
Miércoles 13 de Enero de 2021
El fiscal que imputó al empresario gastronómico Claudio Alberto Tinari por el presunto abuso sexual de una de sus empleadas en el restaurante de un balneario en la localidad bonaerense de Pinamar, investiga si el acusado arrojó su IPhone al mar para ocultar pruebas, informaron este miércoles fuentes judiciales.
En tanto, los pesquisas analizaban solicitar la ampliación de la detención de Tinari por los delitos de “promoción y facilitación de la prostitución” y “posible trata laboral”, los cuales son investigados por otro fiscal en el marco de otro expediente.
En cuanto a la causa previa por prostitución y posible trata laboral que está a cargo del fiscal de General Madariaga Walter Mercuri, este miércoles se conocieron audios incluidos en el expediente y a los cuales se les realizarán pericias tecnológicas para confirmar que sea la voz del propio acusado.
Esta prueba fue aportada vía e-mail por las propias víctimas, que lo grabaron mientras habitaban una casa alquilada por el empresario en la avenida Enrqiue Shaw al 3000, aseguraron las fuentes.
En uno de los fragmentos de los audios se escucha al empresario amenazando a varios de los empleados que querían renunciar.
En otro de los audios incluidos en la causa se escuchó como Tinari les pidió la ropa que supuestamente les había comprado y los amenazó:
Por su parte, Tinari se encontraba viviendo en Pinamar durante la temporada veraniega en la casa de su novia, empleada del municipio de Pinamar, expresó una fuente judicial.
Paralelamente fuentes judiciales informaron que el fiscal Juan Pablo Calderón, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 4 de Pinamar y quien investiga el abuso sexual de una de las empleadas de Tinari (44), intenta determinar si el acusado arrojó su IPhone al mar para ocultar pruebas en su contra.
Se trata de un teléfono marca Iphone amarillo que, según declaró en la causa un empleado del acusado, fue descartado por el empresario.
Las fuentes señalaron que en la orden de allanamientos dispuesta por Calderón se solicitó la incautación de este celular personal de Tinari, el cual no fue encontrado en las tres propiedades inspeccionadas.
Según voceros judiciales, las sospechas es que el empresario fue quien lo arrojó al mar un día antes de ser detenido y se intenta establecer si fue “para ocultar pruebas” en las dos causas en la que es investigado.
En tanto, en uno de los domicilios incautaron dos computadoras personales y un teléfono celular marca Motorola, pero que no sería propiedad del acusado, añadieron.
“El imputado no sabía que estaba investigado en paralelo por el delito de promoción de la prostitución y posible trata laboral. El celular debería tener chats, fotos, audios y videos que servirían para la causa y que lo comprometerían”, detalló a Télam una fuente con acceso a una de las causas.
Con respecto a la investigación, el fiscal Calderón solicitó realizar pericias psicológicas tanto a la víctima como al imputado y se tomarán declaración a la novia de Tinari y a los dueños del Hotel Trinidad, donde sucedieron los hechos.
“Una vez que estén las pericias estaría todo dispuesto para pedir la prisión preventiva y elevar la causa a juicio”, dijo otra fuente de la investigación.
El empresario gastronómico oriundo de Morón, que tenía con concesión el restaurante del balneario pinamarense Botavara, fue detenido el lunes como acusado de abusar sexualmente de una de sus empleadas el pasado 22 de diciembre en el hotel Trinidad donde hospedó a todo el personal contratado, en su mayoría jóvenes provenientes de Mendoza y el interior de la provincia de Buenos Aires.
A su vez, los testigos declararon que el imputado también tenía una relación violenta con su pareja, a quien amenazó varias veces de echarla del balneario, y era habitual verlo drogado o alcoholizado.
Además, Tinari tiene una pena de 8 años de prisión en suspenso por el delito de “exhibiciones obscenas agravadas y daños”, otorgada por el Departamento Judicial de Morón.
Según los voceros, en esa causa el hombre fue juzgado luego de haber sido descubierto mostrando sus genitales en la puerta de un jardín de infantes de esa localidad del oeste del conurbano bonaerense.