El director de la obra, Lisandro Rodríguez, dijo que todo lo que aconteció después de la obra lo "excede" y que el desenlace "es gracioso y ridículo a la vez. Ocurren cosas importantes en el país y que se hable de una foto habla de lo mal que estamos como sociedad".
"La gente comenzó a hablar y en realidad se desarrolló una obra de teatro con absoluta normalidad", dijo Rodríguez ayer en declaraciones a distintas radios.
Para el director teatral, que con anterioridad había puesto la obra en el Centro Cultural Recoleta (Capital Federal) sin generar ningún tipo de reacciones, la foto de los actores desnudos abrazando una estatua del Papa Francisco y a la Virgen María con un pañuelo verde alrededor de su cuello no debería escandalizar.
"El pañuelo, el Papa y los desnudos están dentro de un contexto de relato", explicó. "Todo lo que pasó me excede. Es una foto que entiendo genera polémica pero se puede pensar y analizar en el contexto de una obra de teatro. En sí es una obra como cualquier otra que presenta complejidades que uno puede entender, pensar y analizar, a las personas. No te acorrala sino pone sobre la mesa la posibilidad de reflexionar sobre distintos asuntos", dijo.
Rodríguez explicó que su obra consta de dos partes. "Un guión de misa y mientras, se sucede una muestra plástica. Cuando finaliza la gente es invitada a subir y manifestarse".
En este contexto, dijo que los pañuelos verdes fueron colocados por la gente. "Podrían haber puesto pañuelos celestes también. La obra es más amorosa de lo que se cree".
En pleno debate sobre la despenalización del aborto, el director dijo que "todo el revuelo me produce absoluta afirmación de lo mal que estamos como sociedad más allá de lo religioso. Hay un nivel de violencia muy fuerte".
Cuando "Dios" se presentó en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, en la promoción de la obra se aclaró que "puede herir la sensibilidad religiosa, moral e ideológica del espectador. Queda bajo su decisión ingresar a la misma. Prohibida para menores de 18 años". En cambio, según los medios de comunicación rafaelinos, en el programa del Festival no hubo ninguna advertencia.
"Pienso al arte como una combinatoria de signos que uno hace en base a inquietudes y formas de ver el mundo. La premisa era trabajar con la obra de León Ferrari cuando en 2004 su obra fue censurada por el entonces obispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio", manifestó Rodríguez.
Por último, y consultado sobre si las autoridades municipales de Rafaela se comunicaron con él, Rodríguez aseguró que "los organizadores estaban sorprendidos y movilizados por lo sucedido. No me siento dejado solo, al contrario, me siento acompañado".
Manifestó que no está en contra de la religión católica. "Soy un tipo creyente pero no tiene nada que ver lo personal con lo que trabajo".