El gobierno de Javier Milei se dispuso a “eliminar la inflación” y estabilizar el dólar. En las estadísticas estos objetivos parecen cumplirse, pero en un contexto de producción nacional saturada y sin inversión. Así, las frutas y hortalizas importadas compiten mano a mano contra la producción nacional.
Los clientes en las verdulerías se sorprenden al encontrarse con uvas de Brasil, limones de Chile, duraznos de España y pomelos de Egipto, todos productos que tienen su sector productivo en Argentina, pero que no todo el año está operativo.
La estacionalidad juega un papel importante en la producción de frutas y hortalizas. En gran parte del año, el clima no es apto para los cítricos, las peras y las sandías, por dar un ejemplo. De todas formas, cada vez es más común encontrar estos productos en forma permanente. “Hace 40 años era impensado comer una ciruela en julio”, reflexionó ante La Capital Germán Hinostroza, que hace más de 20 trabaja en el Mercado de Productores de Rosario y en sus puestos se pueden ver frutas que llegan desde el exterior.
Por su parte, el ingeniero agrónomo Mariano Winograd, reconocido por su especialización en el sector frutihortícola, aseguró a La Capital que la “política económica de Javier Milei controló la inflación y permitió el ingreso de productos de afuera porque efectivamente hay un mínimo consumo”.
Winograd planteó que los precios de las frutas en Argentina resultan competitivos para los productores extranjeros quienes, ávidos de mercados disponibles, cruzan fronteras. Además de un dólar estable, el especialista remarcó que esta competencia “peso a peso” se da por “falta de inversión, logística e infraestructura” en el país, carente de políticas frutihortícolas.
En el Mercado se ven favorecidos
“El dólar jugó a nuestro favor”, indicó Hinostroza celebrando la estabilidad del dólar y marcando su postura de importador. La verdulería o el Mercado de Productores es el mejor lugar para entender la oferta y la demanda de los productos: si se vende se trae, si no se vende no. Ningún comerciante quiere tirar el producto, por lo que en este comercio se vive prácticamente al día.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Palta de Chile, Perú, Bolivia y hasta Brasil, duraznos y ciruelas de España, pomelos de Egipto, bananas de Bolivia y Ecuador, sandía y uva también de Brasil, y limones de Chile son algunos de los productos que llegan a las verdulerías de Rosario. “Hoy tenés fruta todo el año. La pagás más cara fuera de temporada, pero hay”, contempló Hinostroza.
El comerciante reconoció que Argentina tiene “tierra” para producir la mayoría de las frutas, pero reconoció que se trata todo de estacionalidad. Entre noviembre y marzo se da el boom de productos y octubre oficia como mes de “transición” cuando comienzan a llegar productos importados a la espera de una correcta maduración de lo nacional. “Es normal esto, siempre se da que, según las estaciones, lleguen productos que faltan”, contó y señaló que los precios resultan competitivos: un cajón de limones chilenos ronda los 35 mil pesos, mientras que uno tucumano vale 33 mil pesos. En esta misma línea, recordó la invasión de cebolla brasileña del verano pasado debido una superproducción del país vecino.
Hinostroza lamentó la falta de inversiones para mejorar la producción y la calidad de los productos argentinos y aseguró que en los últimos 10 años creció la cantidad de mercadería que llega del exterior.
Falta de inversión para las frutas
El ingeniero agrónomo Winograd destacó que la política monetaria de Javier Milei cumplió con el objetivo de contener la inflación y la volatilidad de dólar, pero "sin llevar a cabo cambios estructurales en producción, educación o salud". En su análisis rescató “algo de consumo” que se evidencia con la necesidad de los comerciantes de buscar variantes en el exterior beneficiados por la tensa calma que impuso el Ministerio de Economía argentino.
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Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
De todas formas, el especialista sostuvo que “nuestros precios son buenos para el exterior” y la competitividad que encuentran los extranjeros se debe a la “falta de inversión entre los empresarios, logística e infraestructura”.
“Los empresarios, en vez de invertir, traen un camión de afuera y sacan una diferencia en dos semanas”, explicó Winograd. En este contexto, en los mercados y verdulerías “hay mucha mercadería de afuera” y mencionó un “rebrote de exportación en peras y limones”.
Sin estadísticas nacionales disponibles, el panorama para el sector frutihortícola, "que nunca tuvo un plan para dejar atrás el mote de economía regional", atraviesa un pantano y el claro ejemplo, expuso Winograd, se debe a la pérdida del 50% de las hectáreas productoras de cítricos, un mercado mundial que supo tener al país como mayor productor.