La noche en Rosario cambia. Un nueva ordenanza que regula lanocturnidad rosarina fue aprobada este jueves en el Concejo y viene a recomponer una deuda de 23 años. Con cinco modificaciones centrales, la norma reescribe las reglas de juego para los locales que funcionan en horario nocturno.
La flamante normativa que deja atrás reglamentaciones que fueron aprobadas en 2001 y que ha tenido una amplia discusión desde hace años, pero pocos avances, al menos hasta ahora. Tras las elecciones generales de octubre del año pasado, los ediles se predispusieron a debatir la nocturnidad “sobre los consensos a los que se habían arribado a finales de 2018" y que habían quedado truncos.
Las reformas vitales de la norma que terminó de ocupar el lugar de la obsoleta ordenanza 7218 versan sobre cinco ejes importantes: el escalonamiento de los horarios de cierre, el factor ocupacional con el cual podrán tener aforo los establecimientos, el relanzamiento de las categorías con las cuales se encasillará a los locales, las zonas de habilitación y la simplificación para el otorgamiento de licencias para realizar eventos especiales.
¿A qué hora cerrarán bares y boliches?
La nueva reglamentación divide a los establecimientos en dos: en locales de hasta 300 metros cuadrados de superficie o más. En el primero de los casos, los locales serán considerados bares y tendrán un límite de horario hasta las 4.30 de la madrugada. Los locales de mayor porte podrán permanecer abiertos hasta las 6 AM.
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El Concejo Municipal llegó a una nueva reglamentación de la nocturnidad tras 23 años de no llegar a una resolución del tema.
Originalmente, estos espacios tenían un límite de cierre hasta las 5 de la mañana los días viernes, sábados y vísperas de feriados, con una tolerancia de 30 minutos.
¿Dónde se podrán instalar los grandes boliches?
El nuevo texto apunta que los locales con capacidad de hasta 500 personas con un máximo de 300 metros cuadrados no pueden ser habilitados si se encuentran a menos de cien metros de un centro de salud con internación, salas velatorias y geriátricos. Estos últimos fueron los agregados por las modificaciones votadas este jueves por la noche, ya que no estaban contemplados por la normativa.
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¿Cuánta gente podrá entrar en los boliches?
Los boliches tendrán un aforo máximo de 4 personas cada 2,30 metros cuadrados de superficie. No obstante, esta medición puede reducirse según la cantidad y el ancho de salidas de emergencias que tenga instalado el lugar. A esto se le suman las condiciones de insonorización y los servicios sanitarios.
Previo a esta modificación, la ordenanza determinaba que el aforo máximo de un bar en su planta baja sería de 3 personas cada dos metros cuadrados, mientras que la máxima capacidad en su planta alta sería determinado por el reglamento de Edificación. En tanto que un establecimiento de una confitería bailable o salón con difusión musical, el factor ocupacional estaba establecido para “una persona por m2 de la superficie útil. En todos los casos, deberá adecuarse las salidas de emergencia y sanitarios para uso del público a la cantidad máxima autorizada de asistentes", según decía la última modificación de la norma.
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¿Qué requisitos tienen que cumplir los boliches?
"Antes lo que existían eran rubros que, con el paso del tiempo y los parches que que fue teniendo en la anterior ordenanza hizo que haya una multiplicidad de rubros que no estaban definidos entre sí y que además encorsetaba la normativa", explicó en diálogo con La Capital la concejala Fernanda Gigilani.
Ahora, la normativa separa los locales gastronómicos con música de ambiente o los espacios con capacidad de difusión musical, a los cuales subdividen entre los adaptados para la presencia de un DJ o de bandas en vivo en el lugar.
Para habilitar un comercio, a partir de ahora se debe tener una licencia para determinadas actividades por separado: venta de alcohol, difusión musical -que requerirán obras de insonorización del inmueble, registro de oposición y la aprobación de los vecinos linderos- y licencia gastronómica para entregar comida. Gigliani argumentó que esto hace más fácil para los privados sostener la actividad del establecimiento sin la necesidad de detener la totalidad del funcionamiento del espacio.