La familia de un joven rosarino de 20 años que fue atropellado en octubre del año pasado y quedó en estado vegetativo pide que su obra social acelere la autorización para una rehabilitación neurológica que tendría que haber empezado hace más de dos meses. Fue atropellado y abandonado en Villa Gobernador Gálvez y, desde entonces, los familiares pelean para no perder más tiempo, ya que mientras se demora la autorización de tratamientos vitales y hasta de una silla para que pueda trasladarse, el joven continúa con internación domiciliaria y con riesgo de "quedar así de por vida".
A Rodrigo lo atropellaron en la medianoche del 16 de octubre del año pasado y quien lo embistió se dio a la fuga, según comentó su hermana Romina, quien vivía junto con él en Villa Gobernador Gálvez. "Nos avisaron a las 0.30 del 16 de octubre que había tenido el accidente y que lo trasladaban al Heca, donde le hicieron una craneotomía. Estuvo un mes en terapia, con respirador y quedó en estado vegetativo", contó a La Capital.
Tras estar un mes más en sala general, fue dado de alta el 15 de diciembre, pero con indicación de continuar con internación domiciliaria. A raíz de ello, se mudó con su madre, quien tuvo que renunciar a su trabajo para cuidarlo junto a otra de las hermanas de Romina.
"En enero, mi papá afilió a Rodrigo a su obra social (Obra Social de los Trabajadores del Turismo Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina, Osuthgra) porque él estaba en negro en su trabajo. De enero a marzo renegamos para que se hicieran cargo de la internación domiciliaria, medicamentos, alimentación y estudios", detalló Romina.
Ahora, lo más urgente es que Osuthgra autorice la rehabilitación neurológica, la cual, según su hermana, tendría que haber empezado hace más de dos meses: "Tenía que empezarla a los seis meses del accidente para que su cerebro se rehabilite bien. Es un pedido médico, no algo que se nos ocurre a nosotros. Cada día que pasa es peor porque tiene consecuencias de quedar así de por vida".
"Me dieron un instructivo para llenar y entregar, y cada vez que iba a presentarlo me pedían un papel más. Me tomaron el instructivo el 26 de abril y desde el 7 de mayo no tengo novedades. La comunicación es toda por mail y la respuesta a todo es que la pandemia y el modo de trabajo en Buenos Aires traba todo", agregó y subrayó que el instructivo "no está autorizado. Me dijeron que el caso de mi hermano no es urgente".
Romina dijo que "con el tiempo empezó a estar más conectado con la realidad, pero no hace nada por sí mismo. Está postrado en una cama". Los médicos que lo atienden recetaron, hace dos meses, una silla especial para que puedan trasladarlo; pero desde la obra social le dijeron a Romina que "demora cinco meses en que la autoricen. La empresa que hace la internación tiene la silla, pero no quiere darla porque la obra social tiene que autorizar la partida presupuestaria".
En pocos días, a Rodrigo le harán un electroencefalograma digital "para ver la actividad que hay en el cerebro". El estudio tiene que hacerse urgente y es por eso que la familia debe costearlo en forma particular, haciendo rifas, porque la obra social le dio turno primero para octubre y luego para agosto: "Lo hacemos ya porque no podemos esperar todo ese tiempo".
"Exigimos que Osuthgra se haga cargo de la rehabilitación. Mi hermano tiene certificado de discapacidad, a la obra social se le aporta todos los meses y no podemos seguir esperando", concluyó.