El congelamiento del precio de los combustibles hasta el 31 de octubre deriva en que el producto llegue a cuentagotas a las estaciones de servicio del interior del país. Así lo señaló este miércoles el secretario de la Cámara de Empresarios del Combustible, Raúl Castellano, quien aseguró que las refinerías “no están entregando y en muchos lugares la situación es muy grave”. El dirigente evaluó que el valor del combustible presenta un desfasaje cercano al 40 por ciento si se toma en cuenta la inflación que se viene registrando este año.
El representante de los estacioneros del interior del país afirmó: “El combustible escasea hace 15 días en distintos lugares del país, sobre todo en las provincias del norte. Allí el problema es serio. Hay localidades pequeñas que se quedaron sin combustible, las pocas estaciones que hay se quedaron sin aprovisionamiento”.
“Esto también ya se ve en las ciudades grandes, incluida Buenos Aires. Es un problema grave que va a seguir porque no se solucionará hasta que se termine el congelamiento de precios. El valor del combustible venía muy atrasado desde hacía tiempo. Después se dispuso el congelamiento hasta el 31 de octubre, y esto hace que las refinerías retaceen la entrega de combustible a las estaciones de servicio” , agregó Castellano.
En declaraciones a LT8, el empresario indicó que el combustible comienza a escasear “siempre" cuando hay congelamiento de precios. "En este caso particular tiene que ver con la necesidad de importar parte del combustible que se consume y pagarlo a precios en dólares que llega a duplicar los valores que se pagan en otros países”, remarcó.
Al ser consultado sobre el desfasaje que presenta el precio de la nafta, Castellano advirtió que “una cosa son los cálculos de las refinerías y otra son los números de las estaciones de servicio. Pero en ningún caso es menos de un 35 o 40 por ciento. Es un atraso importante. Hace muchos meses sube el precio de los combustibles, pero lo hace menos que la inflación”.
“Los combustibles estuvieron incluidos en los programas de precios justos, pero a su vez subían todos los meses un 4 ó 5 por ciento, aunque la inflación era del 7, 8 ó 10 por ciento. Eso fue generando un desfasaje importante”, agregó, y acerca de un probable desabastecimiento añadió: “Todo dependerá de cómo manejen la situación las refinerías, que son las que nos abastecen a nosotros. De todas maneras, este congelamiento tiene una fecha de finalización. El primero de noviembre, los combustibles estarían en condición de aumentar nuevamente”.
Castellanos consideró que “sería muy difícil” que el gobierno prorrogue el congelamiento más allá del 1º de noviembre incluso ante la perspectiva de un ballotage electoral. “En términos electorales será peor el desabastecimiento que el aumento de los precios”, subrayo.