Pensar que Mafalda la odiaba y en los comedores universitarios se hace cola para la "sopa libre" y caliente, de lunes a viernes y de 11 a 15. Desde que empezó el invierno, la Universidad Nacional de Rosario (UNR) salió a la calle a resistir las bajas temperaturas a cucharón limpio: con caldos gratis con verduras, pollo, carne y otras variedades. Unos 800 vasos térmicos llegaron a llenar por día entre su comunidad y gente en situación de calle, desde el comedor de la Siberia (Riobamba esquina Berutti), el del área de Salud (Ricchieri 690) y el del Centro (Córdoba 1917).
Y no solo eso: sensibles a las carencias del entorno desde el comedor del centro también están juntando ropa de abrigo y frazadas hasta el próximo jueves, en el horario de 8 a 15, con el fin de entregarlas a distintas organizaciones sociales encargadas de distribuirlas.
La Capital visitó el comedor ubicado frente a la plaza San Martín, en pleno mediodía, donde el rico aroma a sopa inundaba la esquina, varios metros antes de entrar al comedor. Allí se vieron colas de estudiantes e "invitados" quienes con jarros y contenedores plásticos en mano se hacían del almuerzo.
"Vengo acá porque es barato, la comida es rebuena y barata: pescado, cerdo, carne y ahora sopa, no solo carbohidratos", comentó una estudiante de segundo año de Enfermería, Lucía Gargano mientras muestra la APP en la que figuran los menúes de la UNR.
Cuando la estudiante dice "barato" no miente. Los menúes -vegetarianos, no vegetarianos y para celíacos- a los que se les agrega sopa caliente en caso de así decidirlo. Incluyen pan y fruta y les cuestan 60 pesos a los estudiantes. Casi como un alfajor. Nada.
Para docentes y no docentes cuesta 150 pesos y para quienes no pertenecen a la universidad, 220 pesos. Desde los comedores piden que en esta situación pandémica todos se acerquen a retirar los menúes con sus propios envases térmicos pero en caso de no tenerlos pueden pagar 15 pesos más y adquirirlos allí.
Los desayunos también son muy económicos. Consisten en un café con leche con dos medialunas. Para el alumnado cotizan en 30 pesos, para el resto de la comunidad universitaria cuesta 90 pesos y para la visitas 110 pesos.
Para el estudiante de licenciatura en física Patricio Cateca, oriundo de Fuentes, también comer con los menúes de la UNR es una alternativa a la que apela dos veces por semanas "al menos". Dice que vive "a 2 kilómetros del comedor" pero allí se lo ve con su recipiente y atraído también, por qué no, por la sopa. "El menú de acá es variado y abundante. Quedo satisfecho", asegura.
Para disponer de las viandas de los comedores hay que inscribirse. En instagram @comedores_unr se publican todos los menús y están todas las novedades y los instructivos para darse de alta. Los invitados y vecinos, en cambio, pueden pasar en el día, anotarse y retirar en horario
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Foto: Sebastián Suarez Meccia / La Capital
Desde el mostrador
El comedor del centro es una casona clásica y amplia, hasta con una planta alta para comensales, pero ahora vacía. Al ingresar, desinfección pon por protocolo. Y luego se forma una hilera larga de parroquianos con contenedores plásticos en las manos que pasan por el scanner hasta llegar al mostrador.
"Hoy el menú es sopa libre pero además pescado a la portuguesa y pastel de papas vegetariano", aclara Vanesa Dejesús una de las encargadas, quien detalla que se sirven en el comedor 950 raciones diarias (la cifra se repite en el comedor de Salud y se reduce notoriamente ahora en la Siberia porque no hay clases presenciales).
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Foto: Sebastián Suarez Meccia / La Capital
"Hace dos años que damos sopas libres, no tenemos cifras aún pero sí aumentó la demanda de gente en situación de calle, sobre todo en el comedor de la zona de salud donde se concentra más esta comunidad en la Terminal y también con los pacientes del Centro de Salud Mental Agudo Avila", señala el responsable de los tres comedores, Claudio Capezio.
Este comedor se inauguró a fines de 2019 y se sumó a la red que incluye el de Siberia, el de la facultad de Ciencias Veterinarias, el de la facultad de Ciencias Agrarias, el del área salud en avenida Francia 750, y el de la facultad de Ingeniería y Agrimensura. El último que se habilitó en el área Salud es el Hermes Binner.
La comida se dispone en bandejas de unas 50 porciones que va cortando y entregando uno de los 7 estudiantes, en sui mayoría, que trabajan en cada turno tras la barra y la cocina. El menú se ve fresco y variado. Hay días en que se sirve pollo con papas, cerdo, pescado, carne al horno, pastas o risottos.
"Está todo supervisado por una nutricionista y también trabajamos con bromatólogos", señala Capezio.
Comer desde la universidad no es un trámite. "Es una función social de la Universidad", dice el secretario de Extensión Universitario, Santiago Dearma.
"Todos los mediodías hay más de 1300 viandas cocinadas en nuestros comedores pero también trabajamos en codo a codo con ex combatientes, repartiendo raciones por la noche a gente en situación de calle; estuvimos en las comidas de las noches de Navidad en 2019 y 2020 y este último domingo en una cena en el área Salud, para 70 personas", dijo el secretario de UNR al referirse a la movida "Juntxs contra el frío" de este último fin de semana.
"Ahora -agregó- realizamos la colecta de abrigo y trabajamos con la municipalidad y organizaciones sociales en un censo para ver cuántos y quienes son las personas que viven en la calle, al menos gran parte del día, en esta ciudad", apuntó Dearma.
Los números se están procesando y están al salir. Mientras, se los espera con una buena sopa.