"Se trata de hacer, porque una vez que lo hice y honré mi palabra, el beneficio que eso me produce me permite sostener". La frase, que menciona Pilar Sordo durante una entrevista con La Capital aplica a un montón de cosas de la vida: desde la actividad física a las relaciones de pareja. Pero hay un trabajo previo, o paralelo, que es "súper importante": es necesario "saber" hablarse. El diálogo interno es clave. Un autoconocimiento que nunca termina, pero es el camino para ir hacia la acción, esa acción que finalmente motiva y ayuda a vivir mejor, menciona.
En tiempos en que los que "la motivación está sobrevalorada estamos esperado el estímulo, cuando en la vida vamos a tener que hacer muchas cosas que no nos gustan pero que si accionamos, respetando nuestra palabra, nos van a hacer más felices. Sí, nada te hace más feliz que honrar tu propia palabra", enfatiza la psicóloga y conferencista, que se presentará en Rosario este domingo 14 de septiembre a las 20.30, en el Teatro Astengo, con su charla (ella elige llamarla encuentro) "Dime cómo te hablas y te diré cuánto te quieres".
Pilar Sordo, investigadora, columnista y escritora es una reconocida profesional con más de 38 años de carrera, que ha sabido construir una sólida relación con miles y miles de seguidores en todo el mundo. Sus palabras, sus pensamientos, no suelen caer en saco roto sino que pueden ser la puerta o el cierre de muchos procesos personales, aunque ella asegure que no es demasiado consciente de lo que genera: "Mi labor es preocuparme de la siembra y si la vida me regala la posibilidad de ver la cosecha, si alguien me dice que en algo cambió su vida (luego de escucharla) lo tomo como un regalo maravilloso pero no me centro en eso. No me puedo salir de la siembra porque si no me meto en el ego, en el miedo", reflexiona.
En este punto, Pilar referencia su propia experiencia. Cuenta que años atrás se preguntaba todo el tiempo cuánta gente iba a ir a sus charlas, si se habían vendido las entradas..."Estaba hiper alerta dese el temor y después me di cuenta de que eso me alteraba y me sacaba del foco: porque doy la misma conferencia y mi mensaje no varía dependiendo de la audiencia, aprendí a centrarme en lo que entrego, porque lo hago genuina y profesionalmente".
Durante su visita a este diario habló sobre las presiones (o autopresiones) en una época dominada por lo digital, la inmediatez y la necesidad de tener éxito a cualquier precio. También se refirió a cómo alentar la charla con uno mismo para reconocer temores, preocupaciones extremas e insatisfacciones para luego buscar y encontrar la manera de vivir con más alegría.
El placer de honrar la palabra
A las palabras no se las lleva el viento. A las propias, mucho menos. El ejemplo más común es el de la actividad física, dice Pilar. "¿Quién quiere levantarse de madrugada a hacer abdominales? Pero si lo logro, el hecho de honrar lo que me propuse, y la liberación de endorfinas van a hacer que al otro día me levante de nuevo, y así, lo sostenga".
"Hace ocho años que me meto de lleno en la salud mental, porque no se habla los suficiente. Me refiero a los trastornos ansiosos, fóbicos, la ansiedad y me importa poder hablar de salud, cómo potenciar y desarrollarla es la pregunta que comenzó antes de la pandemia y ha tenido un matiz y un camino, una investigación que termina respondiendo que la salud mental está determinada por el amor propio y la unidad más básica de ese amor propio es el diálogo interno". La charla (la que dará en Rosario (es dime cómo te hablas y te diré cuánto te quieres) porque "cómo te hablas es cómo vas a transitar los duelos, a vivir tu propósito, como vas a transitar tus emociones".
"Nada te hace más feliz que honrar tu propia palabra. Si leo cinco páginas de un libro y nadie se enteró porque es un compromiso que hice conmigo _y no tengo por qué contarlo_ si me acuesto y lo hice, es una sensación de triunfo que pocas cosas la reemplazan, eso determina valía y amor propio", dice a modo de ejemplo.
"Cuando dije que iba a hacer cosas y no las hago, no me cumplí. Y lo importante es el valor hacia lo que me comprometí", señala.
La trampa de las redes
La psicóloga dice que vivimos un momento desafiante en el que la salud mental no está siendo valorada (a nivel público no se cubren como se debe las terapias y las prepagas lo hacen por poco tiempo, cuestiona); un tiempo pospandemia donde lidiamos con sentirnos "traicionados" por todo lo que nos prometimos hacer y no hemos cumplido, un tiempo de relaciones efímeras que creemos "sostener" a través de las redes sociales, que por otra parte son la vidriera en la que nos miramos y por la que "creemos todo el tiempo que la vida de los otros es mejor que la nuestra, que nosotros no podemos, no tenemos, y eso nos somete a un estado de insatisfacción".
Ese diálogo interior se da en un contexto de una gran exposición, por eso es tan difícil. "En las redes es donde parece que todo el mundo tiene vidas mas interesantes que la mía, donde estamos todo el tiempo en vidriera, todo el mundo la pasa mejor que yo, ese run run es más fuerte (que el diálogo interno), estamos en una comparación total", destaca Pilar.
"Estamos no sientiéndonos suficientes: no alcanzo, no puedo, no llego, pero en las redes me muestran que ese otro alcanza, puede y llega", sotiene. Agrega: "Creo que las redes no mienten, elijo pensar eso, pero lo que es claro es que no muestran toda la verdad".
"Muestran parcialidades, entonces debo entender que es una parte, porque los momentos más importantes de la vida no son publicados. En los momentos más importantes uno está haciendo el amor, o comiendo con alguien interesante, o charlando, o despidiendo a alguien que murió y no estás con el teléfono en ese proceso, las cosas vitales existenciales no son mostradas", comenta la psicóloga.
La pospandemia y la traición
Durante la pandemia de Covid, que comenzó a principios de 2020, "pasó algo de lo que se habla poco: la pandemia tuvo la gran gracia de que al disminuir el ruido de afuera aumentó el interno y el silencio tiene esa cosa descarada de que muestra, devela. En pandemia muchos vimos cosas y pensamos que terminada la pandemia íbamos a tomar decisiones producto de lo que vimos y que luego no fuimos capaces (de sostener)".
"Siento que hay algo de que me traicioné y me sigo traicionando en eso que vi y que no fui capaz de cambiar. Por ejemplo, dijimos: no necesito más ropa, con lo que tengo puedo vivir hasta la próxima reencarnación, pero seguimos comprando. O ver más a mis padres porque ¡pobres viejos que estaban solos!...terminando la pandemia los voy a ver, o (me voy a encontrar) con tal persona o con esta pareja no puedo seguir, y no pasó. Hay una sensación de traición".
La charla
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Este domingo 14 de septiembre, Pilar promete un encuentro, una "siembra" como dice ella, que invita a hacerse preguntas y llevarse conceptos, ideas, reflexiones. "Les digo a los analógicos (como soy yo, comenta) que traigan una libretita para anotar y a los digitales el celular cargado para tomar nota (en el equipo)".
Esos "disparadores" pueden empezar a transformar procesos, alentar a tomar decisiones, a pensar si estamos viviendo como queremos. Y hacerlo en término individuales y por qué no, compartirlo en familia. La invitación a "una charla divertida, profunda y que también emociona" está hecha.