Hace unos pocos días atrás se realizó en Rosario un cacerolazo cultural como respuesta al proyecto de ley ómnibus impulsado por el gobierno de Javier Milei. Ahí se encuentra la derogación de la reconocida ley del libro. Esta norma establece la defensa de la actividad librera que consiste en que solo exista un precio único de venta del libro. Distintas librerías de la ciudad consultadas por La Capital explicaron que si la ley se deroga “van a desaparecer todas las librerías independientes”.
La ley del precio fijo nació en Francia en la década de los 70 para ordenar el mercado con el advenimiento de las cadenas de librerías que ofrecían grandes descuentos, dejando a las más pequeñas fuera de competencia. Fue en ese entonces, donde los cierres dejaron sin librerías locales a los franceses, cuando se sancionó la “ley Jack Lang” contemplando precios fijos para la actividad librera.
El editor y fundador de la librería Homo Sapiens, José "Perico" Pérez apuntó a La Capital que si se deroga esta ley “va a suceder lo que pasó en Inglaterra”. Fue uno de los pocos países de la Unión Europea que no adhirió a la “ley Jack Lang”, y como consecuencia, en un solo año cerraron miles de librerías. Además, Pérez, agregó: “va en contra de la bibliodiversidad, las editoriales no van a tener donde vender sus títulos”.
“Esta ley fija un precio único de los libros y es lo que nos permite competir en igualdad de condiciones con las cadenas y con otros puntos de venta. Antes los libros se vendían en supermercados, era otro manejo, solo estaban para ocupar un espacio. Es fundamental que se respete el precio de venta al público para que sigamos existiendo”, explicó el dueño de Buchín Libros.
>>Leer más: Rosario se suma a un gran cacerolazo nacional "para que no apaguen la cultura"
Esta legislación, desde hace años protege el ecosistema editorial y garantiza la diversidad de oferta literaria en las calles de Rosario. Carlos, empleado de la emblemática librería Oliva, consideró que su derogación “beneficiaría a unos pocos, que son los monopolios de siempre”. Y entendió que si esto llegara a suceder, no ven un futuro para las librerías de barrio.
“Si la ley se deroga, las cadenas se van a terminar quedando con el mercado y cobrando cada libro al precio que quieran. Ahí es cuando las librerías independientes desaparecen. Esto significa hasta homogeneizar el pensamiento, te venden los libros que quieren a cualquier precio”, indicaron desde Oliva sobre la posible desregulación.
El Centro de Estudios y Políticas Públicas del Libro de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), publicó un relevamiento que muestra a la Argentina como el país con mayor número de librerías por habitante de la región. Los datos esbozan que hay 3,43 librerías cada 100 mil habitantes, superando a países como México o Brasil. Además, en relación a su distribución a lo largo del territorio argentino, la provincia de Santa Fe, es a su vez, uno de los distritos con más librerías del país.
En este sentido, desde el centro de estudios manifestaron: "De las decenas de políticas del libro existentes y probadas, acá y en otros países, pocas, muy pocas, son tan virtuosas como la ley de precio único". También, expresaron la importancia de esta medida para proteger a las librerías independientes.
Los libreros remarcaron lo fundamental de que siga vigente la ley del libro, donde descansan bajo un consenso: la protección de pequeñas y medianas librerías y editoriales. La problemática, lejos de ser la legislación actual donde se establece un precio único de venta al público, se relaciona con “el monopolio del papel”.
Perez desveló que la mayor dificultad tiene que ver con romper ese monopolio que en la Argentina lo ocupan dos grandes empresas. “Actualmente, el precio del papel es mucho más caro que en cualquier otro país de la región. Ese sería el papel del Estado, regular ese precio y que sea razonable”, demostró el fundador de Homo Sapiens.
>>Leer más: La cultura rosarina lanzó en asamblea un plan de lucha contra la ley ómnibus del gobierno
Las librerías de la ciudad se encuentran organizadas y en contacto permanente con el objetivo de visibilizar la problemática del sector. Confesaron estar trabajando en conjunto dentro de la Multisectorial de la Cultura y participando de las distintas movilizaciones porque “nadie se salva solo”.