Al despertarse Sandra Bullock la mañana del 8 de junio descubrió que había un intruso en su casa en Los Angeles. Ella no lo sabía entonces, pero el hombre había acechado por varios días los accesos externos y escrito en una libreta su obsesión por la actriz ganadora del Oscar.
Joshua James Corbett, de 39 años, saltó la cerca de la casa de la artista, tocó el timbre 10 o 15 minutos y después ingresó en el inmueble por la puerta de un invernadero.
Bullock vio cuando el hombre pasaba frente a su dormitorio y se dirigía hacia el ático, situación que dio a la actriz la oportunidad de encerrarse detrás de una puerta de seguridad, ocultarse en un clóset y llamar a la policía.
Los detalles de los momentos de angustia que vivió la artista de 50 años salieron a la luz durante la audiencia del jueves en la que el juez determinó que Corbett debía ser enjuiciado por acoso, allanamiento y otros cargos graves.
Los abogados defensores rechazan que el acusado hubiera querido causar daño a la artista y expresaron confianza en una solución favorable para Corbett y que se le dé atención de salud mental.
Los artículos presentados en el tribunal durante la audiencia de esta semana y dados a conocer el viernes incluyen una carta de dos páginas que Corbett escribió a Bullock un día antes de ingresar a su casa.
Una vez que Bullock cerró la puerta que conduce a su dormitorio, marcó el número telefónico de emergencia 911. En los siguientes 15 minutos, la artista guió a la policía por las diversas puertas de la casa hasta donde se encontraba; ella abrió la puerta del cuarto donde se había refugiado sólo cuando pudo comprobar que del otro lado había un policía.
Fue evidente el temor de Bullock durante la llamada; respiraba pesadamente y en algunos momentos se escuchaba a punto de llorar. Aunque Ella vio solo un hombre, escuchó lo que creyó eran dos voces. Casi tres minutos y medio después de que llamara a la policía, la actriz escuchó otro ruido.
“Estoy en el guardarropa. Tengo una puerta de seguridad”, se escucha decir a Bullock en la grabación con una respiración entrecortada y susurrando angustiada. “Ahora mismo estoy encerrada en el guardarropa”. La actriz asegura que creía que era el viento lo que oía pero que vio a una persona en su casa: “Pensé que era el viento soplando”, prosigue la grabación, “entonces vi a una persona”.
“Los oigo”, afirmó Bullock. “Escucho que alguien golpea con fuerza a mi puerta”.
La policía estaba ya en camino y la persona que le atendía la llamada de emergencia le dijo a la actriz que las patrullas se dirigían al lugar con las torretas y sirenas encendidas.
“Gracias, gracias, gracias”, respondió la actriz.
“Usted lo está haciendo bien”’, le dijo el operador del 911 cuando habían transcurrido seis minutos de la llamada.
“Gracias”, comentó Bullock, y soltó una risa nerviosa.
Cuando arrestaron a Corbett, la policía le encontró una carta de dos páginas en la que profesaba su amor por Bullock y que al parecer había escrito el día anterior, unas 20 horas antes de ser detenido. El hacía referencias a las salidas y llegadas de la artista.
Después del arresto, la policía revisó las imágenes de las cámaras de seguridad de Bullock y advirtieron la presencia de Corbett afuera de la puerta de la actriz durante tres días antes de que se decidiera a saltar la cerca de la propiedad.