Desde hace diez años, las Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP) organizadas por la ONU se centran en debatir cómo se llevarán adelante las acciones tendientes a cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Las actividades satelitales a la gran cita, que este año será en noviembre en la ciudad brasileña de Belem, intentan acercar inquietudes y propuestas por parte de la sociedad, los estados subnacionales y los municipios.
A tres meses de la edición 30 de la COP, Rosario será anfitriona de la Semana del Clima que viene de desarrollarse en Londres y que tendrá como próximo destino a Nueva York. Durante cuatro días, especialistas nacionales e internacionales, organizaciones no gubernamentales, empresas, intentedentes y funcionarios de distintas provincias debatirán sobre tres ejes (financiamiento, transición justa y adaptación) y contribuirán a la Declaración de Rosario, un documento que buscará llevar los compromisos de todos esos sectores con la urgencia para desarrollar acciones frente al cambio climático.
Eventos como la Semana del Clima sirven para que estos sectores, que no participan de las negociaciones climáticas llevadas adelante por los Estados nación durante las COP, puedan acercar sus inquietudes y compromisos, que si bien no son vinculantes, sí traccionan para los tomadores de decisiones. Será el único evento enmarcado en la cumbre climática de la ONU que se desarrollará en Argentina durante este año.
Debate y declaración
La Semana del Clima de Rosario contempla el tratamiento y debate, durante tres días (del martes 19 al jueves 21 de agosto), de los ejes planteados por la presidencia de la COP de este año, a cargo de la ministra de Ambiente de Brasil, Marina Silva. Además, el viernes 22 de agosto se desarrollará un Encuentro de Intendentes y una Cumbre de Jóvenes en Acción Climática.
Uno de los objetivos más preponderantes de la Semana del Clima de Rosario será la Declaración de Rosario, que ya fue enviada a los principales actores que participarán del evento, según confirmó a La Capital la subsecretaria de Cambio Climático de Rosario, Pilar Bueno.
El documento fue escrito y planteado desde el municipio para que quienes adhieran al mismo y participen de la Semana del Clima se comprometan con el cambio climático y su urgencia, además de tomar acciones en línea con los objetivos del Acuerdo de París.
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"Tanto intendentes de otras ciudades que vengan, como ONGs y empresas, van a tener la oportunidad de demostrar la adhesión a la Declaración de Rosario y sus compromisos específicos", explicó Bueno.
Inquietudes locales llevadas a la escala global
Este evento, señaló Bueno, es clave para que provincias, ONGs, empresas y sociedad civil pueda integrarse a la COP "a través de estas líneas de acción para reunir los esfuerzos de estos actores, que si bien no son vinculantes en términos diplomáticos, cuentan para lograr objetivos de largo plazo del Acuerdo de París".
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La participación de los municipios cumple un rol fundamental en las discusiones en las COPs. A pesar de que los debates son entre Estados nación, los mismos deben valerse de lo que pasa en las ciudades, que representan más del 70% de las emisiones a nivel global. A ello, Bueno sumó: "Somos las primeras en la línea de fuego, por los mayores riesgos y vulnerabilidades. Eso es clave a la hora de pensar soluciones".
Qué es el Acuerdo de París
El Acuerdo de París es un documento jurídicamente vinculante suscrito por casi 200 países durante la COP21 celebrada en la capital francesa. Los Estados firmantes se comprometieron, en 2015, a desarrollar acciones para limitar el avance del calentamiento global.
Uno de los objetivos más ambiciosos para alcanzar la meta, que en un inicio era frenar el aumento a 1,5º promedio en comparación de los registros de la era preindustrial, es disminuir los gases de efecto invernadero (GEI) a través de medidas de mitigación, como el reemplazo del uso de combustibles fósiles, que conllevan procesos de transición hacia otros tipos de fuentes de energía. Esta transición, marcan los especialistas, debe ser lo más justa posible para todos los actores que intervienen.
Además, se acordaron montos y plazos de financiamiento por parte de los países desarrollados, que son los mayores emisores de GEI, hacia los países subdesarrollados, Estados que sufren las peores consecuencias de la crisis climática.