A pocos días de finalizar su gestión, la Agencia de Prevención de Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod) presentó su balance de gestión sobre una problemática cada vez más creciente: el consumo de sustancias. Allí se revela la radiografía de quienes se acercan a pedir ayuda del Estado, pero también se desnuda una realidad atravesada por la exclusión, la pobreza y los efectos de la pandemia. Sólo en Rosario, unos 3 mil individuos están vinculados al mes a los dispositivos de atención y en 4 años la población atendida se incrementó 10 veces. En el mapa del consumo, el crack (cocaína de baja calidad que se fuma) llegó para quedarse, entre el alcoholismo, la marihuana y cocaína y las ludopatías.
Aprecod trabajó sobre un nuevo paradigma en base a cuatro grandes ejes: accesibilidad; red territorial de prevención y asistencia de los consumos problemáticos y adicciones; prevención, comunicación y cultura; y capacitación, formación continua y análisis de datos.
Un tema que logró el incremento exponencial de contención de la demanda que se pudo abordar fue la creación del Centro de Atención y Orientación (0-800-345640, de lunes a lunes de 8 a 12) y del Centro de Atención Inmediata (que funciona en España 1455 y sin turno previo). La agencia pasó de acompañar 547 situaciones en 2018 a 4.586 en 2023 en el territorio santafesino. En la actualidad, el Centro de Atención Inmediata recibe 350 situaciones mensuales y el Centro de Atención y Orientación Virtual recibe 480 llamadas mensuales de más de 80 localidades de la provincia.
Otro punto fue la creación de más dispositivos de tratamiento en red y coordinados por el Estado. A fines de 2019 había 29 dispositivos. Hoy son 95 en la red de instituciones alcanzando casi la totalidad de los departamentos de la provincia. En tanto, la inversión en transferencias a municipios y comunas para esta problemática subió 6 veces.
De 2019 a 2023 se triplicaron los dispositivos de prevención y asistencia: de 58 a 175; y la población atendida es 10 veces mayor en estos 4 años. Esto implica que la Agencia atiende de forma mensual y regular entre 5.200 y 5.500 personas en toda la provincia de las cuales 3.000 corresponden a Rosario. Al Centro de Asistencia Inmediata arriban unas 150 personas nuevas al mes.
Un salvavidas
"Uno de los puntos importantes es que por ejemplo en la ciudad alguien sin obra social y que busca ayuda puede ir al Centro de Atención Inmediata sin turno y se lo evalúa y deriva de acuerdo a sus necesidades", mencionó a La Capital la titular de Aprecod, Camila Bettanin.
La funcionaria consideró que "indudablemente había un déficit de atención, pero también es innegable que el consumo creció. En Rosario había una demanda reprimida y sin respuesta a una temática en la que el paciente muchas veces no pide ayuda, lo hace su entorno. Salir al encuentro territorial con un equipo no tenía un trabajo intenso y se hizo en distintos barrios priorizados. Casa por casa con un rastrillaje para hacer prevención y atención", destacó.
En Rosario existen unos 60 dispositivos, desde un tratamiento, centro de día, comunidades terapéuticas y consultorios externos. Allí actúan profesionales con un abordaje integral.
"Podemos afirmar que en Rosario cualquier personas que tenga una problemática de consumo cuenta con la chance de tratarse en forma gratuita, sin que tenga obra social. La ciudad, a través de la red provincial, ofrece maneras de acceso y la red pública es más potente que la red privada", consideró Bettanin.
Mapa de sustancias
En un mapeo de sustancias problemáticas, la que mayor consumo muestra es el alcohol, le siguen psicofármacos mezclados y con alcohol, las sustancias ilegales como la marihuana y cocaína; y también las ludopatías.
"Llamó la atención en el informe, el consumo de cocaína fumada de muy mala calidad (la estiran con virulana, vidrio molido o bicarbonato) en un sector de la población muy vulnerable", mencionó la funcionaria al hablar del efecto de la pandemia como un punto gatillo. "Algo que no se veía y es un dato reciente de la realidad rosarina", indicó. Una droga de corto efecto, rápida, pero de altísima adicción y dependencia. También se refirió a la reducción etaria de los consumos de alcohol y marihuana.
Lo alarmante es el incremento de una "población zombie", marginada y excluida. Y con solo mirar a Brasil o la costa oeste estadounidense, con los adictos al fentanilo, los escenarios se agravan. La degradación que produce el consumo, la exclusión y marginación social es cada vez mayor; y trasciende la pobreza. Por eso es importante desarrollar y sostener mayor infraestructura del cuidado y para tratamientos.
En mayo de este año, Aprecod presentó en la Legislatura un proyecto para declarar la ley de emergencia en adicciones donde se solicitaba un incremento aún mayor de la inversión en esta problemática con más involucramiento de los poderes del Estado.
Otro tema crítico es la marcada preocupación del mix entre trabajo y adicciones. Se hicieron acciones conjuntas con las empresas y se armaron protocolos. "Lo importante es que los empleos registrados cuentan con obra social y están obligados a cubrir un tratamiento, pero se percibe todavía una falta de desarrollo y poca oferta. Muchas veces por estos consumos problemáticos se termina en una licencia laboral. También un incremento de la inasistencia o directamente se ingresa en un riesgo laboral al estar en un puesto con el efecto de una droga. Es un tema preocupante en el mundo del trabajo", sentenció Bettanin.