El desarrollo de la tecnología, que permite trabajar a distancia y abrió inéditos canales de comercialización a través de las redes sociales, la conveniencia de empleadores que rehúyen la relación de dependencia y la necesidad de vastos sectores de la población de generar ingresos en un contexto de crisis son factores que influyen para amplificar y consolidar el auge del emprendedurismo, ya sea como actividad de sustento principal o secundaria.
A sus artífices, estos emprendimientos les sirven para sobrevivir en medio de la inestabilidad económica o para mantenerse como cuentapropistas, mientras que están también los que despegan y se vuelven a su vez empresarios, creando nuevos puestos formales de trabajo. Rosario no es la excepción a este fenómeno de época, al contrario.
“En materia de economía social la Municipalidad tiene el programa ABC de Mi Emprendimiento que es masivo y en la Secretaría (de Desarrollo Económico y Empleo) impulsamos distintas líneas de apoyo, entre ellas un ciclo de charlas de especialistas junto con el Banco Municipal que explota de gente, es un boom”, cuenta el titular de la repartición, Sebastián Chale, sobre Rosario + Comercio, Programa de Entrenamiento Avanzado en Marketing para Negocios. El secretario detalla algunos rubros de los emprendimientos que sobresalen en Rosario: gastronomía, servicios digitales, diseño gráfico y de indumentaria, tecnología.
Quienes buscan formarse en este tipo de capacitaciones son cientos de personas que no necesariamente quieren salir a ofrecer sus productos y servicios en ferias –una modalidad que en la ciudad por cierto es tradición-, sino que ya cuentan con tiendas virtuales o con locales a la calle. “Por lo general, el emprendedor actual no se encuentra en un establecimiento”, apunta Chale y advierte que las restricciones impuestas por la pandemia en 2020 aceleraron procesos como el trabajo de manera remota, lo que desde luego implica cambios e impactos en el mercado laboral.
Monotributistas, nuevo sujeto
“No todos los monotributistas son emprendedores, pero sí prácticamente todos los emprendedores son monotributistas. Y casi no existen políticas de financiamiento, de ayuda y promoción para este nuevo sujeto”, plantea Chale, además politólogo. A renglón seguido anuncia el lanzamiento de una línea especial de créditos para el sector vía Banco Municipal, con el objetivo de que los emprendedores locales puedan adquirir o renovar equipamiento informático y mobiliario.
A nivel provincial también intentan potenciar y formalizar emprendimientos de estas características, cuenta el secretario de Desarrollo Territorial y Arraigo del Ministerio de la Producción, Fabricio Medina. En ese orden revela que el rubro predominante en Santa Fe es el alimenticio. El público objetivo o destinatario de los programas de asistencia financiera y de capacitación del área son aquellas personas o grupos que agregan valor e introducen transformaciones, que incorporan tecnología a sus procesos productivos (no quienes revenden artículos o encaran una actividad como refuerzo de ingresos, por ejemplo).
“Las principales ciudades de Santa Fe, como la capital, Rosario, Reconquista y Rafaela, le dan un tratamiento importante desde las municipalidades al emprendedurismo. No sucede lo mismo en los pueblos más pequeños, entonces tratamos de territorializar desde las políticas públicas. Acá trabajamos la cuestión del arraigo”, continúa y señala que es creciente la demanda por parte del colectivo de nuevos emprendedores para acceder a las herramientas financieras, “a su vez lo que más escasea en el mercado y sobre todo en el actual contexto inflacionario”. La administración provincial apela a fondos rotatorios con tasas bajas. El desafío es la competitividad.
“Hay emprendimientos que despegan rápido y como consecuencia se denominan de alto impacto; tienen que ver fundamentalmente con la industria del conocimiento, de base tecnológica”, ilustra Medina y afirma que en la actualidad, cuando la gente busca variedad de productos y de precios, “hay una gran oportunidad en la economía para desarrollar el emprendedurismo. Lo importante es generar círculos virtuosos, de producción, consumo y mano de obra: el emprendedurismo por naturaleza es movilizador de los recursos locales, dinamiza lo cercano”.
Un fenómeno multicausal
¿Nuevos trabajadores, empresarios incipientes, expulsados del mercado formal de trabajo, juventudes que a diferencia de las generaciones anteriores no ven en la estabilidad laboral un valor intrínseco porque prefieren en cambio disponer libremente de su tiempo? El fenómeno es multicausal. Y parece afianzarse como una tendencia, por eso en los últimos años se abrieron carreras, cátedras y seminarios en universidades públicas y privadas.
La coach rosarina Virginia Suárez Dratman, ella misma emprendedora desde hace veinte años, se lanzó a dar cursos gratuitos online en la materia y afirma que tiene más de mil inscriptos por semana. No solo utiliza la categoría de “emprendendurismo” sino la de “autoempleo”. “Comencé en mayo, estaba de viaje, y recibía constantes consultas y preguntas; la más repetida era cómo sobrevivir con un emprendimiento en tiempos de inflación y de crisis”, recuerda la creadora de Rosario Idiomas.
“Muchas veces se romantiza ser emprendedor”, continúa, “muchas personas lo hacen porque quieren manejar los horarios o para no tener jefe. En realidad, es porque no quieren recibir órdenes, pero las terminan recibiendo de los empleados y proveedores”. Para finalizar, Suárez Dratman sostiene que es necesario “prepararse personal y profesionalmente, no todos pueden afrontar la carga de un propio proyecto. Hay que tener constancia e ir probando, porque lo que te resultó hoy tal vez el año que viene en la misma temporada no resulte. Entonces hay que hacer mucha prueba y error. Porque el mercado cambia, nosotros cambiamos, entonces, ¿por qué no va a cambiar el cliente?”.
Una pregunta que queda flotando en el aire, con la racionalidad de la competencia y una severa crisis social y económica como telón de fondo.