“Las pinturas no podrán ser vendidas”, afirmó ayer Ulli Seegers, detective
especializada en robos de obras de arte, al ser entrevistada por una radio suiza. Seegers supone
que se exigirá un pago a cambio de la devolución de las obras.
“Los museos nunca pueden tomar precauciones como para evitar por
completo este tipo de asaltos”, advirtió.
Seegers dirige en Colonia, Alemania, la base de datos más importante del
mundo sobre robos de obras de arte. Tras el robo de Zurich los subastadores, compañías de seguro y
museos de todo el mundo fueron alertados.
Hace menos de un año, en la Pascua de 2007, fue robada una colección de
arte africano y un cuadro del artista alemán Joseph Beuys, de un valor de 2,2 millones de dólares
(1,5 millón de euros), de una mansión de Ginebra. Sin embargo, en Suiza, donde vive la mayor
cantidad de millonarios del mundo, el robo de obras de arte no es un delito común. Seguramente
muchos costosos tesoros se encuentran en las cajas fuertes de los bancos de Zurich.
“El asalto a mano armada de Zurich es otra categoría de
violencia”, comentó Ulrich Krempel, director del Museo Sprengel de Hannover.
El valor de las pinturas robadas anteayer en Zurich fue incrementado por
la policía a 180 millones de francos suizos (164,2 millones de dólares), luego de que inicialmente
dijo que las pinturas costaban unos 100 millones de francos suizos.