Una profesora de ciencias de un colegio de Misurí (EEUU) tuvo que abandonar una cátedra el descubrir un alumno su pasado como actriz porno.
Una profesora de ciencias de un colegio de Misurí (EEUU) tuvo que abandonar una cátedra el descubrir un alumno su pasado como actriz porno.
A Tera Myers todavía le persigue su personaje en el mundo de la industria pornográfica, Rikki Anderson, nombre con el que interpretó "Cola apretada", cuando tenía 18 años.
Myers tiene ahora 38 años y un avispado estudiante, amante del porno de los noventa, ha destapado el estigma que la persigue desde aquella época. La profesora se ha visto obligada a dejar su puesto en las aulas profesora de ciencias de un instituto de Saint Louis, para pasar a desempeñar labores administrativas. Algo que ya sucedió en 2006, cuando no renovaron su contrato en otro instituto de Kentucky.
En aquella ocasión cambió su nombre por el de Tericka Dye, para que nada la relacionara con su pasado. Aún así no pudo evitar que algunos compañeros suyos y varios padres de alumnos consiguieran que no se le renovara el contrato cuando se dieron cuenta de sus interpretaciones. En el instituto de Saint Louis, Myers fue con la verdad por delante. El formulario sobre su historial laboral reflejaba su coqueteo con el cine triple X, pero nadie lo comprobó. Ahora, tras el descubrimiento de uno de sus estudiantes, su profesión se ha visto truncada de nuevo.
“Soy una chica que ha tomado caminos equivocados a lo largo de su vida, pero cualquiera que haya presenciado mis clases sabrá cuánto disfruto enseñando y cuánto me motivan mis estudiantes. Eso es lo que debería de primar, no mi pasado”. Así de contundente se mostró Tyers cuando se le cerraron las puertas de las aulas en 2006. Un año después comenzó a trabajar en el instituto que le cerró las puertas hace unos días.
Tyers fue apartada de la docencia durante lo que queda del ciclo lectivo y la reubicaron en la oficina de administración. Mientras tanto, profesores y alumnos defienden su causa. No entienden por qué una práctica legal, como es el haber aparecido en películas porno hace 20 años, puede condicionar el presente profesional de una profesora ejemplar.
“Puedo decir que ella se preocupa por la enseñanza de sus alumnos y por nosotros”, afirmó Grisel Escobar, una estudiante del instituto en integrante del equipo de voleibol, que afirma que Tyers se unía a jugar con ellos en algunas ocasiones. “No creo que algo que haya hecho en el pasado merezca un impacto en lo que hace ahora”, añadió.
El caso guarda reminiscencias con otro suceso similar ocurrido hace unas semanas en Nueva York. Melissa Petro enseñaba arte a niños de primaria en el Bronx, Nueva York, y se vio obligada a renunciar después de confesar en un blog que había sido prostituta. Aunque ambos casos esconden actividades diferentes, una legal y la otra no, se trata de otro ejemplo donde el pasado ha influido en profesiones relacionadas con la docencia.