Un equipo de arquitectos rosarinos integrado por Mauro Grivarello Bernabé, Leonardo Javier Losada, y Federico Patricio Castellani, todos graduados en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), ganó el Concurso Nacional de Anteproyectos para el Complejo Edilicio Salta 2141, donde se emplazará un Espacio Cultural y Educativo de la Memoria y la Música. En ese centro convivirán el futuro edificio destinado al Instituto Superior del Profesorado de Música Nº 5.932 Carlos Guastavino, y un sitio en memoria y recuerdo de la víctimas del trágico suceso ocurrido el 6 de agosto de 2013, en Salta, entre bulevar Oroño y Balcarce.
"El edificio, de planta baja y seis niveles, generará un cambio de atmósfera en relación con el entorno inmediato, tanto de día como por las noches, donde la pieza se convertirá en un auténtico símbolo, un faro urbano, un punto de encuentro, y por sobre todo un espacio para la memoria", comentó a La Capital Mauro Grivarello Bernabé.
"A nivel urbano, el memorial se hace presente de manera sobria pero contundente, su morfología es el resultado de la relación entre la propuesta y las preexistencias, como así también la manifestación de las presiones programáticas evidenciando distintas escalas, opacidades y transparencias", contó el arquitecto.
Sobre la materialidad de la obra, explicó que "la utilización de hormigón y vidrio en su definición estructural y material, terminan de definir la operación acorde a un edificio público, tanto por su bajo mantenimiento pero también por la facilidades constructivas y la flexibilidad que permite".
"Creo que destacaron nuestra propuesta por la simpleza y la austeridad de su conformación. La fachada indica lo que es memorial, y lo que es escuela; y logramos un buen tratamiento de la planta baja y el memorial. Así se terminará transformando en un auténtico símbolo urbano", subrayó el arquitecto.
"Ganar fue un gran orgullo, todavía no lo puedo creer, y todavía me tiemblan las piernas. Soy muy concursero, pero había muchos participantes y no era nada sencillo", confió emocionado Grivarello.
El concurso de anteproyectos, que contó con 75 participantes, fue de carácter abierto, nacional, y a una sola vuelta; y estuvo organizado por el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Santa Fe (Capsf), y por el Colegio de Arquitectos Distrito 2 Rosario (CAD 2). Y patrocinado por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (Fadea).
Asimismo, fue promovido por el gobierno de Santa Fe, la Municipalidad, la Asociación Civil "Salta 2141 Memoria y Justicia", y el Colegio de Arquitectos de la provincial.
El convenio marco que dio inicio a este desarrollo comenzó el 2 de marzo de este año, y allí se abrió la posibilidad para que los profesionales de todo el país pudieran participan de este importante concurso.
En el proceso hubo 75 trabajos presentados desde todos el país. Hubo 38 realizaciones de Rosario, una de Santa Fe, una de Rafaela, una de Chaco, 2 de Jujuy, una de San Martín (provincia de Buenos Aires), 4 de La Plata, una de Tucumán, 16 de Buenos Aires y 10 de Córdoba.
En esta ocasión, los jurados que intervinieron fueron Miguel Macedo (por Fadea), Luis Reggiardo (por Capsf), Gustavo Cataldi (por CAD 2), Alejandro Beltramone (por participantes), Carlos Blanco (por el gobierno de Santa Fe), Augusto Pantarotto (por la Municipalidad) y Alicia Fornarese (por la Asociación Civil "Salta 2141").
Por la cantidad de trabajos presentados, hubo algunas prórrogas que extendieron hasta ayer la fecha del conocimiento de fallo final. Y los asesores del certamen fueron los arquitectos Lorenzo Lavaroni, Fernando Monti, Mariela Szpac y Daniel Estéfano.
Por dentro
El proyecto para el memorial, la asociación civil y el Instituto de Música fue pensado como una unidad indivisible donde la complejidad y los requerimientos de cada parte, debido a los distintos programas que se desarrollan, se pusieron en correspondencia favoreciendo los modos de usos, los recorridos, las relaciones espaciales, los programas, y sobre todo por el vínculo con el espacio urbano del cual pretende formar parte.
La planta baja se resuelve como expansión de la vereda hacia el interior de la manzana, y como un espacio público de la ciudad, convirtiéndose en forma paulatina en una plaza que sirve de ingreso a la nueva escuela de música como así también al espacio para la memoria, lugar de encuentro, reflexión e introspección que culmina en la Asociación Civil "Salta 2141 Memoria y Justicia", que controla la totalidad del espacio en ese nivel.
Por debajo del nivel cero, los autores ubicaron un auditorio y un SUM, que si bien forman parte del Instituto de Música, fueron pensados para su uso por parte de la comunidad y con la posibilidad de funcionar en horarios diferentes al del instituto, a través de un hall de planta baja con ingresos independientes.
La plaza del memorial funciona como atrio de ingreso, austero y pulcro, donde cada uno puede generar sus interpretaciones particulares.
El programa más público del instituto, que son un bar y una biblioteca, se situaron en el primer nivel del edificio (a 6 metros) marcando la separación del espacio del memorial con el edificio de música. Estos usos tienen orientación norte-sur, a través de sus fachadas y del patio interior, que funciona como expansión de la llegada de los ascensores en ese nivel.
A partir del segundo nivel, se desarrolla el r esto del programa del instituto, y se ubicaron las aulas y las áreas administrativas, en relación a la luz del norte, separadas por el patio interior de los programas más cerrados, como los boxes y las salas de percusión, que al estar en el interior de la planta tienen relación con el centro de manzana lográndose una contra fachada más cerrada al sur.
También se pensó en una terraza sobre el nivel de 23 metros, que se presenta como área verde de expansión a cielo abierto para el Instituto de Música, recomponiendo la relación con la ciudad desde visuales elevadas.