Un veterano de la Guerra de Malvinas que busca recuperar el casco que "le salvó la vida en la batalla de Monte Longdon", recibió ayer un llamado anónimo con la promesa de enviárselo en los próximos días desde el Reino Unido.
Un veterano de la Guerra de Malvinas que busca recuperar el casco que "le salvó la vida en la batalla de Monte Longdon", recibió ayer un llamado anónimo con la promesa de enviárselo en los próximos días desde el Reino Unido.
"Tengo la promesa que el casco volverá a mis manos. Una vez que eso ocurra, y después de agradecer y mostrarlo a todos los que quisieron ayudarme a recuperarlo, lo llevaré a la bóveda del cementerio de Lanús, donde descansan los restos de mis padres", dijo ayer Jorge Alberto Altieri, el ex combatiente de 56 años que fue gravemente herido durante la guerra con el Reino Unido de 1982.
El casco había aparecido días pasados en un sitio de subastas por internet. Con una base de 13.000 dólares (medio millón de pesos argentinos), la publicación del portal eBay, uno de los más famosos del mundo en el rubro compra-venta, ofrecía el casco en su estado original: perforado por las esquirlas de una bomba y con las costuras y arreglos de la guerra.
Muchos se enteraron de la venta, algunos allegados de Altieri. "Me llamaron de todos lados queriendo hacer colectas, pero era imposible para mí pagar eso", aseguró Altieri, hasta que el jueves recibió otra llamada —anónima— que cambiaría la historia para siempre.
"No me quiso decir su nombre. Sólo me contó que era empresario y, por el acento, me di cuenta de que era argentino. Me dijo que había comprado el casco y que me lo iba a hacer llegar por medio de un correo interno de la embajada. Yo al principio no le creía", dijo el veterano, que quedó a la espera.
El ex combatiente confesó que no sabe "cómo ni cuándo va a ser la entrega" ni tampoco cómo le va a impactar: "No sé qué va a pasar conmigo. Si voy a llorar, si me voy a quedar duro... Lo que es seguro es que lo voy a llevar por distintos lugares. Primero a los medios y después a un museo, para que todos vean el casco que me salvó la vida".
Historia
La historia del casco comienza el 11 de junio de 1982, tres días antes del cese de hostilidades. Aquel día, Altieri se ofreció a acompañar a un sargento y a otro de sus compañeros al Monte Longdon, donde se estaba librando una de las últimas y más sangrientas batallas entre las disminuidas tropas argentinas y un batallón de paracaidistas británicos.
"Había cuatro ingleses por cada uno de los nuestros. Fue un combate fuerte, cruento. En un momento, cayó una bomba muy cerca nuestro que mató a nuestro sargento, hirió en las piernas a mi compañero y a mí en la cabeza. Caí desmayado. Me quise levantar, pero no me podía mover y me corría sangre por la cara. Si no tenía puesto el casco, me moría", recordó hace poco en una entrevista.
"La esquirla me pegó justo en la frente, e incluso en las fotos se puede ver el agujero que le dejó al casco; a mí esa herida me sacó el ojo izquierdo y perdí tejido encefálico de la zona izquierda del cerebro que coordina la conducción del brazo derecho, la pierna derecha y el habla", acotó.
Si bien el casco le salvó la vida, no pudo traerlo a la Argentina: quedó en manos inglesas. "Todavía recuerdo lo fría que se sentía sobre mi cara la sangre que me brotaba de la cabeza. Mis compañeros me bajaron del monte al pueblo, allí me hicieron curaciones y el 14 de junio me replegaron al continente sin darme cuenta de que el casco había quedado allá. Lo encontró uno de los paracaidistas ingleses que habíamos combatido en el monte", apuntó. Fue enviado entonces a Comodoro Rivadavia, donde lo operaron.
"Del casco no supe nada más hasta hace cuatro años, cuando me enteré que lo estaban subastando en Londres. Resulta que un soldado inglés lo había visto tirado en la calle en Malvinas y se lo llevó como souvenir. Cuando murió, los hijos decidieron rematarlo. Un conocido mío se enteró y me contó. No lo podía creer. Era mi casco", recordó.
Aún perforado por las esquirlas de la bomba y con las costuras y arreglos de la guerra, el casco llevaba incluso una etiqueta con su nombre. "Ofrecí 400 libras (21 mil pesos), pero faltando un minuto para el cierre, otro inglés puso 800 libras y lo compró. Traté de convencerlo por teléfono de que me lo vendiera más barato, pero no me quiso bajar el precio. Era un comerciante", relató.
La semana pasada, aquel comprador decidió volver a poner el objeto a la venta en el sitio eBay, pero a un valor mucho más elevado: 10.500 libras (552 mil pesos). Y ese fue el origen de este nuevo presente.
Reconfortado
Durante estos días Altieri recibió apoyo de mucha gente. "Estoy muy emocionado", confesó.
Hoy de 56 años, Altieri vive en Lanús y trabaja como guardia de seguridad en una oficina del PAMI, "Me ayudaron amigos y amigas, malvinenses de corazón, medios de comunicación que hicieron visible el tema, usuarios de redes sociales que intentaron hacer una colecta para poder comprar el casco y recuperarlo.", dijo.
"Muchos se interesaron, el embajador de Gran Bretaña, Mark Kent, el intendente de La Plata, Julio Garro, el municipio de Lanús, que es donde vivo, muchos ofrecieron ayuda, pero finalmente un hombre o una mujer, no lo sé, lo compró y en pocos días lo voy a tener conmigo", expresó. "Lo voy a llevar a la tumba de mis padres".
Por Carina Bazzoni