En Suecia entrará hoy en vigor una polémica ley sobre relaciones sexuales y violaciones que obliga a que los dos miembros de la pareja expresen explícita y claramente su consentimiento. De lo contrario el acto sexual se considerará violación.
En Suecia entrará hoy en vigor una polémica ley sobre relaciones sexuales y violaciones que obliga a que los dos miembros de la pareja expresen explícita y claramente su consentimiento. De lo contrario el acto sexual se considerará violación.
Sin embargo aún se discute cómo se podrá utilizar la nueva ley ante un tribunal y qué se considerará como consentimiento verbal y no verbal. Este tema causó problemas al fundador de Wikileaks, Julian Assange, quien fue acusado en Suecia de cuatro delitos sexuales contra dos mujeres. Uno de los cargos era por violación "en grado menor" por mantener relaciones con una joven mientras dormía. Assange siempre aseguró que las relaciones fueron consentidas.
El gobierno sueco, que se identifica como feminista, impulsó la nueva normativa a mediados del año pasado tras el debate del movimiento #MeToo. En el país escandinavo conocido por la igualdad de derechos de sus ciudadanos, la campaña contra el acoso sexual tuvo un especial impacto. Miles de mujeres de todos los sectores —actrices, juristas, obreras— contaron abiertamente sus experiencias.
"El sexo debe ser voluntario", dijo el jefe del gobierno, Stefan Loven, en la presentación de su nueva "ley de consentimiento". A diferencia de la legislación vigente hasta el momento, a partir de ahora todo acto sexual será punible si no tiene lugar con consentimiento mutuo, independientemente de si la víctima expresó o no su oposición mediante palabras o actos. La pasividad ya no podrá ser interpretada como un consentimiento silencioso.
Con la nueva regulación los escandinavos también han sido objeto de burla a nivel internacional. "Pronto el sexo solo estará permitido si previamente se firma un contrato, lo que estropeará el ambiente en la habitación", bromearon unos comentaristas.
Pero la iniciativa no es tan novedosa como parece. Es que Suecia se suma a nueve países europeos que ya han trasladado a sus legislaciones lo que recoge el Convenio de Estambul, firmado por 20 estados miembros de la Unión Europea en 2011. En el apartado referido a la violencia sexual, el Convenio de Estambul deja claro que "el consentimiento debe prestarse voluntariamente como manifestación de libre arbitrio de la persona considerado en el contexto de las condiciones circundantes". Entre los países que ya na tomado la inicaitiva, figuran Reino Unido, Bélgica, Alemania, Islandia, Chipre, Irlanda y Luxemburgo.
La nueva ley aprobada por el Parlamento sueco corrige que la violación se ciña a la existencia de violencia, amenazas o aprovechamiento de la indefensión. También se introduce la figura de penal de la "violación negligente", entendiendo que se penará a quienes deberían saber que su actuación no es consentida (por ejemplo, a una o un menor que pueda parecer mayor, a alguien que está bajo los efectos del alcohol).