Nadie duda de que Gabriel Boric, presidente de Chile, es una persona que ha obtenido logros a lo largo de su vida. En 2022, al asumir el cargo, se convirtió en el presidente más joven del mundo, y quien ganó en su país con mayor cantidad de votos en su país. Es egresado de la carrera de Derecho, estuvo al frente de la Federación de Estudiantes chilenos, fue intendente de la región de Magallanes (el primero en el retorno de la democracia) y tiene una larga trayectoria política, entre otras actividades en las que se ha destacado. Por todo esto, quizá cueste pensar que, tal como lo dijo en los últimos días, estuvo internado tres meses en una clínica psiquiátrica. El tema sigue siendo tabú.
Es que los problemas de salud mental se relacionan, en el imaginario popular, con la locura, la violencia, limitaciones de todo tipo, discapacidad y dificultades para llevar adelante una vida profesional, social y familiar. Sin dudas no es lo mismo lo que pasa con los pacientes que tienen un diagnóstico adecuado y un tratamiento acorde que aquellos que por diversos motivos no acceden o no pueden cumplirlo. Lo cierto es que los prejuicios en torno a los diagnósticos psiquiátricos siguen vigentes aunque cada vez más personas hablen de ellos.
Boric contó, sin vueltas, que estuvo internado tres meses en un hospital psiquiátrico. Lo hizo al inaugurar un centro de Salud Mental Comunitario en Maipú. Y aunque no detalló los motivos que lo llevaron a esa internación voluntaria, pidió a la población que se derriben los tabúes en torno a los padecimientos mentales.
La falta de salud mental "se ha vivido en silencio"
"Durante mucho tiempo el tema de la salud mental se ha vivido en silencio, con estigmas, de manera prejuiciosa, siendo que es parte esencial de la salud integral de toda la población", agregó Boric en el acto inaugural del centro de salud. "Piénsenlo de esta manera: si alguien está haciendo deporte y se fractura, y se va a operar, lo cuenta sin ningún problema; si alguien tiene cáncer y tiene que someterse a tratamientos, con dolor, con dificultad, también lo cuenta, pero si alguien estuvo internado en un hospital psiquiátrico, como yo que estuve internado tres semanas en un hospital psiquiátrico voluntariamente, el solo hecho de decirlo provoca escozor, como si fuera algo que no se puede decir, que te inhabilita frente al resto, y no", enfatizó Boric.
"Las dolencias vinculadas a la salud mental se pueden recuperar", señaló el funcionario chileno. "Para la gente que tiene patología o dolencia ya es sanador que hablemos de esto", dijo. "No se requiere solo una palmada en la espalda sino muchas veces medicación, por eso vamos a tener acá (en la clínica que estaba inaugurando) seis psiquiatras y medicación disponible", mencionó.
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El ataque a quien padece
La Capital habló con el médico psiquiatra Manuel Francescutti, director de Red Unitas, quien reflexionó sobre la importancia de exponer estos temas frente a la opinión pública. El especialista admitió que es más común escuchar hablar de sus problemas de salud mental a artistas (pintores, músicos, por ejemplo) ya que está más aceptado (romantizado, probablemente) que puedan tener ciertos padecimientos, pero es poco habitual que lo haga un político con un cargo tan relevante como Boric.
"Atacar a la persona con un trastorno de salud mental es una estrategia muy potente. En el imaginario colectivo se lo asocia a lo peligroso, lo impredescible en el comportamiento, cuando en realidad alguien afectado por salud mental es bastante más predecible que otros, lo mismo que su peligrosidad: es probable que sea el enfermo de salud mental el que salga estafado, manipulado emocionalmente o físicamente por otros. La mayoría de los crímenes, por ejemplo, no son realizados por los que están contemplados como locos", aclaró.
"Que lo diga Boric, una persona exitosa por su carrera, está muy bien. Es un presidente y eso contribuye a no estigmatizar", señaló Francescutti.
El profesional amplió su mirada en relación a los pacientes que han sido hospitalizados. "Que alguien requiera una internación amplía el estigma y hay mucha fantasía alrededor de lo que significa". El 93 por ciento de quienes se internan por padecimientos mentales en Rosario lo hacen por propia voluntad, comentó el médico.
Desde la vigencia de la Ley de Salud Mental en la Argentina, las internaciones en clínicas u hospitales psiquiátricos son cada vez más acotadas, lo que ha ayudado a la recuperación o estabilidad de los pacientes.
"Una internación hace pensar al común de la población que esa persona no tiene cura y no es así", puntualizó.
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El nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric, a la izquierda, levanta el puño mientras el presidente saliente, Sebastián Piñera, aplaude durante la ceremonia de juramentación de Boric en el Congreso en Valparaíso, Chile, el viernes 11 de marzo de 2022. (Foto AP/Esteban Felix)
Los diagnósticos más comunes en la ciudad
En Rosario y zona, los diagnósticos más frecuentes que llevan a una internación son: en primer lugar las adicciones (la cocaína es la que predomina o derivados de los estimulantes); luego los cuadros anímicos en el contexto de trastornos de personalidad límite "que no suelen ser una patología sino que se trata de personas hipersensibles al rechazo que reaccionan de manera desmedida, amenazando con lastimarse o suicidarse, lo que podemos mencionar como una crisis, muchas veces desatada por un hecho puntual".
Entre los pacientes con adicciones el pico de consultas e internaciones se da entre los 20 y los 30 años en Rosario. Las depresiones afectan más a la franja que se ubica entre los 40 y 50 años. Las demencias desde los 60 años en adelante. Los trastornos de personalidad suelen comenzar en la adolescencia, alrededor de los 20 años.
Es muy importante, dijo el psiquiatra, ponerle un freno al estigma. "Cuando hemos hecho estudios al respecto, vemos que los prejuicios y tabúes retrasan el diagnóstico y por ende el tratamiento, esto puede terminar en formas de tratamiento más represivas y forzadas que generan mucho más estigma que actuar a tiempo".