Siempre precisa en sus definiciones, seria, contundente. Durante los últimos nueve meses la médica infectóloga Carolina Subirá respondió cientos de veces a las preguntas de la prensa. En su rostro, en su voz, era posible advertir la enorme preocupación que la aquejaba cada día, como a todo el personal de salud de la ciudad que no descansó desde que la pandemia hizo pie en Rosario. Pero este martes, por primera vez, la especialista dejó escapar una sonrisa. Su tono no era el de siempre. Es que sin dudas se trata de una jornada histórica, soñada, esperada por tantos. "La vacuna es el mejor regalo de fin de año que podíamos tener. Al fin en estos 9 meses terribles tenemos algo que sirve", exclamó emocionada, en diálogo con La Capital.
La médica, que fue la segunda persona en vacunarse en la provincia de Santa Fe durante el acto que se hizo en el Hospital Centenario (el primero fue el médico Roberto Parodi, especialista en clínica médica y profesor universitario), también participó del operativo en el que se entregaron, al sector privado, las cajas con las 1.350 dosis que este mismo martes comenzaron a ser colocadas entre los agentes de salud.
"Mi gran emoción comenzó ayer, en ese operativo. Estar allí, recibiendo las cajas y entregando las vacunas a cada uno de los vacunatorios fue algo indescriptible. Y ayer, justamente, me avisaron que me invitaban a vacunarme en el acto oficial. En mi brazo, en mi cuerpo, llevo la mejor muestra de la confianza que tengo en las vacunas contra el Covid, y digo las vacunas porque no es ni la rusa, ni la de Inglaterra ni la china, son las vacunas que empiezan a permitirnos ver una luz al final de este camino".
Vacunas al sector privado
Subirá, quien está al frente del área de Infectología de la Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Rosario, está además a cargo de la coordinación del área de Calidad y Seguridad del Paciente en Sanatorio Parque y es asesora del gobierno provincial en materia de coronavirus.
La experta admite que el 2020 fue un año terrible, que quedará grabado a fuego en su memoria y en la de todos y cada uno de los que pusieron conocimiento, pasión y ganas, que sobrellevaron el enorme agotamiento mental y físico, que siguieron y siguen más allá del cansancio, del miedo y de las dudas para controlar que no se compliquen los enfermos que están mejor, para intentar salvar a cada paciente grave con coronavirus, para sostener hasta el último instante a aquellos que por más esfuerzos que se hicieron, perdieron la vida en esta pandemia.
"Vimos partir a amigos, compañeros. Hay tantas familias que despidieron a seres queridos. Hoy siento que es la primera vez que empezamos a ganar terreno en esta batalla. Hasta ahora, no teníamos nada. Sólo opciones que no eran efectivas, pero ahora la fin hay una herramienta poderosa". Al mismo tiempo recordó que "por ahora vamos a tener que seguir cuidándonos, con barbijo, con distancia, sin hacer reuniones con muchas personas, con el lavado de manos, con todo lo que fuimos aprendiendo, pero la vacunación es un paso enorme".
Total confianza en la vacuna
"Puse el cuerpo, tengo la vacuna empezando a generar anticuerpos en mi organismo. Esa es mi mejor muestra de confianza", enfatizó la infectóloga, que nunca olvidará esta jornada.
"Mi compromiso y el de todos los que nos vacunamos lleva implícito el respaldo a los científicos de la Anmat, a nuestro ministerio de Salud de la Nación, a todos los que pusieron lo necesario para llegar a esta instancia. No hay mejor manera que comprometerse con acciones", dijo Subirá, a poco de recibir la primera dosis de la vacuna, y agregó: "Quiero que mis colegas, que el personal de salud, que la población toda vea y sepa que confiamos en este desarrollo que tiene los niveles necesarios de evidencia".
Y si bien es cierto que el inicio de la campaña de vacunación en Argentina es una instancia más en este todavía largo camino para frenar la pandemia, "es una gran instancia, porque quienes se vacunen no se van a contagiar o si se contagian harán formas leves de la enfermedad y ya no van a morir".