Milicias parapoliciales incendiaron este lunes más de 30 colectivos en la zona oeste de Rio de Janeiro, lo que obligó a suspender el transporte público y paralizó el tráfico, en protesta por una operación policial que mató a uno de sus miembros.
Milicias parapoliciales incendiaron este lunes más de 30 colectivos en la zona oeste de Rio de Janeiro, lo que obligó a suspender el transporte público y paralizó el tráfico, en protesta por una operación policial que mató a uno de sus miembros.
“Cuando la persona además de criminal, es burro. Milicianos de la zona oeste queman colectivos públicos pagados con dinero del pueblo para protestar contra operación policial”, escribió el alcalde Eduardo Paes en la red social X (ex Twitter), y reclamó "una respuesta muy firme de las fuerzas policiales".
La alcaldía decretó el “estado de movilización”, el segundo nivel en una escala de cinco, y alertó a los habitantes de los “riesgos de eventos de alto impacto en la ciudad”.
En total, fueron incendiados 35 colectivos, señaló Rio Ônibus, sindicato de las empresas de ómnibus de la ciudad.
El gobernador del Estado de Río de Janeiro, Claudio Castro, confirmó una operación policial que acabó con la muerte de Matheus da Silva Rezende, conocido como Faustão y señalado como sobrino y “mano derecha” de Zinho, un presunto jefe de milicias en la zona de Três Pontes, en el oeste carioca, a unos 50 kilómetros del centro y las famosas playas de la ciudad.
“Además del parentesco, él actuaba como hombre de guerra del grupo paramilitar", dijo Castro.
Los ataques al transporte público ocurrieron mayormente en la zona oeste de Río, en barrios como Campo Grande, Guaratiba, Recreio dos Bandeirantes y Barra da Tijuca.
Las operaciones policiales contra el crimen organizado son frecuentes en las favelas y comunidades de Río, donde la Policía suele enfrentarse a tiros con traficantes y la población sufre en medio del fuego cruzado.
Milicias armadas y narcotraficantes se disputan territorios para el tráfico de drogas en la zona oeste de Río de Janeiro.