"El gran problema que tenemos con el narcotráfico y el consumo de drogas es que se han naturalizado. Incluso en los ambientes profesionales, académicos. En los 90' estaba naturalizado en las villas, hoy se extendió a todos los sectores sociales", disparó el cura Fabián Bellay, responsable de la pastoral social de drogadependencia de Rosario. Bellay encabezó anoche una concentración frente a la Catedral donde se homenajeó al sacerdote tucumano Juan Viroche, quien apareció muerto en la parroquia donde oficiaba. Su fallecimiento conmocionó a todo el país por ser un referente religioso que denunció a los narcos .
La concentración en reclamo por el esclarecimiento de la muerte de Viroche fue en la plaza 25 de mayo, frente a la Catedral. Cerca de un cien personas se juntaron con pancartas, rezaron y marcharon alrededor de la plazoleta.
La primera en hablar fue Adriana Abaca, una rosarina que denunció hace tres años a los narcotraficantes que operaban en la zona sudoeste de la ciudad y como réplica recibió infinidad de amenazas y le balearon su vivienda.
"Estamos acá para decir basta. No podemos mirar más para otro lado, el narcotráfico mata no sólo a través de la droga que consumen nuestros hijos sino con balas. Nos están matando y como sociedad debemos reaccionar", señaló.
Bellay habló con LaCapital y reconoció que la muerte de su colega generó "mucha conmoción. La sociedad quiere saber que hay detrás de todo esto, cuánto pudo haber detrás de su fallecimiento su lucha y sus denuncias contra el narcotráfico".
Según pudo saber Bellay, "la gente que lo conocía a él, desconfían mucho de la versión del suicidio. Igual, cada persona que muere a causa de esto merece una marcha, pero cuando se trata de un referente social va encendiendo otras alarmas, queda la sensación que se van rompiendo valores y que avanza la impunidad".
"Estos casos —siguió— hacen que uno tome conciencia de hasta dónde puede llegar la narcocriminalidad.
Respecto al consumo de drogas y al avance narco, Bellay dijo que "en los últimos tiempos no ha habido un cambio estructural. Han cambiado los métodos, se pasó del búnker al delivery, se va a adaptando a la realidad social".
El titular de la pastoral social de drogadependencia remarcó que la Iglesia, el Estado y las instituciones comprometidas en la lucha contra el narcotráfico "estamos haciendo un gran trabajo en el territorio. Estamos dando pequeños pasos, pero tenemos que tomar conciencia que estamos inmersos en una crisis profunda que hay que responder con todos los recursos en conjunto".
En ese marco Bellay advirtió sobre el principal problema que percibe en torno a la problemática. "En la conciencia social, sea en el centro o en los barrios ya no llama la atención el consumo de drogas, hay una despenalización de hecho y como sociedad dejamos de problematizarlo. Vemos a nuestros jóvenes consumir y ya no sorprende", sostuvo.
"El gran problema que tenemos hoy con el narcotráfico y el consumo de drogas —siguió—es que se han naturalizado. Incluso en los ambientes profesionales, académicos. En los 90 estaba naturalizado en las villas, hoy se extendió a todos los sectores sociales. Esto alarma más porque nuestros futuros dirigentes están inmersos en estas adicciones".
Según Bellay, "hace falta mucha prevención, campañas masivas en los medios y en las escuelas, comprometiendo a las familias, usando todas las herramientas pedagógicas y tecnológicas".
Finalmente celebró el desembarco de las fuerzas federales a la provincia para combatir el narcotráfico. "Puede ayudar y es un aporte más. Pero también hay que estudiar el desarrollo económico, ver cómo están las causas de lavado de dinero en Rosario, de dónde vienen las inversiones", apuntó.
"Esperemos que Gendarmería no venga sólo a controlar a las clases más vulnerables y que haga un trabajo integral que llegue a los grandes dueños de este negocio".