El menú es tentador: ñoquis de papa con salsa. Si a eso se suma el valor del plato, unos 200 pesos, la oferta ya se torna irresistible. Y tanto es así que frente al comedor universitario del área Salud apenas son las 12 y la cola para el turno de la una ya alcanza media cuadra. Los estudiantes de Ciencias Médicas, Bioquímica, Odontología o Enfermería que esperan su turno reservaron su lugar varios días antes, algunos de madrugada cuando se hace más fácil acceder a la aplicación que permite garantizarse el almuerzo, a menor precio que un alfajor.
La inflación del 12,4 % de agosto _la más alta desde febrero de 1991, empujada por la devaluación post elecciones_ impactó con dureza entre trabajadores y desocupados que destinan gran parte de sus ingresos a la compra de alimentos, uno de los rubros que presentó mayores subas (15,6 %, de acuerdo a lo anunciado por el Indec).
Por eso, la posibilidad de acceder a los menues de los comedores universitarios resulta cada vez más atrayente para quienes estudian en las facultades de la Universidad Nacional de Rosario. En algunos casos, "es muchas veces casi una condición para poder seguir estudiando", según advirtieron varios jóvenes que este lunes esperaban para ingresar al edificio de Riccheri y Santa Fe, donde funciona el comedor.
En las últimas semanas, "se hizo más difícil acceder a la aplicación para reservar los turnos", advirtió Cecilia, una estudiante de enfermería que "apenas" consiguió acceder a una reserva para retirar la comida. "Los viernes se publican los menues y si no pediste ese día, es poco probable que puedas hacerlo. Cuesta un Perú", graficó la estudiante que vive en Rosario, pero por los horarios de cursado no tiene tiempo de volver a su casa a almorzar.
Heidi llegó de Colombia a estudiar Medicina el año pasado. Desde entonces, asiste al comedor no sólo porque le resulta más económico, sino también más cómodo y cercano. "Pero últimamente tengo que ingresar a medianoche para conseguir turno", apuntó.
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"Conseguir una reserva para el mismo día es una misión casi imposible", confirmaron Agustín y Lourdes, dos estudiantes de odontología que hacían tiempo para ingresar al comedor de dos plantas y llenar sus túper con el menú del día que, con una fruta como postre, les costó 200 pesos. Enfrente, en la rotisería El Pollo Biónico se promocionaba la oferta del plato del día (pan de carne con papas) a 1.200 pesos. Seis veces más.
Los números explican las colas que anteceden el ingreso al comedor que, muchas veces, suman más de dos cuadras. Como los estudiantes ya lo saben, optan por llegar temprano. Por eso, ayer a las doce ya estaban en la puerta muchos que tenían turno para almorzar recién a la una.
Al tope
Desde el área de Bienestar Estudiantil de la UNR señalaron que los seis comedores universitarios están trabajando "al tope de su capacidad" desde abril de este año. "Estamos cumpliendo con el máximo que nos permite nuestra capacidad de producción, que son más o menos 7.800 raciones por día", indicaron.
Para descomprimir la demanda, en las últimas semanas se decidió cambiar el sistema de reserva de turnos. Desde entonces, sólo se puede acceder una semana antes, no durante todo el mes como era hasta entonces. La medida, explicaron, busca evitar hasta el mínimo desperdicio de alimentos.
En mayo pasado, las autoridades universitarias anunciaron la decisión de ampliar los comedores para poder duplicar la producción diaria. De acuerdo a los registros oficiales, sólo entre 2021 y 2022, la demanda se duplicó pasando de las 450 mil raciones diarias a 950 mil.
Por eso, en las oficinas de rectorado se proyectó la construcción de una cocina central para poder duplicar la capacidad de elaboración de alimentos y garantizar mayor acceso de la comunidad universitaria al beneficio. Las obras comenzarían el año próximo.
De acuerdo al presupuesto de este ciclo académico, las políticas de bienestar universitario se llevarán 560 millones durante este año, del monto de 34 mil millones de pesos del que dispuso la UNR para este 2023.
Cuando se presentó el detalle de ingresos e inversiones, se explicó que los comedores universitarios se llevarían una inversión de $241 millones. Según se indicó oportunamente, este monto permitirá consolidar la política de subsidios que permite mantener los menúes a un precio super accesible y garantizar un mayor acceso a los las comidas, desayunos y meriendas que se ofrecen a diario.
Cómo acceder
Cerrados durante la última dictadura militar, la reapertura de los comedores comenzó el 2012 cuando se habilitó el comedor de la Ciudad Universitaria Rosario, en la zona sur. Actualmente, los comedores son seis y están ubicados estratégicamente en cercanías de las facultades.
Todos los días, se ofrecen desayuno, almuerzo, merienda y cena en las facultades del área centro (Córdoba 1917), la Siberia (Beruti y Riobamba), el área salud (Riccheri 690), en la facultad de Ingeniería (Pellegrini y Ayacucho) y en las facultades de Veterinaria (en Casilda) y de Ciencias Agrarias (en Zavalla).
Para acceder a los menús, los estudiantes tienen que acercarse a los comedores con la constancia de inscripción definitiva y el documento nacional de identidad, si son ingresantes, o con certificado de alumno regular vigente y DNI.
Los becarios doctorales, docentes o no docentes también pueden acceder a la oferta del comedor, presentando recibo de sueldo y DNI.
Con esta documentación, se puede generar un usuario en el sistema donde se puede acceder a los menús del mes y reservar turnos para el comedor o para retirar las viandas _Módulo Online de Reservas y Autogestión (Mora)_ que se activa en cualquiera de los comedores.