Cuando recuerda los momentos más críticos de la pandemia de Covid, que no terminó pero está dando una tregua importante a los argentinos, la médica Giselle Shocron parece traer al presente algo que pasó hace mucho pero mucho tiempo. Los primeros casos diagnosticados en Rosario, el temor ante lo desconocido, la necesidad (casi la desesperación) por obtener más información y estudiar todo lo vinculado al Covid, ese virus "extraño" que se había descubierto en China, había dejado huellas profundas en su paso por Europa y avanzaba sin piedad sobre Latinoamérica.
La obligación de dar respuestas médicas, detectar a tiempo, salvar la mayor cantidad de vidas posibles, resignarse ante lo inevitable.
La especialista en médica clínica o médica internista, como también se llama a quienes actúan en este área de la medicina, rememora con emoción pero también con gran orgullo todas las instancias de las dos grandes olas de Covid que impactaron en Rosario.
Para ella, a los médicos, la pandemia "nos cambió para siempre". Sin embargo esa transformación fue para mejor, a pesar del dolor, del agotamiento, a pesar de las pérdidas.
Mejor porque los ayudó a trabajar en equipo con otras especialidades de un modo que quizá muchos no conocían, porque los animó a encontrar maneras más creativas y profundas de estar cerca de los pacientes en el marco del aislamiento y las distancias impuestas por el virus.
Mejor porque borró límites y los acercó como nunca al mundo _y ese intercambio los enriqueció_ .
Porque los alentó a expresar sus temores y dudas, porque reforzó la idea previa de ir, cada vez más, hacia una medicina completamente humanizada, centrada en el paciente, abierta a la escucha.
Shocron es la presidenta de la Asociación de Medicina Interna de Rosario (Amir), una entidad con una amplia y prestigiosa trayectoria. Más de 35 años de historia.
Son un grupo de médicos que desde 1985 viene realizando en forma bianual el "Congreso Internacional de Medicina Interna" que este año se desarrollará de manera virtual y cuyo tema central es: "La medicina interna en el corazón de la pandemia. Empatía y compromiso".
"Es sin dudas uno de los congresos más importantes del interior por la cantidad de trabajos científicos que se presentan, por la convocatoria que suele superar los 3 mil asistentes, porque reúne a profesionales que recién comienzan y otros de muchas décadas de experiencia, porque no se trata sólo de un evento científico y académico sino que es una reunión fundamental para los médicos clínicos y de esa manera lo vivimos", señala.
La amplitud en las temáticas que se tratan, la importancia que se le da a la relación médico paciente y el nivel de los oradores lo han demostrado año tras año.
Intercambios valiosos
Los vínculos que existen entre los integrantes de las distintas especialidades de la medicina suelen ser muy fuertes, y entre los "clínicos" o "médicos de familia" ese mundo de relaciones es muy intenso. La pandemia lo reforzó.
"Todos los médicos clínicos del país estuvimos durante este año y medio en un intercambio constante que fue central, vital diría, tanto a nivel humano como científico y cultural. El trabajo fue intensísimo porque fuimos, junto con los terapistas, y otras especialidades, los que no paramos un solo día en pandemia", destaca Shocron.
Ella asegura que los lazos se fortalecieron entre los compañeros y también con los médicos de otras disciplinas y todo el personal.
"La llegada del Covid nos llevó a replantearnos todos los servicios, cambiamos el paradigma de atención, dividimos los espacios Covid y no Covid porque era importante atender los positivos pero tampoco se podía descuidar a quienes tenían otras patologías y todo, todo, se pensó en equipo".
"Actuamos en lo ambulatorio pero también en las internaciones. En las guardias, en los servicios a domicilio, atendiendo las necesidades de los pacientes con Covid o sospecha de Covid y a sus familias", comenta la médica, que se dedica especialmente a adultos mayores.
Las personas de la tercera o cuarta edad fueron las más afectadas durante la primera ola del Covid en 2020. "Como dice el mensaje de este congreso, pusimos por encima la empatía y el compromiso, porque más allá de cuidar la salud física de cada paciente se trataba de contener, y mucho. Vivimos situaciones muy complejas. Hay que pensar que teníamos que dar informes a personas que tenían a su padre internado, grave, en un determinado hospital y a su mamá muriéndose en otro lugar. No podíamos hablar con ellos en forma personal, y todo pasaba por el teléfono, a toda hora, a cualquier hora".
Ver más allá
Giselle Shocron remarca que esa empatía también tenía que darse, como nunca, entre los compañeros. Porque en esta pandemia nadie quedó al margen de los contagios, los aislamientos y la muerte cercana. "Nuestros colegas vivían situaciones de enorme angustia y entre todos nos dimos una mano, fue emocionante", reconoce.
"Estudiar, informarnos, compartir experiencias fue una manera de tranquilizarnos, porque conocer te da tranquilidad", manifiesta.
La médica dice que esta edición del congreso será inolvidable aún cuando no pudo hacerse de manera presencial. "Vamos a reencontrarnos siendo otros porque fue muy grande el cambio que nos impuso la pandemia pero hay algo que sigue siendo nuestra bandera: vamos por una medicina basada en lo humano, eso, siempre".
El IX Congreso Internacional de Medicina Interna 2021 se desarrollará hoy y mañana en modalidad virtual.
Fueron presentados 135 trabajos científicos de todo el país que están siendo evaluados por un jurado de especialistas en clínica médica de renombre en la Argentina.