Benedicto XVI frenó la expulsión de un cura pederasta en 1985
El papa Benedicto XVI demoró varios años la expulsión de un sacerdote pederasta en 1985, cuando
era cardenal, argumentando que hacía falta más tiempo para analizar el caso y que había que tomar
en cuenta el bien de toda la Iglesia antes de tomar esa decisión, según “The New York
Times”.
10 de abril 2010 · 12:46hs
El papa Benedicto XVI demoró varios años la expulsión de un sacerdote pederasta en 1985, cuando
era cardenal, argumentando que hacía falta más tiempo para analizar el caso y que había que tomar
en cuenta el bien de toda la Iglesia antes de tomar esa decisión, según “The New York
Times”.
El caso se refiere al estadounidense Stephen Kiesle, de California, condenado a tres años de
libertad condicional en 1978 por abusos a dos menores, añadió el diario en su web la noche del
viernes.
En 1981, el entonces obispo de Oakland, John Cummins, pidió al Vaticano la destitución de
Kiesle. También se dirigió directamente al papa Juan Pablo II.
Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, respondió
pidiendo más informaciones sobre el caso, que la diócesis de Oakland le envió en febrero de 1982,
continuó “The New York times”.
Según documentos entregados al diario por una víctima de Kiesle, Cummins afirmaba en la carta
a Ratzinger en 1982: “Estoy convencido de que no habrá ningún escándalo si se admite esta
propuesta y de que, en realidad, podría haber un escándalo mayor para la comunidad si se permite al
padre Kiesle volver al sacerdocio activo”.
Tres años más tarde, el cardenal Ratzinger volvió a escribir solicitando al parecer más
tiempo y destacando la juventud de Kiesle, que en ese momento tenía 38 años. La carta con la firma
del hoy Papa pide tomar en cuenta el bien de toda la Iglesia antes de decidir la expulsión.
La destitución del sacerdote se produjo sólo en 1987.
Kiesle fue condenado por abusos a menores en 1978, seis años después de haber sido ordenado
sacerdote. Según la diócesis de Oakland, a partir de entonces no se le permitió seguir ejerciendo
como cura e ingresó en tratamiento.
En 2004, el religioso fue condenado a seis años de cárcel tras admitir haber abusado de un
joven en 1995.
dpa