L'Aquila- Los equipos de rescate buscaban hoy a los últimos sobrevivientes de un letal sismo en Italia, pero indicaron que no había garantías de que alguna persona estuviera todavía con vida bajo los escombros.
L'Aquila- Los equipos de rescate buscaban hoy a los últimos sobrevivientes de un letal sismo en Italia, pero indicaron que no había garantías de que alguna persona estuviera todavía con vida bajo los escombros.
Un día después de la realización de un funeral de Estado por las víctimas del sismo del lunes, la cifra de víctimas mortales se elevó a 291, tras el hallazgo de más cuerpos entre los escombros. Casi 40.000 personas se han quedado sin hogar.
Los perros especializados detectaron un rastro humano a última hora del viernes bajo de las ruinas de lo que fue un edificio de cuatro plantas en L'Aquila, la ciudad montañosa medieval más afectada por el terremoto de magnitud 6,3.
Los trabajadores de rescate también escucharon ruidos.
Los animales dejaron de ladrar durante la madrugada y las autoridades creen que pudieron haber respondido al olor de un cadáver, o incluso a la presencia de sangre humana.
Al menos nueve cuerpos han sido rescatados de ese lugar, según los bomberos.
“Cavamos toda la noche y ahora simplemente tenemos que esperar. Casi no oímos nada hoy”, dijo a Reuters un miembro de los equipos de rescate.
En el sexto día tras el terremoto, las esperanzas de encontrar personas con vida se desvanecen. La última sobreviviente, una joven de 20 años, fue rescatada el martes.
La Agencia de Protección Civil señaló que la búsqueda casi ha terminado y muchos funcionarios esperan que las operaciones de rescate concluyan el domingo.
Las violentas réplicas continuaron en la región de Abruzzo durante la noche y por la mañana, aterrorizando más a los residentes, muchos de los cuales se preparaban para celebrar el domingo de Resurrección sin hogar.
El primer ministro, Silvio Berlusconi, estimó que casi 24.000 personas que quedaron sin techo viven en campamentos de tiendas de campaña de emergencia y 15.000 han sido acogidos en hoteles y casas privadas.
Berlusconi, millonario magnate de los medios de comunicación, ha ofrecido acoger a los afectados en tres de sus propiedades.
“Haré lo que puedo hacer, ofreciendo algunas de mis casas”, dijo el primer ministro de 72 años, el segundo hombre más rico de Italia.
Ahora la atención empieza a centrarse en la reconstrucción de una región que depende del turismo, la agricultura y las empresas familiares. Más de la mitad de las compañías de Abruzzo están paralizadas.
El Gobierno también anunció una investigación después de que el presidente,
Giorgio Napolitano, dijera que la construcción de mala calidad podría haber sido responsable del
derrumbe de edificios modernos que supuestamente eran a prueba de sismos.
(Reuters)