Las propiedades que se ofrecen en Rosario por la plataforma Airbnb se alquilaron en promedio unos nueve días al mes durante este primer semestre. Además, la mayor parte de los alojamientos ofrecidos (70%) está disponible como máximo medio año y un gran porcentaje (42%) está en alquiler entre 1 y 90 días, mientras que sólo 12% se ofrece de forma permanente (entre 271 y 365 días). Así, la demanda de alojamientos por medio de esta plataforma en la ciudad muestra una disminución en lo que va del año y la rentabilidad no es tan importante como sucede en otros lugares del país.
Los datos se desprenden de un estudio que realizó la Fundación Banco Municipal cuyos resultados se dieron a conocer oficialmente hace muy pocos días y que dan cuenta que se evidencia una disminución en la demanda de alquileres temporarios en la ciudad en el último semestre, mientras que la oferta de propiedades continúa su repunte pospandemia, pero aún muy por debajo de los niveles del 2018/2019.
Según consignó La Capital este domingo, en Rosario las plataformas que ofrecen alojamiento en dólares para turistas comienzan a hacer pie, pero con sólo 1.700 propiedades aún no generan distorsiones en el mercado de alquileres permanentes, como sucede en las grandes ciudades turísticas. El crecimiento de Airbnb y otras están provocando en Buenos Aires y otras capitales del mundo un fuerte impacto en la suba del costo de alquilar, lo que desató una gran batalla por su regulación. Si bien en Rosario este fenómeno existe, todavía no muestra un número importante de inmuebles registrados.
El perjuicio que producen estas aplicaciones es que muchos propietarios sacan sus departamentos de alquiler permanente para llevarlos a precios dolarizados para turistas, dejando sin vivienda a los residentes.
Según las estimaciones de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario (Aehgar), ya hay 1.700 propiedades en Rosario, sumando Airbnb, Booking y los privados, y se ha vuelto más común que algunas personas saquen su departamento de alquiler con contrato para pasarlo a una de esas plataformas de temporarios. Si bien es incipiente, es lógico pensar que la cuestión puede aumentar si la ciudad sigue teniendo una demanda creciente de visitantes de Buenos Aires y extranjeros.
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Según revela el informe de la Fundación Banco Municipal, la demanda de alojamiento por parte de la plataforma Airbnb creció de manera notoria hasta la pandemia, alcanzando un máximo de 12.760 noches reservadas durante septiembre de 2019. Con la pandemia se contrajo de manera abrupta y comenzó a recuperarse a mediados del año 2022, expandiéndose ininterrumpidamente hasta fines del año pasado. Sin embargo, no logró recuperar lo perdido, manteniendo una brecha visible respecto a los niveles prepandemia.
Desde febrero pasado, la demanda registra variaciones interanuales negativas. El último dato disponible a junio muestra que se reservaron 4.321 noches en alojamientos temporales en Rosario, evidenciando una disminución interanual de 15,3%.
Así, siempre bajo la oferta en esta plataforma, los datos sugieren que las propiedades activas disponibles mantienen su recuperación en los primeros seis meses de 2023, aunque con algunas modificaciones en cuanto a su composición. Desde el inicio de la pandemia hasta mediados del 2022, la cantidad de unidades se dio a la baja, recién en junio del año pasado volvió a repuntar y si bien se ve un crecimiento, aún es muy incipiente. De las cerca de 1200 unidades que había disponible a comienzos del 2020, con la pandemia quedaron prácticamente la mitad (600) y desde el repunte, hoy la oferta se ubica apenas por encima de las 800.
En detalle
Cuando el informe oficial posa su lupa sobre las características de las propiedades ofrecidas por Airbnb en Rosario, se destaca que la mayor parte de los alojamientos (70%) están disponibles en la plataforma cómo máximo medio año y un gran porcentaje (42%) está en alquiler entre 1 y 90 días, mientras que sólo 12% se ofrece de forma permanente (entre 271 y 365 días). De esta manera, concluye que se podría presumir que muchas personas deciden alquilar sus propias viviendas que por distintas circunstancias no ocupan durante un cierto periodo de tiempo, pero que las necesitan seguir ocupando durante otros lapsos. Así, la enorme mayoría serían unidades que no podrían ingresar en el circuito de alquileres permanentes.
Los indicadores relevados por el estudio oficial sugieren que la oferta de alquileres temporarios a través de Aribnb en Rosario estaría compuesta por propiedades que se ofrecen por períodos breves y en momentos específicos del año, es decir, por propietarios que buscan en la plataforma un ingreso adicional complementario a otras fuentes.
El informe concluye que se trata de alquileres que se ofrecen en momentos específicos del año y por un tiempo acotado, por lo que la situación local no parecería asimilarse a otras ciudades en las cuales existen empresas que montan negocios con los alquileres temporarios y los ofrecen de forma permanente.
El estudio revela también que el diferencial de ingresos que los huéspedes logran en Airbnb y el precio de los alquileres parece acotarse, sugiriendo que el margen para el desajuste entre demanda y oferta es menor. Es decir, señala que, de continuar expandiéndose la oferta con una demanda alicaída, el atractivo de ofrecer las propiedades en alquiler temporario en Rosario será cada vez menor.