Hace dos años y un mes, con un contexto casi idéntico al actual de focos de incendios continuos en el Delta del Paraná, los concejales cruzaron a la isla El Espinillo para desarrollar una sesión simbólica en la que se aprobaron, por unanimidad, 19 proyectos de ordenanza tendientes a la preservación del medio ambiente, con las herramientas disponibles en materia legislativa con las que se cuentan a nivel municipal y con el eje puesto en la incipiente destrucción de los humedales, que por entonces ya estaba en marcha desde hacía seis meses. Uno de los proyectos que se sancionó fue una modificación de normativa para constituir un sistema público de medición de calidad del aire que, además de cumplir esa función, debería mostrar los datos actualizados y legibles para toda la ciudadanía en las distintas plataformas de la Municipalidad. A dos años de su aprobación, todavía no se puso en marcha.
La modificación de la ordenanza 5.820, impulsada por proyectos similares de los entonces ediles Lisandro Zeno y Eduardo Toniolli, no solo estableció que debe registrarse la calidad del aire en Rosario las 24 horas a través de monitoreos continuos, sistemáticos y automáticos sino, además, que esos datos deben configurar una fuente de información pública para que cualquier persona pueda consultarlos sin mayores inconvenientes. Estos datos también deben usarse para contrarrestar eventuales excesos de los indicadores límite, establecidos en la normativa.
Actualmente, los indicadores de la calidad del aire en Rosario se conocen por mediciones llevadas adelante por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y por diversas plataformas que, de manera satelital, relevan estos datos.
“El objetivo de la creación de un sistema de información pública de calidad del aire era doble: generar un sistema de alerta temprana y democratizar el acceso a la información”, explicó a La Capital el ahora diputado nacional Eduardo Toniolli.
El ex concejal señaló que el primer punto serviría para “poder prever procesos de contaminación del aire y que el municipio cuente con tecnología que le permita ir monitoreando la calidad del aire en tiempo real, no solo ligado a los incendios en las islas sino también a, por ejemplo, los efectos del tránsito en el centro”. A partir de eso, el legislador explicó que se pueden generar políticas públicas para gestionar y disminuir el impacto que tiene el tránsito en el ambiente de la ciudad.
El segundo eje de la normativa se centra en transmitir de manera legible la información que deben recabar las estaciones de monitoreo de calidad del aire. La ordenanza establece que los datos deben publicarse en carteles indicadores en la vía pública, pero también que se pueda acceder a la información desde las redes sociales o la página web del municipio.
Los datos que registren las estaciones de monitoreo y que deben publicarse son el horario de medición, las concentraciones de los contaminantes del aire previstos por la ordenanza y un índice que, teniendo en cuenta los límites establecidos, determine si la calidad del aire es "buena", "admisible", "mala" o "muy mala".
En el portal de datos abiertos de Rosario hay datos sobre medición de calidad del aire, pero son registros anuales y solo sobre PM10 (material particulado igual o inferior a 10 micrómetros). Y tampoco es legible para cualquier persona ya que debe descargarse y saber interpretar esos datos.
En relación al acceso a la información, Toniolli recordó: “Durante décadas en las zonas de Refinería y de Tablada hubo grupos de vecinos peleando por conocer el material particulado que desprendían algunas empresas, pidiendo informes al municipio sobre la calidad del aire”.
Referencias
El director del Grupo de Física de la Atmósfera, del Instituto de Física Rosario, Rubén Piacentini, explicó que “es importante que existan sistemas de referencias” en relación a la calidad del aire en grandes ciudades, teniendo en cuenta que estos datos no solo sirven para advertir una situación del momento sino además para proyectar acciones a futuro.
Piacentini referenció a la Ciudad de Buenos Aires y a Bahía Blanca como ejemplos de ciudades que miden la calidad del aire con un sistema público. Sin embargo, llegar a la información no es del todo accesible.
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En el caso de Capital Federal, hay un link específico a los registros de las mediciones diarias que se llevan a cabo en distintos puntos de la ciudad, mientras que en el caso de Bahía Blanca no se encontró en su página web los resultados legibles de las mediciones, aunque sí están en su portal de datos abiertos, pero eso infiere un trabajo mayor para conocer los indicadores.
Piacentini destacó que ante situaciones como la de estos días, en los que el humo invade todos los ambientes, se pueden utilizar filtros de aire para purificarlo y disminuir el riesgo.