La primera quincena de octubre dejó en Argentina una serie de femicidios que conmocionaron al país: once crímenes marcados por un ensañamiento extremo contra los cuerpos de las mujeres, perpetrados en su mayoría por parejas, exparejas o familiares directos. Uno de ellos fue el doble femicidio perpetrado por Pablo Laurta, referente de una agrupación anti-feminista. En este contexto, se conocieron nuevos casos de preocupante banalización de violencia de género.
Por un lado, un estudiante cordobés, en el marco de su viaje de egresados en Bariloche, se disfrazó de “mujer violada” para una fiesta. Según informó Cadena 3, el adolescente pertenece al Instituto Provincial de Educación Técnica (IPET) N.º 267, de la localidad de Bell Ville.
El hecho se conoció a través de imágenes en redes sociales, difundidas por los propios jóvenes, y rápidamente generó repudio. En el video, se ve al joven con un vestido estampado desgarrado, el cuerpo pintado con manchas rojas que simulaban sangre y la palabra “violada” escrita en su espalda.
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Estudiantes de la misma división del protagonista del episodio, publicaron un pedido de disculpas a pedido de la institución educativa a la que pertenecen. En el texto, decían que son “conscientes de la gravedad de lo sucedido”, que se trata de un “tema delicado” y que la actitud del joven “no representa los valores enseñados en la institución”.
Más adelante, alumnos y alumnas de otra división del mismo colegio hicieron un comunicado, en el que se posicionaron fuertemente contra lo ocurrido: “Nos sentimos totalmente conmocionados por la violencia de las imágenes. Esto no es una ‘cosa de adolescentes’, la mayor parte de nosotros somos mayores de edad. Esto forma parte de una manera de mirar el mundo, de naturalizar las violencias contra nuestros cuerpos, de creer que algunos pocos tienen licencia de reírse de cualquier cosa”, aseveraron.
Por otra parte, un boliche de San Juan promocionó en redes una fiesta de Halloween simulando el secuestro de una mujer. En el video, que también se hizo viral y generó fuerte repudio, se ve a una joven obligada a subir a un auto, a punta de pistola por dos personas enmascaradas. En la imagen siguiente, se la ve atada y con una bolsa en la cabeza. Cuando se la sacan, da a conocer la fecha del evento.
Estos casos recientes se suman a los dos de las estaciones de servicios (una de Córdoba y otra de Entre Ríos), en los que los playeros se mostraban metiendo en una bolsa de consorcio a una clienta que percibían como “pesada”. Estos videos se difundieron pocos días antes de que se conozca el caso del triple femicidio de Florencio Varela, que llegó a los titulares de todo el país.
195 femicidios en 2025
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La organización feminista Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) señala que hubo 196 femicidios en lo que va del 2025 y que hubo uno cada 35 horas. En octubre, con once víctimas en quince días, ese número baja a 28 horas.
Resulta alarmante que en un contexto de recrudecimiento de los femicidios, y en el que la violencia machista volvió a ocupar un lugar central en la discusión pública, se repliquen episodios de banalización total de esta realidad.
Tal como han señalado varias especialistas en el tema ante la difusión de los videos de las estaciones de servicio, ese tipo de actos no sólo es apología de la violencia de género sino que constituye un claro ejemplo de violencia simbólica. Además, como afirmaron los jóvenes cordobeses cuyo compañero eligió el repudiable disfraz, estas imágenes conforman "una manera de mirar el mundo, de naturalizar las violencias" contra los cuerpos de las mujeres.