Leonardo Vincenti
Las fiestas de fin de año presentan un escenario con muchas dificultades para todos los rosarinos. Es que la crisis social y económica que atraviesa el país influye directamente en los precios de los alimentos, muchos de los cuales servirán para preparar la mesa navideña . Los aumentos no cesan y se reflejan en los valores de productos básicos. Según el Indice de Precios al Consumidor de Santa Fe, que realiza el Instituto Provincial de Estadística y Censos, el nivel general registró en octubre pasado un aumento del 5,6 por ciento, en relación al mes anterior. Y este incremento expone una impactante diferencia, de 46,8 por ciento, con respecto al octubre de 2017.
Con este panorama, la inflación cumplirá un rol determinante al momento de establecer alcances en las compras y cifras de referencia para poder armar las mesas de los festejos en esta época del año. Con aumentos en casi todos los rubros, y con bolsillos cada vez más flacos, el marco general reclama evaluar nuevas alternativas para encontrar los precios más acordes a la disponibilidad de cada hogar.
Preocupación
Las puertas de acceso a los principales supermercados de la ciudad muestran rostros con gestos adustos. Cuesta encontrar clima de fiestas. Muchos con bolsos pequeños, muy pocos con changuitos completos. Se perciben compras puntuales, sobre productos o rubros específicos, tratando de aprovechar las promociones que se anuncian en las cartelerías urbanas.
Esa misma escena se palpa en almacenes de barrio o comercios de menores dimensiones. Este año nadie compra sin mirar bien los precios. Todo se piensa varias veces. Incluso algunas personas confiesan que van antes a preguntar si hay descuentos con tarjetas de algunos bancos. Y muchas veces esperan a que llegue esa jornada de oferta.
Los aumentos permanentes conformaron una etapa de angustia, de intenciones que chocan con un freno de mano. Muy perceptible en cada una de las personas que tienen la misión familiar de realizar las compras para Navidad. Es más, la escasez de dinero también afectó la elección de la sede y los menús de los festejos.
Asimismo, se verifica una conducta de mayores recaudos al momento de seleccionar los productos. Generalmente, apuestan por comprar menos cantidad del rubro apuntado, o van por segundas marcas para que el impacto en la billetera no se sienta tanto.
Queda claro que los alimentos y las bebidas representan el núcleo esencial de la canasta navideña. En esos rubros, según el Indice de Precios al Consumidor de Santa Fe, se verificó una suba porcentual de 5,5 por ciento respecto al mes anterior, y de 44,8 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. Siempre hablando de porcentajes promedio.
Y profundizando el foco de análisis sobre este rubro, de la suba general de 5,6 respecto al mes anterior, de acuerdo a este relevamiento provincial, los alimentos y las bebidas tienen el mayor factor de influencia.
Los precios medios de los productos básicos exhiben sin tapujos los incrementos. Dentro del testeo efectuado por la provincia, se reflejan con claridad y exhiben un tangible aumento en relación al mes anterior (ver infografía).
El pan de mesa (390 g.) sale 56,52 pesos ( 7,7 por ciento); el azúcar (1 kg.) 27,56 pesos ( 4,3 por ciento); la yerba mate (500 g.) 55,52 pesos ( 7,2 por ciento); la leche entera en sachet (1 lt.) 33,26 pesos ( 7,1 por ciento); y la sal fina (500 g.) 25,24 pesos ( 9,7 por ciento).
En tanto, los fideos secos guiseros (500 g.) 34,67 pesos ( 10,8 por ciento); el arroz blanco simple (1 kg.) 33,23 pesos ( 8,8 por ciento); el asado (1 kg.) 203,77 pesos ( 3,5 por ciento); la carne picada especial (1 kg.) 175,80 pesos ( 1,5 por ciento); el tomate redondo (1 kg.) 45,96 pesos ( 5,5 por ciento); la lechuga (1 kg.) 48,38 pesos (-5,8 por ciento); el vino común (1 lt.) 53,23 pesos ( 3,9 por ciento); y la gaseosa de base cola (1,5 lt.) 58,72 pesos ( 4,7 por ciento).
En promedio, el nivel general de este índice registró en octubre pasado un aumento de 5,6 por ciento, en relación al mes anterior. Y marca un promedio de 46,8 por ciento respecto a un año atrás.
En la misma dirección de los números que elevó la provincia, se insertó el nivel nacional de inflación de noviembre, que publicó esta semana el Indec, con un 3,2 por ciento mensual, y acumula un 43,9 por ciento en lo que va del año, y un 48,5 por ciento en los últimos doce meses.
Incrementos y quejas
"Está todo mucho más caro, las cosas que yo compro están entre un 40 y 50 por ciento más caras con respecto al año pasado", señaló Claudia. "Y, además, para estas fechas, aprovechan y aumentan no sólo alimentos y bebidas, sino también los productos navideños. Esto influye no sólo en las compras de comidas, sino también en los obsequios. Ya no se buscan marcas como antes, y si seguimos así parece que será una cena común, no una navideña", comentó esta ama de casa.
Por su parte, Santiago, de profesión abogado, contó que "yo trato de aprovechar mucho los descuentos que ofrecen las tarjetas de créditos. Y acomodo las compras a las fechas de esas promociones. La clave es estar atentos a las promociones, los descuentos y lo que ofrece cada negocio", remarcó.
"Los aumentos se sienten mucho. Todo subió alrededor de 50 por ciento, pero los sueldos en general no acompañaron ese incremento. Esa diferencia genera problemas que se sienten en el bolsillo", subrayó el profesional.
En tanto, María, otra ama de casa, resaltó que "todo aumentó más de un 40 por ciento seguro, y en algunos productos se siente más que en otros. Esta realidad nos obliga a bajar el nivel de todo. Comprar menos cantidad, menos calidad, y no nos alcanza para una cena de Navidad como la que anhelamos con la familia"
Y agregó: "Hay que caminar, buscar precios, y juntarse entre varios para hacer las compras en mayoristas. Estos aumentos influyen también en el menú, y en el ánimo de estas fiestas".
A su turno, Gustavo, empleado, confió que "antes no me fijaba en segundas marcas, y ahora priorizo las segundas marcas, porque las primeras ya no se pueden comprar. Los aumentos fueron constantes, y de un año otro pasó largamente el 60 por ciento. Yo vengo mucho al supermercado y se notan estos incrementos".
Y recordó: "Yo antes venía con el carrito y cargaba todo lo que necesitaba. Ahora me veo en la obligación de mirar, leer, comparar, que antes no lo hacía. Me mido mucho para todo".