Bianca Salomone es una joven rosarina que desde hace unos seis meses está estudiando chino mandarín en Beijing, capital de China. El brote del coronavirus, que hasta ayer causó la muerte de 259 ciudadanos del gigante asiático y el contagio de otros 12.000, la sorprendió en su receso invernal después de haber aprobado sus primeros exámenes.
La beca que le otorgó el gobierno chino es por un año. Bianca llegó a la Beijing International Studies University al igual que otros estudiantes latinoamericanos y también europeos. Habitan todos el complejo universitario ubicado en la zona Chaoyang, 14 kilómetros al este de Tiananmen, centro geográfico y político de la capital china, pero en el transcurso de la última semana muchos han decidido regresar a sus países.
"Sucede que se suponía que iniciábamos las clases los últimos días de febrero, pero ante la propagación tan rápida del virus las autoridades postergaron el inicio de clases hasta que la situación se tranquilice. Por lo tanto, no sabemos cuándo van a arrancar de vuelta", cuenta Bianca a La Capital. Se supone que la situación que describe es idéntica en el resto de las universidades de Beijing y de Shanghai.
—¿Cómo es la realidad en Beijing?
—Si bien Beijing no está en cuarentena, como la provincia de Wuhan, epicentro del brote, lo que sí está pasando es que el gobierno decidió extender el feriado de una semana del Año Nuevo Chino. Iba a terminar entre el 1 y el 3 de febrero (ayer y el lunes), pero ahora lo extendieron otra semana más, hasta el 9 de febrero para evitar el movimiento de personas y permitir que la gente siga en sus casas.
—¿Cómo es el aspecto de la capital?
—Actualmente hay poca gente en la calle, los negocios están todos cerrados, incluso en mi universidad (las universidades acá son como minibarrios muy pequeñitos con cuadras y varios cafés para comer y varias librerías) está todo cerrado menos un mercado pequeño que es donde solemos comprar la comida y básicamente el agua porque el agua corriente no se puede beber. No hay desabastecimiento ni escasez de comida, para nada, pero sí de lo que son los productos de higiene, o de lo básico que son las máscaras.
—¿Cómo es el ánimo ustedes?
—Básicamente estuvimos tranquilos con mis amigos todos estos días, no salimos mucho, lo que si hubo medidas de restricción. Por ejemplo, el fin de semana pasado las autoridades decidieron cerrar la mayoría de las líneas del metro, por lo tanto a quienes estamos en las zonas universitarias, que son como los costados, los bordes de la ciudad, se nos complica para trasladarnos. Las líneas de colectivos se ven un poco más, es un gran avance, pero igual nadie se quiere subir al bus, nadie quiere el amontonamieto de gente. Sabemos que el virus en casos muy graves pueden llegar a tener consecuencias severas como la insuficiencia renal o una neumonía grave o incluso la muerte, pero igual impera el susto, el temor, nadie se quiere contagiar. Las universidades tienen medidas incluso más estrictas que el gobierno mismo, me parece bien porque en definitiva es para cuidarnos a los estudiantes. A nosotros nos acabaron de avisar que si bien no es cuarentena no podemos salir de la universidad. Si salís por un rato largo, por ejemplo, tenés que avisar a la recepción. Hay control por todos lados, incluso colocaron más cámaras de seguridad como para ver quién usa barbijo, si alguien no usa barbijo detectan a la persona para ir a retarla. Tenés que registrarte en la recepción y en las puertas de salida, cada vez que salís ir a explicarles a dónde vas. Por ejemplo, mi amiga hoy fue el banco y tuvo que avisarles, porque ella regresa, y te controlan el horario de vuelta. Pero es por nuestra seguridad así que no nos molesta. Igualmente los alumnos se están yendo porque con lo del virus y que ahora no sabemos cuándo empezamos las clases, mis amigos ya se compraron los tickets de avión, ya se vuelven a sus casas hasta que empiecen las clases. Normalmente el receso invernal es de un mes y medio y solo las personas que viven cerca planean volver a sus casas. Nosotros, mis amigos de Latinoamérica, en general nos quedamos y planeamos en todo caso recorrer Asia, en mi caso fui a Tailandia unos días, y cuando volví en el aeropuerto me controlaron todo. No presenté síntomas, nada, pero tenía boletos para viajar a Shanghai y tuve que cancelarlo porque no me es posible ahora salir de la ciudad y volver a mi cuarto. Otra cosa es que nos están poniendo carteles por todos lados con las medidas de prevención y nos las recuerdan cada vez más.
—¿Con los profesores siguen contactados?
—Si. Nuestras profesoras nos hablan por nuestros chats privados recordándonos de que no nos podemos ir y que si nos vamos y tomamos un vuelo no regresemos hasta que ellos nos digan. Porque si volvemos antes vamos a tener que seguir con el método de aislamiento en una habitación 14 días. Entonces ellos nos dicen que si nos vamos que cancelemos el vuelo de vuelta hasta que ellos nos avisen, y no se sabe si va a ser en marzo o en abril. Igual con nuestros amigos nos da tristeza irnos de China, es nuestro hogar. Si bien extrañamos, no nos queríamos ir tan de repente a nuestros países de vuelta. Estamos muy cómodos en China, nos encanta, el país nos recibe muy amablemente, los ciudadanos son muy amables con los extranjeros, tengo muchos amigos de acá tanto extranjeros como chinos, tenemos una vida muy linda y es medio frustrante que te digan de un día para otro que te tenés que ir. Se entiende, claro, que tus familiares estén preocupados, obvio.
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Historia. Bianca unos días atrás al pie de la Gran Muralla
—¿Cómo andan con la comida?
—Hay también sugerencias más extremas como una profesora de mis amigas que les dijo que si podían que traten de ser vegetarianas todos estos días, porque una de las medidas de precaución es comer carnes bien cocidas y huevos y no estar en contacto con animales salvajes. Incluso los barbijos son específicos, no podemos usar cualquiera. Y después, bueno, lo básico, lavarnos las manos frecuentemente pero incluso algunas enfermeras quieren difundir que nos recojamos el pelo, hacernos colitas de pelo o trenzas mejor. Depende de cada persona hasta donde quiera protegerse. Por suerte me compré varios barbijos en Tailandia antes de volver porque estaba al tanto de la situación. Pude conseguir alcohol en gel que creo que no escasea tanto, pero sí los barbijos un montón y los guantes y todo lo que sea desechable cuesta un montón conseguirlo, ni siquiera en la farmacia. Estuvimos recorriendo con mis amigos para conseguir más barbijos y no pudimos, pero los alimentos no, para nada, eso vale aclarado porque hay un montón de rumores y bueno, lo que también escasean son los medios de transporte. Cuesta mucho conseguir un taxi, acá tenemos una aplicación similar al Uber de allá pero cuesta un montón conseguirlos porque hay poca gente trabajando y hasta que llegue a una zona donde estás vos, en una ciudad tan grande como Beijing, hay que pedirlo con bastante tiempo de anticipación.