Un sobreviviente del derrumbe del puente Génova estaba en su auto cuando cayó 45 metros, entre trozos de autopista. Como bombero, dijo que comprendió inmediatamente que la estructura se colapsaba. "Se cayó todo, el mundo entero se derrumbó", dijo Davide Capello, de 33 años, quien salió traumatizado pero físicamente ileso del desastre del martes, por vía telefónica a The Associated Press.
Capello se encontraba en la mitad del cruce cuando se produjo el derrumbe.
"Escuché un ruido, un ruido sordo. Vi caer frente a mí las columnas de la autopista. Un auto que me precedía desapareció en la oscuridad", dijo.
El Volkswagen Tiguan de Capello cayó de trompa, se estrelló y se abrieron las bolsas de aire a su alrededor. Dijo que todo se volvió gris cuando el polvo cubrió las ventanillas.
Con el teléfono de su auto llamó a sus colegas en el centro de rescates de Savona, quienes inmediatamente enviaron ayuda. Luego llamó a su novia y a su padre, un bombero retirado, quien le dijo que saliera inmediatamente del auto por temor a que perdiera estabilidad o le cayera algo pesado encima.
Dijo que las ventanillas y puertas del auto estaban trabadas, pero la parte trasera había volado en la caída y pudo salir. Al hacerlo, halló su teléfono bajo un asiento.
Afuera, dijo, "reinaba un silencio irreal".
A su alrededor vio otros autos destrozados y montañas de concreto y asfalto, pero ninguna señal de vida. Ninguna voz que pidiera socorro. Entonces llegaron los rescatistas y lo ayudaron a bajar de la montaña de escombros.
"Salí por mis propias piernas. No sé si alguien más pudo hacerlo", dijo. "Me salvé por milagro", aseguró todavía pasmado por lo vivido.