Seguramente para muchos oyentes de la radio rosarina el nombre de Julio Eugenio Macché les puede resultar ajeno. Pero al mencionar su nombre artístico, Juliovich, reconocen a una figura histórica del humor en los medios de comunicación de la ciudad. Este miércoles recibirá una distinción en el Concejo Municipal en celebración a su trayectoria.
El proyecto, presentado por el concejal Carlos Cardozo (PRO), lo declara como "conductor y humorista distinguido de la ciudad de Rosario" en reconocimiento "a su meritoria y extensa trayectoria en los medios de comunicación de nuestra ciudad".
En el proyecto se destaca a Juliovich como un humorista, conductor, guionista y publicista de radio con más de 40 años de trabajo en televisión, revistas y, sobre todo, radio, tanto en Buenos Aires como en Rosario.
Un reconocimiento al humor
"Este reconocimiento me alegra mucho a mí y a los que me rodean, a la gente que te quiere. Eso es muy importante. Pero yo lo recibo en nombre del humor. No el que hice yo, sino de compañeros que ya se fueron como Svend Segovia y Antón, grandes compañeros. Y por supuesto mi íntimo amigo Roberto Fontanarrosa, que está en otra galaxia", dijo Juliovich a La Capital. Para el humorista el del Concejo "es un reconocimiento a la cultura, porque el humor popular es cultura y estoy convencido que un pueblo culto se equivoca menos".
En el flyer oficial que circula se menciona que Julio César Macché será distinguido el miércoles 18 de octubre a las 18 en el Palacio Vasallo (Córdoba 501). Pero fiel a su estilo, Juliovich se encarga de reenviar el otro comunicado que menciona su reconocimiento. El informal. Que dice así: "Este miércoles a las 18, en punto, distinguirán a Juliovich en el Concejo Municipal. Ceremonia corta y está previsto cerrar las puertas por si el homenajeado quiere escaparse saltando las bancas o lo que es peor, que le pida el divorcio a la mujer y haya tiros… Están invitados. Dirá una palabras un orate parecido al Juliovich, el gran Oso de Civil, Quique Pesoa".
Una vida en la radio
Los inicios de Juliovich en radio fueron en LT8, hace unos 45 años, en el ciclo "Prohibido detenerse". También participó de ciclos como "Nunca es tarde" y fue parte de la primera temporada de "Los mejores", entre otros éxitos.
"Prohibido detenerse fue un programa que marcó una época no solamente en Rosario. Iba de 7 a 8 de la mañana e incorporó el humor, suponiendo que yo hacía humor. Después sí en Buenos Aires lo tomaron, pero acá eso fue señero", apuntó Juliovich. Y destacó "la suerte" de trabajar con personajes inolvidables como Hugo Moyano Vargas y Lucy Dantés.
Desde su casa en Granadero Baigorria, Juliovich recuerda otros apellidos entrañables de aquellos años, como Quique Pesoa ("mi compañero de siempre"), Conforti, Cesini, Tessandori, Orlando Bueno y Gerardo Mármora, entre otros.
"Esa —cuenta— fue mi primera experiencia y la primera para los oyentes, que estaban acostumbrados a los cuentos largos y lo mío eran frasecitas cortas entre aviso y aviso". Entre risas, recuerda una de aquellas pastillas humorísticas. Cuando dijo "a mí no me gusta madrugar, así Dios ayuda a otros". Dice que sus compañeros de entonces se lo quedaron mirando, pero que con el tiempo lo terminaron aceptando.
El Negro Fontanarrosa, Quique Pessoa y Jorge Ginzburg fueron algunos de los grandes nombres de los medios con los que también trabajó. Años más tarde comenzó la emisión de "Una aventura más" (Radio 2), un programa que se convirtió en un clásico de la radio, que incluso llevó al escenario.
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Foto: archivo La Capital
Juliovich y el humor
En 2012, en una semblanza para un suplemento por los 145 años de La Capital, contestaba con humor un ping pong:
—¿Por dónde elegiría hacer una caminata?
—Por el arco iris sería fantástico.
—¿Cuál es la principal virtud de la ciudad?
—Soportarme tantos años.
—¿Y su defecto más notorio?
—El mismo.
—¿Conoce a sus escritores, a sus artistas plásticos?
—Yo sí, ellos no.
—¿Va a sus museos?
—Fui una vez, vi una naturaleza muerta y no supe a quién darle el pésame.
"El humor en mi vida ha sido realmente importante. De chiquito siempre fui tímido y lo sigo siendo. Admiraba a un pariente mío que tenía mucha facilidad de palabra y me fascinaba cuando hablaba. Y me di cuenta que camino era ese, hablar, para entrar en la gente y que te quieran", dijo Juliovich.
Se reconoce como un alma curiosa, que aún a su edad se sigue asombrando de las cosas: "Contrariando eso que las maravillas del mundo son siete, para mí son 7 millones. Entonces siempre tengo algo nuevo que ver y nunca me molestó la rutina, porque si no me cansaría la salida del sol o de la luna".