Escasa actividad. En la zona del Gran Rosario hay 3.200 odontólogos matriculados.
La atención odontológica, un pilar de la salud, también se ve afectada por la pandemia de Covid-19. Los consultorios cerraron sus puertas y sólo se atienden las urgencias. ¿Cómo cambió la actividad desde el inicio de la cuarentena? ¿A qué problemas se enfrentan los pacientes y los profesionales? Raúl Allín, presidente del Colegio de Odontólogos de Santa Fe 2da Circunscripción (con sede en Rosario) dijo a La Capital que se reforzaron al máximo las medidas de bioseguridad y que se están implementando las consultas on line y las recetas se realizan del mismo modo. También mencionó que los pacientes llaman a su odontólogo de confianza ante situaciones de dolor o molestia importantes y hasta mandan fotos por WhatsApp para que su dentista chequee la gravedad del cuadro.
Allín destacó que en aquellos consultorios que abren sus puertas se otorgan turnos espaciados, que las consultas son mucho más rápidas, que se retiraron hasta las revistas (habituales en las salas de espera) para evitar que pasen de mano en mano y que se aprovecha la visita del paciente para recordarles la importancia de las medidas de higiene y aislamiento y recomendarles la vacuna antigripal a los que les corresponde.
"Tuvimos que adaptarnos de distintos modos a los acontecimientos que nos impone una enfermedad novedosa y agresiva; además de bajar notablemente el nivel de actividad estamos invirtiendo en elementos extra de seguridad, por los pacientes y por nosotros. Es una situación muy compleja", enfatizó.
Teniendo en cuenta que muchos odontólogos ejercen su actividad de manera privada en todos los barrios de la ciudad, y con distintas realidades, el Colegio solicitó al gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, que "gestione una serie de medidas paliativas para para todos, pero fundamentalmente para quienes ejercen como privados exclusivamente, en cuanto a la eximición o reprogramación de las obligaciones son tasas e impuestos nacionales o provinciales, como del pago de aportes previsionales y de seguridad social , o patronales".
— ¿Cómo están trabajando hoy los odontólogos? ¿Qué se considera una urgencia?
— Según las nuevas disposiciones para la atención impuesta por la pandemia, los odontólogos readaptamos el sistema habitual y se utilizan las redes sociales para comunicarse con el paciente y evaluar si es necesaria una atención de urgencia real en el consultorio o si se lo puede manejar a distancia. La urgencia se evalúa con criterio profesional y para eso se toman distintos parámetros que recomienda la Organización Mundial de la Salud, como tratar el dolor de origen dental o facial, flemón o absceso de origen dental o periodontal, o un traumatismo dental con luxación y con posible afectación pulpar.
— ¿Qué sucede con los pacientes con tratamientos iniciados, como ortodoncia y otros?
— El profesional evalúa el tiempo que se puede sostener el tratamiento sin control presencial. Puede suceder que un alambre moleste o lastime los tejidos blandos del paciente. En esos casos se indican alternativas para que las realice el mismo paciente o bien se lo cita para solucionar un problema que, de no resolverlo, podría agravarse, lo que generaría complicaciones. También puede que se necesite limpiar una pieza dental con instrumentos manuales no rotatorios porque se debe realizar un tratamiento de conducto, por ejemplo. Este fue un tema que al principio se habló de intentar posponerlo unos 15 días o más, pero en algún momento es necesario resolverlo. Mientras tanto, el odontólogo contiene al paciente, afianzando el lazo entre ambos, ya que no necesita deambular porque está recibiendo una atención virtual.
— ¿Qué recomendaciones hace el Colegio hacia sus miembros a la hora de brindar atención?
—Desde un primer momento informamos por medio de la página web sobre las medidas y precauciones que se debían incorporar a la atención habitual, fundamentalmente refrescar la historia clínica del paciente, su estado de salud actual, si había estado en viajes recientemente o en contacto con personas que viajaron, y si cumple con el calendario de vacunación antigripal. Se recordaron las medidas de bioseguridad universales y se reforzaron las propias para atender al paciente como si fuera posible portador, indicando espaciar los turnos en las salas de espera, que la persona no fuera con acompañantes en lo posible, retirar revistas y demás objetos, y también indicarle al paciente que al llegar debe pasar por el baño y lavarse las manos. El Colegio habilita no sólo el consultorio odontológico sino sala de espera y baños, esto se comprueba porque se coloca una oblea visible indicando número de habilitación y titular, eso quiere decir que el lugar está en condiciones para realizar una correcta práctica odontológica. Se insistió con el espaciamiento entre los pacientes y que las prácticas no requieran más de 5 minutos, por la cercanía con la que trabajamos con las personas.
