¿Cuánto dolor se puede soportar tras una muerte? ¿Y luego de perder a tres seres queridos, en una misma semana y escalonadamente, cuánto?
Por Laura Vilche
¿Cuánto dolor se puede soportar tras una muerte? ¿Y luego de perder a tres seres queridos, en una misma semana y escalonadamente, cuánto?
"Para mí aún están vivos, no lo puedo creer", dice entre sollozos Ivana Mingorance, profesora de Bellas Artes, de 33 años, una de las dos hijas de la familia que sobrevivió a la pandemia y es residente en Capitán Bermúdez (a 15 kilómetros al norte de Rosario).
Ella y su hermana Aylén, de 19 años y estudiante de arte, perdieron hace menos de un año a su hermana mayor, Paola, de 36; a su madre, Patricia, de 57 y a su padre, Mario, de 60. Una familia de docentes, un dolor en carne viva.
Ivana habla con La Capital en uno de los tantos colegios en que trabajó su hermana Paola como profesora de matemática: el Nº 330, República de Grecia, que se levanta en el inmenso predio que comparte con el Hogar Escuela.
La hermana del medio de las Mingorance llega a la nota con una percha y la campera negra con interior animal print que usaba Paola siempre que hacía frío para ir a dar clases. La recibe la directora del colegio, Mariana Rossi, ex compañera de Mario en el profesorado, quien habló con Paola por WhatsApp hasta cuando estuvo internada, en terapia.
Ella dice que tampoco lo puede creer, también rompe en llanto cuando recuerda que Paola le había anticipado que quería juntar horas cátedras en un turno porque pensaba ser madre "pronto".
Por iniciativa de varios docentes, el colegio le pondrá el nombre de Paola Mingorance a la sala de profesores porque, tanto la directora como sus compañeros Viviana y Yahir, dicen que ella siempre llegaba temprano a la mañana y los esperaba a todos con el mate y algo rico para desayunar.
"Siempre atenta, estaba en los pequeños detalles, era amable, trabajadora, sabía el nombre y apellido de cada alumno, no se le escapaba nada: era una mujer comprometida. Es lo menos que podemos hacer por ella, ya que cuando murió estábamos trabajando en la virtualidad y solo compartimos nuestra pena colectiva por zoom", dice Rossi.
La virtualidad fue un capítulo obligado para los docentes en esta pandemia y para muchos una condena.
"Mi papá era un hombre mayor a quien le costó como a muchos docentes trabajar así, pero lo hizo con ayuda de toda la familia porque no quedaba otra: mi mamá que estaba jubilada como docente de tecnología le daba una mano y el día anterior a que lo internen me pidió que le escaneé ejercicios para mandar a una de las escuelas donde trabajaba. Siempre somos criticados los docentes, como si en la pandemia la hubiéramos pasado bien: puedo decirle a cualquiera que no", desafía Ivana, tanto como cuando habla de los antivacunas.
"Mientras mi familia se moría convocaban al Monumento esos supuestos médicos y quienes no querían vacunarse. No se puede creer", se indigna Ivana.
Paola murió el 31 de mayo de 2021. "Fue a un control y nunca más la vi, porque con mi hermana Aylén y el marido de Paola nos dividíamos para correr por mis padres que ya estaban internados con síntomas de fiebre y falta de oxígeno. Sé que Pao lo vio a mi papá haciéndose una radiografía y pidió que los pongan en la misma sala. Pero no lo lograron".
Luego de Paola, el 5 de junio, falleció Mario en el mismo sanatorio de Rosario. Y dos días más tarde murió Patricia, en otro efector. "La interné a mi mamá y nunca más la vi", lamenta Ivana.
Se publicó en los medios que los tres tenían comorbilidades. Ivana aclara el panorama, como puede.
"Paola había padecido el síndrome de Guillan Barré (N.de la R: parálisis provocada por el propio sistema inmunológico) en 2018, se levantó un día con el brazo y una pierna casi inmóvil, le dijeron que había sido por un alimento mal lavado; mi padre había tenido una leucemia crónica y mi madre sobrepeso. No soy médica, sé que se contagiaron en un momento en que el virus hacía estragos, estaba todo explotado. Yo tuve Covid, perdí el olfato, quedé cansada, pero no mucho más. Mi otra hermana si se contagió fue asintomática. No sé, no sé si sabremos alguna vez qué pasó".
La charla continúa con la cosas que le gustaban a Paola, a Mario y a Patricia. "Regalar", "cuidar las plantas" y "cocinar, la repostería", respectivamente enumera Ivana aliando a cada quien con un verbo que los llenaba de puro placer.
Luego Ivana le agradece a toda la comunidad docente a través de Mariana por el "gran apoyo" que le dieron a ella y a su hermana ante tanta orfandad.
Se funden en un abrazo y lloran en silencio, bajo los barbijos. Dicen que "aún no caen" y menos pueden responder cuánto dolor se puede soportar luego de perder a tres seres queridos, en una misma semana y escalonadamente.
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Idea y fotografía: Virginia Benedetto / Producción periodística: Laura Vilche / Edición de video: Andrés Mancini / Producción general: Lisandro Machain
Esta nota es una de las cinco que conforman la serie "El retrato de tu ausencia". Una prenda de trabajo personal es el homenaje colectivo a todos los trabajadores y trabajadoras esenciales que no sobrevivieron a la pandemia. Este 20 de marzo se cumplen dos años desde que el virus del Covid se quedó con 4.070 vidas en Rosario. La Capital rescata así las voces de los afectos más cercanos y compañeros que no pudieron velarlos como hubieran querido.