Como cada año, habrá invitados internacionales, nacionales y locales; charlas, talleres, presentaciones de libros, muestras, feria de editoriales y comiquerías, firmas de ejemplares, dibujos en vivo, revisión de carpetas, la entrega de los Premios Trillo y el tradicional Concurso de Cosplay. Las propuestas están dirigidas a toda la familia, y en esta oportunidad se estrena el Espacio Cáscara, un lugar pensado especialmente para las infancias.
“Son cuatro días de fiesta en los que homenajeamos a la historieta nacional”, afirmó en diálogo con La Capital Eduardo Santillán Marcus, parte del comité organizador de CBB. “Nos resistimos a volvernos un clásico porque volverse un clásico es de cierta manera achatarse. Así que estamos siempre intentando innovar”, agregó.
Este año, por primera vez la Crack Bang Boom no tendrá una temática específica, aunque se enmarca en la celebración de los 300 años de Rosario. Por eso, el tradicional Concurso de Historietas tomó este aniversario como consigna y decenas de ilustradores de todo el país desarrollaron viñetas con este imaginario.
“Mandaron de todo. Rosario en un contexto de terror, en un contexto de una historia de amor. Es notable que ninguno de los ganadores es rosarino, pero las historias que cuentan son indudablemente rosarinas. Eso habla de que conocen el lugar, que entienden de qué va la cosa”, contó Eduardo.
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Los ganadores del Concurso fueron: "El Fundador" (de Martín Prenassi y Mariano José Luengo de La Plata) en primer lugar, “300 años de monstruosidades” (de Pablo Martín Alvarez, de Santiago del Estero) en segundo lugar, y “Cielo de diamantes” (de Juan Cruz Arias Pereyra, de Ciudad Autónoma de Buenos Aires) en tercer lugar. Todas las obras se podrán ver en la Crack en una muestra especial. Esta galería estará complementada temáticamente por la muestra “300 Años de Rosario”, en la que invitados de ediciones anteriores diseñaron “pin-ups” en torno al aniversario y la historia local.
En este sentido, el espacio de muestras será uno de los destacados de esta edición. Por un lado, la Biblioteca Nacional traerá “Épico en la CBB”, donde se podrán ver obras originales de los principales dibujantes que colaboraron con el emblemático historietista paraguayo Robin Wood. Para los más vinculados al mundo de superhéroes, estará “La cueva del Batimóvil”, un recorrido visual por los modelos más icónicos del vehículo de Batman, en diálogo con la historia del personaje y los avances automotrices. Por otro lado, el brasileño Rafael Albuquerque, y distintos invitados (como Ayala, Azamor, Langlois, Power Paola, Saichann, Scafati, Torre Notari y Villarreal) mostrarán originales.
De la carpa fanzines al Louvre
Una muestra muy especial estará dedicada a la obra en desarrollo de Paula Andrade, una “hija pródiga” de la Crack Bang Boom. La autora de historietas, oriunda de la provincia de Buenos Aires, asistió a la segunda edición para compartir su trabajo en el sector de fanzines y gracias a distintos “hitos” que ocurrieron en el evento a lo largo de los años, está actualmente trabajando en el manga “Fauve, la exorcista del Louvre" junto al mítico museo francés. Este fin de semana en Rosario, mostrará parte del tomo uno (de un total de tres proyectados), todavía por editarse en Argentina.
“Mi trayectoria está toda tocada por la Crack. Creo que es un arenero que nos permite mostrarnos y si uno la aprovecha es ahí donde se dan las oportunidades. Es donde la magia ocurre”, aseguró Andrade en diálogo con La Capital.
“La Crack es en realidad una vidriera para mostrar qué está pasando en la historieta nacional y a veces en la historieta latinoamericana, porque viene gente de Uruguay, de Brasil, de Chile. En esta vidriera nosotros mostramos qué artistas tenemos, qué ediciones se están haciendo Si queremos un ejemplo de para qué queremos que exista la Crack Bang Boom, hay que mirar la carrera de Paula. Y así como ella hay varias más”, apuntó Eduardo.
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Andrade trabaja con influencias principalmente del manga y con elementos sobrenaturales. Gracias a su presencia sostenida en la Crack, a la curiosidad y el entusiasmo colectivo y colaborativo que propicia ese evento, y a la receptividad de los organizadores (siempre dispuestos a dar consejos y a recibir devoluciones), Paula fue dando pasos clave en su carrera: fundó el sello editorial Gutter Glitter (en el que publicó sus libros pero también los de destacados colegas como Luciano Vecchio y Quite Alcatena), en 2017 conquistó con su talento al mismísimo Frank Miller (autor de “Sin City” y “300”, entre otras), y en 2023 ganó un Premio Trillo, y conoció al editor francés Frederic Toutlemonde, con quien empezó a desarrollar la propuesta para el Louvre y la editorial Vega Dupuis.
“Para mí la Crack son como las Olimpiadas. Me preparo con todo, decoro muchísimo el stand. Va mucha gente, van muchos editores, muchos artistas y mi filosofía es que uno nunca sabe quién está mirando. Voy preparada y después dejo que la Crack haga lo suyo. Hay una energía de cada que vez querer crecer más, fomentar más”, apuntó Paula.
Fomentar la industria nacional
“La Crack es el único evento de este tipo, desde mi opinión, que está pensado desde el vamos para fomentar industria. Desde cómo está armado el galpón de las editoriales, en el que las editoriales argentinas están en el centro y no atrás de una empresa extranjera que vino a promocionar su serie o cosas que no fueron hechas en Argentina”, agregó, subrayando el enorme valor que tiene la convención para el mundo gráfico nacional.
En este sentido, Santillán Marcus resaltó por ejemplo que hace tiempo las editoriales argentinas de este universo organizan sus lanzamientos en torno a la Crack, reconociéndola como una coordenada clave para dar a conocer sus novedades y su catálogo. A su vez, en cuanto al fomento del talento local, este año el evento contará con la presencia de tres editores (el propio Toutlemonde, Thomas Dassance, y R.G Llarena) para recepción de materiales de artistas. La CBB articula así a todos los eslabones de la cadena del arte gráfico para habilitar encuentro, movimiento, producción en la escena.
“En todos los sectores hay mucho movimiento, en cualquier género o estilo de historieta que mires, hay argentinos produciendo y además obteniendo reconocimientos. La historieta argentina no es solo grande por una herencia de épocas pasadas de gloria, sino que es algo vivo, que muta con los años, que absorbe distintas influencias. Y la Crack no sólo ayuda mucho a visibilizarnos y conectarnos, sino que es el único evento donde se reconocen y premian las ganas de hacer”, cerró Andrade.
Finalmente, la CBB es un hito también y quizás sobre todo para un actor clave del universo de la historieta: los lectores. Año a año, el evento propone a Rosario como un punto de encuentro federal para entusiastas de todo el país.
“La Crack ocurre mucho más allá de los galpones, se extiende las 24 horas. Hay un sentimiento de fin de curso, de viaje a Bariloche que se genera. Toda la gente que viene está feliz no sólo porque se encuentra con figuras como David Lloyd o Atsushi Kanekom sino porque se encuentra con sus amigos que llegan de Comodoro Rivadavia o Salta. Esa felicidad se va transmitiendo y eso hace que todo funciones de la mejor forma posible”, concluyó por su parte Eduardo.