—¿Qué ocurre cuando se necesita una receta?
—En el contexto de la nueva modalidad de atención indicamos a nuestros profesionales que podían seguir atendiendo, siempre priorizando las urgencias, y se le simplificaron los trámites al paciente al no tener que concurrir a retirar una receta porque gracias a gestiones que hizo el Colegio se implementó la receta online. En esto estuvimos en contacto con el Colegio de Farmacéuticos de la Segunda Circunscripción, y rápidamente se facilitó y el sistema entró en vigencia en este momento especial.
—¿Qué pasa a nivel privado y qué a nivel público con la odontología en este momento de la pandemia?
—En los dos niveles tuvimos que readaptar el ritmo del consultorio, haciendo consultas rápidas para que se cumpla con el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, aquí se complementó lo público con lo privado y sobre todo estos últimos contuvieron a los pacientes con las consultas virtuales, tratando de reducir la circulación y para que no colapse la parte pública. Con este panorama apareció un nuevo problema, específico de una enfermedad novedosa y muy agresiva, y que fue el tener que adquirir materiales y elementos de bioseguridad que no eran los habituales. Hubo que innovar, y tomar en cuenta medidas muy extremas, y readaptarlas sobre los acontecimientos.
—¿Se cobra algún tipo de extra al paciente ante la necesidad de nuevas normas de bioseguridad y que usted explica que tienen un costo alto?
—El evento mundial sobrepasó las normas de trabajo de los tratamientos habituales. En esta situación se torna necesario, y por las recomendaciones mundiales conocidas, que se incorporen insumos no previstos y totalmente indispensables para resguardar al paciente y al propio prestador. El costo es un gasto tanto por el material de bioseguridad como por el tiempo que se debe destinar a mantener el consultorio correctamente preparado y desinfectado, es un gasto importante y no está contemplado en el PMO, por lo que el profesional debería avisar del costo previo a darle servicio al paciente, y con la aceptación del paciente entonces realizar la práctica. Luego el profesional tiene que entregar un recibo para que el paciente recurra a su seguro de salud gestionando un posible reintegro. El sistema de salud deberá responder en un momento especial, demostrando su esencia.
—¿Los pacientes están llamando?
—Sí, muchos, y agradecen que por lo menos se los contenga. En nuestra jurisdicción los profesionales están muy involucrados y dejan a disposición de sus pacientes un número de celular. Hay también familiares que realizan las consultas por WhatsApp y hasta envían fotos del problema odontológico.
—¿Cuánto bajó el nivel de atención y demanda en general, si es posible medirlo?
—La atención efectiva se redujo un 90 por ciento, pero fueron reprogramados los turnos y se supone una demanda de atención contenida, que se tratará de resolver con las medidas que se dicten a nivel nacional, pero que siendo temas de salud, son de primerísima necesidad. El Colegio entregó aproximadamente hasta el día de hoy 290 certificados de matrícula para que los odontólogos se movilicen desde su domicilio hasta su consultorio, sobre un total de 3.200 matriculados. Esto no fue perjudicial para el aislamiento, sino totalmente necesario para realizar los tratamientos que no se podían demorar.
—La actividad ha sufrido, como casi todas, un cambio sustancial por el Covid-19. ¿Están pensando en pedir algún tipo de ayuda al Estado? No todas las situaciones de los profesionales deben ser iguales.
— El Colegio pidió desde el principio de la aparición del coronavirus que se contemple nuestra situación y lo hicimos en conjunto con organizaciones de profesionales de todo el país. Luego, concretamente, y por vía directa, el 19 de marzo enviamos una nota al Gobernador Omar Perotti, solicitándole que indique o gestione una serie de medidas paliativas para todos los odontólogos pero fundamentalmente para quienes ejercen como privados exclusivamente, tanto en cuanto a las eximición o reprogramación de tasas e impuestos nacionales o provinciales, como del pago de aportes previsionales y de seguridad social , o patronales, en ayuda de cada prestador que es una Pyme en estado de emergencia económica, y está firme brindando atención al prójimo como es su vocación.