la organización del sistema educativo no se puede trasladar a las familias. "La familia es fundamental en el proceso educativo, tiene una responsabilidad importante, pero el derecho a la educación en sí no es sólo un derecho individual, sino colectivo y social. Mas allá de la decisión de los individuos es obligación del Estado garantizar una educación en beneficio de las personas y de la sociedad", sostuvo.
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Por eso, consideró, "a signar a los individuos y a la familia un rol distinto al que hoy tienen no es positivo desde ningún punto de vista". Y destacó que el texto de la Constitución santafesina dejó parte de ese debate saldado ya que reconoce el papel preponderante del Estado en la conducción del proceso pedagógico. "En educación la responsabilidad colectiva es cuestión de base, de eso deriva la responsabilidad del Estado de financiar la educación", destacó y advirtió que se financia tanto el funcionamiento de escuelas públicas como privadas, a través de un mecanismo de subsidios "que hace que en la provincia de Santa Fe el 80 por ciento del financiamiento de la educación esté sostenido por el presupuesto público".
En este sentido, el funcionario cuestionó el sistema de educación hogareña, ya que "atenta contra la igualdad de oportunidades que debe brindar la educación. Si libramos eso a la impronta familiar, tendremos un mayor nivel de desigualdad educativa y un mayor nivel de desigualdad social. La educación es un agente igualador, el conocimiento iguala, por eso ahí debe estar el Estado", advirtió y remarcó que "no es viable que cada uno enseñe lo que quiere, donde quiera y cuando quiera" .
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Por una ley educativa provincial
Si bien en la Legislatura hubo varias propuestas e incluso un proyecto consensuado por varias fuerzas políticas alcanzó la aprobación en Diputados, Santa Fe es una de las pocas provincias del país que no cuenta con una ley de educación propia. La adhesión de la provincia a la ley nacional 26.206 es el marco normativo que regula el sistema educativo de la provincia.
Pero, ¿qué pasaría frente a un cambio en la ley nacional? "Habiendo incorporado un capítulo sobre educación en la Constitución provincial generamos un paraguas más consistente que una ley, pero también un punto de partida para dar un debate sobre qué sistema educativo queremos, qué le sirve a la sociedad y a los chicos, chicas y adolescentes que asisten a la escuela. A partir de este debate estamos en condiciones de tener una ley, porque ya hay algunas cuestiones que están saldadas y tenemos una buena base para discutir una ley de educación provincial, que creo es lo que tenemos que hacer", apuntó.
Por otro lado, sostuvo, la ley nacional funciona como articuladora de un sistema educativo que, en la práctica, es responsabilidad de las provincias: "Son las provincias las que financian en su totalidad el sistema educativo y son responsables de lo que pasa en las escuelas", dijo y consideró que "es una buena oportunidad para impulsar debates profundos respecto de qué educación queremos en la provincia".
"Tenemos que ver cómo mejoramos el sistema educativo, cómo el Estado puede dar cuenta de lo que aprenden los chicos, cómo reforzamos la alianza que tiene que existir entre familias, organizaciones sociales, sociedad civil y el Estado para sostener la educación que queremos en el futuro. Tenemos que impulsar planteos que sean superadores, no regresivos. Porque lo que se está proponiendo hoy es un retroceso, tanto conceptual como práctico", concluyó.